En un mundo beauty donde las planchas, los rizadores y otras herramientas de peinado son las reinas, el secador de pelo parece haberse quedado en un segundo plano. Sin embargo, su función es vital para una melena sana, brillante y sin encrespamiento. Palabra de expertas.

Por qué el secador de pelo, ese gran olvidado, puede hacer más por la salud y el aspecto de la melena de lo que creemos
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Que el advenimiento de las planchas de pelo (en concreto, en 2004 fue la styler de ghd la que cambió el juego), seguidas de los rizadores, los conos y un innumerable número de herramientas de peinado supuso toda una revolución en las rutinas capilares es un hecho. Tanto, que el secador, ese (casi) mismo que usaban nuestras abuelas y madres, con mejoras tecnológicas mediante, pareció quedarse abandonado a mejor vida porque ‘sólo’ secaba.

Sin embargo, ‘nuevas’ teorías acerca de si no es tan bueno dejar secar el pelo al aire demuestran que el secador no ha muerto, antes al contrario. No sólo no estaba de parranda, sino que debería de ser la herramienta básica que toda melena tenga siempre a mano.

Lo confirma también el interés por las marcas que no cejan en su empeño de mejorar y reinventar su clásico básico: ahí queda el hito de Dyson en 2018, con su secador más ligero, con control inteligente de calor, mayor flujo de aire… y caro, pero los cuatro años de investigación, 103 ingenieros involucrados y más de 80 millones de euros invertidos, se pagan; el último lanzamiento de Babyliss, Air Wand, un secador con opciones de peinado rápido y seguro, o el Serie 7000 de Philips, con tecnología ThermoShield Advanced, que regula automáticamente la temperatura del aire, reduciendo los daños producidos por el calor (por mencionar sólo unos pocos).

Y no, no sirve el secador únicamente para peinar, que también, sino que cumple con el objetivo de tener un mejor pelo, por fuera, sí; y también por dentro.

Por qué el secador de pelo, ese gran olvidado, puede hacer más por la salud y el aspecto de la melena de lo que creemos
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Por qué es importante usar secador

Antes de entender las razones por las que usar secador tiene mucho que ver con tener buen pelo, hay que saber por qué se había demonizado. Todo tiene que ver con el calor, ese sí, gran enemigo del pelo. Es casi vox populi que las altas temparaturas dañan el cabello, amén de que existen estudios al respecto, como el publicado por Annals of Dermatology, que prueba que la herramienta daña la superficie del pelo que protege la estructura interna, el córtex, para que este no se vea afectado. Ahí llega la melena en mal estado, opaca, encrespada…

“Se ha menospreciado el uso del secador en el cuidado del cabello porque daña el pelo, lo que es cierto, pero bien utilizado puede ser nuestro mejor amigo”, afirma rotunda Helena Rodero, farmacéutica y experta en temas capilares, entre otros.

Resulta que puede ser peor dejar la melena mojada durante mucho tiempo que usar secador (bien usado). Lo argumenta Rodero: “Cuando nos lavamos la cabeza, el cabello absorbe agua muy rápido y en gran cantidad, es imposible detenerlo. Esto hace que se ‘hinche’, se despegue la cutícula (la estructura que le da protección, formada por varias capas de células cuticulares) y, al rozar con las otras, se desprenda, se rompa. Cuanto más tiempo esté la melena mojada, más riesgo hay de que esto suceda”.

Y hay más. “En el cabello tenemos una especie de cemento en la cutícula que ‘pega’ las células cuticulares y se reblandece mucho en contacto con el agua, lo que hace que se vaya debilitando paulatinamente y no ‘trabaje’ como el escudo que protege cada fibra de nuestro cabello”, prosigue Rodero.

Moraleja, cortesía de la farmacéutica: “Si somos capaces de secar la humedad lo más rápido que podamos después de lavar la cabeza, minimizando el daño, entonces haremos el trabajo perfecto”.

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Cómo se seca el pelo sin dañarlo: manual de uso del secador

El principal problema del secador es su temperatura. Aunque la cutícula es resistente, a partir de los 50 grados se daña. La clave, por lo tanto, está en mantener a raya este calor. Y se puede.

