#PorSoleares | Los animales no votan, pero sus dueños sí, Puebla tercer estado con más mascotas.

Por Jesús Manuel Hernández

No cabe duda que los asesores de los dos principales candidatos a gobernar Puebla, Alejandro Armenta y Eduardo Rivera, fueron a la misma escuela, leyeron los mismos libros, quizá hasta intercambiaron apuntes y en el fondo son amigos, comparten información de otros procesos y eso les permite adivinar las jugadas de uno contra el otro.

Basta ver las redes sociales de los dos personajes para encontrar enormes similitudes, mismo enfoque en la captura de fotos y videos y la clara tendencia a incluir en sus actos a las “mascotas”, sí de pronto encontramos que quienes nos quieren gobernar se han convertido en importantes defensores de los derechos de los animales o, de seres sintientes, como se ha venido a concluir.

Podríamos preguntarnos si los animales votan. En algunos países se han elaborado estudios para interpretar por quién votarían las mascotas, un asunto que en México está lejos de existir, pero no de capturar la atención y por ende el voto de los animalistas, de los defensores de los animales.

Quizá por ello en ninguno de los discursos aparecen los temas de las corridas de toros o las peleas de gallos, aunque entre los aspirantes hubo simpatía por ambos temas, ¿o acaso ya se les olvidó?

Pero en estos tiempos donde las redes sociales actúan como caja de resonancia, el apego a los intereses de quienes poseen una mascota, toma fuerza en la conducción del voto.

Según el INEGI en Puebla hay más de 4 millones de mascotas, lo que lo ubica como el tercer estado a nivel nacional con más perros, gatos y otras variedades consideradas mascotas.

Y esos números se convierten en votos, cada mascota tiene un dueño y una credencial de elector, quizá, o al menos el sentimiento de los niños puede influir en el voto de sus padres, piensan los asesores.

Alejandro Armenta aparece con “Tommy“ su mascota, acompañante, en varios actos de campaña, captura la atención de los menores de edad y por supuesto de los llamados “animalistas”.

Este sector de la población cada vez es más importante en las comunidades, es un verdadero movimiento de trascendencia internacional que privilegia el estado de vida y convivencia de las mascotas, por tanto es de interés de los políticos.

Armenta ha mostrado preocupación por el mal trato a los animales y se pronuncia por colocar en su gobierno interés en ver a las mascotas como seres vivos no como juguetes, de ahí que se propone enviar al Congreso del Estado iniciativas para generar el bienestar de animales silvestres, de abasto, de trabajo y de compañía.

Eduardo Rivera no se quedó atrás en el tema, en sus discursos y mensajes por redes sociales se compromete a brindar atención médica gratuita para todas las mascotas, crear un hospital veterinario en Puebla, estancias de protección animal, además de promover campañas de vacunación, el instituto del bienestar animal y perseguir los delitos contra los animales.

Ambos candidatos coinciden en “amar” a los animales.

Todo un tema para la ciencia política, para la antropología y la sociología y por supuesto para tener más votos el 2 de junio.

Total, los animales no votan, pero sus dueños sí y como dice el dicho “todos los caminos llevan a Roma”, lo de los niños pobres, sin atención médica, la mala alimentación, la inseguridad, los feminicidios, etcétera, se queda en la agenda de los pendientes.

O por lo menos así me lo parece.

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