Cuando hablamos de melenas lisas u onduladas, “hay que mantener el secador a una distancia de 15 cm, a temperatura media”, subraya Rodero. Hay que comenzar secando las capas internas, por la nuca, porque son las menos dañadas (menos expuestas al exterior). Además, “hay que orientar la boquilla hacia las puntas, así el propio flujo de aire ’empuja’ la cutícula’ y ayuda a cerrarla”, añade la experta.

Es interesante, además, encontrar un secador con velocidad muy alta, así desplaza antes el agua de dentro de la fibra y el secado es más rápido sin necesidad de tener que ser más caliente. Si no hacemos caso a las altas temperaturas, el cabello se parte, las puntas se abren y se puede llegar a producir un fenómeno ‘catastrófico’, el ‘bubble hair’, “como si el agua hirviera dentro de la fibra y la rompiera desde dentro”, señala Rodero.

Para el pelo rizado, nada como usar directamente los que incluyen difusor. “Si quieres volumen, hay que ‘encoger’ el rizo de abajo arriba, no mover el secador a lo loco, esperando a que se retire la humedad poco a poco, a temperatura media, incluso con un flujo de aire bajo”. Este sería el escenario ideal para Helena Rodero, si no fuera porque es consciente que las melenas rizadas se eternizarían y agotarían en este proceso (más bien sus dueñas), así que acepta el flujo de aire más bajo que paciencia y tiempo manden (mejor medio, con mucha velocidad el pelo rizado se encrespa más).

Las prisas nos juegan una mala pasada también si hablamos de salud capilar, de ahí vienen los errores que luego nos dejan el pelo… mal. “Queremos tenerlo seco cuanto antes y aumentamos la potencia y el calor sin deber hacerlo, así sólo se consigue una textura seca, puntas abiertas, frizz, que el pelo se parta”, opina también Patricia Vallehermoso, jefa de producto de Philips Belleza.

En cualquier caso, y sin prisas mejor que mejor, Helena Rodero es rotunda: secar con secador (bien) todos los tipos de pelo mejora de manera notable el estado del cabello.

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Qué tiene que tener el secador perfecto

Al margen de tecnologías de última generación; de iones negativos, de agua o minerales; de superficies cerámicas, y de tratamientos adicionales que pueda incluir un secador hoy, Helena Rodero elige su ideal: “El que tenga una temperatura regulable y un flujo rápido de aire”.

Patricia Vallehermoso añade que “debe tener un equilibrio entre potencia y calor. Si tiene muchos watios y te aplica mucho calor, te lo reseca y te lo puede llegar a quemar. La clave es la cantidad de calor aplicada, cuanto más compensado esté, menos dañado estará el pelo”. Otro de los avances más importantes según la experta “es regular y buscar el punto exacto entre encontrar la cantidad de calor justo para tu cabello sin perder potencia en el chorro y que los tiempos de secado se alarguen”.

Sin embargo, en palabras de Vallehermoso, los avances más reseñables de los últimos años se dan en el área de sostenibilidad, “haber conseguido bajar los watios y no la potencia ha sido muy importante, así como el ahorro energético, ya no solo es la importancia del cabello, sino del planeta y de cuidarnos en general”.

En defensa del secador: comodín de los mejores peinados

“El secador no puede faltar nunca en un kit de belleza, ya seas manitas o torpe”, defiende Raquel Álvarez, maquilladora y peluquera, experta en editoriales de revistas, preferida de muchas celebrities.

Para la experta en peinados, frente a las herramientas más novedosas que peinan y secan a una, el secador consigue lo que otras no, el volumen. “Si quieres un ‘blow dry’ liso y esponjoso, hay que usar la técnica clásica de combinar el uso del secador con el cepillo térmico”. El dúo dinámico del calor con el material del cepillo, cerámico o de pelo natural, logra que el acabado, con respecto a las planchas, por ejemplo, “sea inigualable”.

En cuanto al pelo rizado, el secado con difusor no tiene rival. “Es el invento del siglo. Secado bocabajo, con el aire en dirección opuesta al nacimiento del cabello, deja un volumen y un rizo definido incomparable”.

Un último consejo antes de lanzarnos a usar el secador como si no hubiera un mañana: es fundamental usar un protector térmico o de calor antes. “Y que sea no en base no agua como primer ingrediente, mejor una base de siliconas, naturales o no, o aceites naturales… Protegen del calor, no aportan peso y dejan brillante”, asegura Helena Rodero.

Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/belleza/2024/05/03/662f7c1bfdddffa9608b4582.html

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