Agricultores coinciden en que el cambio de variedad arábica a robusta los convirtió en dependientes de Nestlé, que no paga lo suficiente.

Jornaleros en una recolecta de café, en la ciudad de Tapachula en Chiapas. Foto: EFE / Juan Manuel Blanco

REDACCIÓN LA-LISTA

Caficultores de Chiapas se quejaron de ser “esclavos” de la empresa Nestlé, pues cambiaron de la variedad arábica a la robusta, la cual aseguran que solo pueden vender a esa empresa.

En un reportaje de Public Eye, titulado “Esperanza pulverizada. Cómo Nestlé está llevando a la ruina a los caficultores”, se expone la historia de Eduardo Camarena, un caficultor que participó en un video promocional de esa empresa, señaló que el llamado “Plan Nescafé” es “¡pura mentira!”.

“El gran problema en la región es que todos hemos cambiado de café de la variedad arábica a la robusta. Hace catorce años, los agrónomos de Nestlé llegaron, nos dijeron que si cambiábamos de arábica a robusta nos apoyarían con cursos de formación y plantas de alto rendimiento. Que de esa manera duplicaríamos nuestros ingresos”, explicó.

Robusta es la variedad que esta empresa necesita para su café en polvo, el “Nescafé”.

Agricultores coinciden en que el cambio de arábica a robusta los convirtió en dependientes del gigante alimentario porque, aunque no están obligados a venderle, en la región, es la única que les compra esa variedad.

Este café no lo adquiere directamente la multinacional suiza, sino que lo hace a través de empresas intermediarias ubicadas en Tapachula, – principalmente  Casemex, EGOS y Merino -, quienes compran la cereza a los caficultores durante la cosecha de octubre a marzo, para luego limpiarlo y en grano venderselo a Nestlé.

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“Sin el costoso fertilizante, la producción me sale a casi 30 pesos por kilo y Nestlé paga más bajo“, se queja un caficultor.

El grupo suizo se comprometió a invertir 350 millones de francos suizos en todo el mundo a lo largo de 10 años en el programa que “crea valor a través de la cadena de suministro de café, que incluye a los cafeticultores y consumidores“, dijo el entonces consejero delegado, Paul Bulcke.

Elmar Morales, un caficultor que vive en su finca familiar con su mujer, dos hijos y padres, dice que también creyó en la promesa de Nestlé y, en 2012, formó parte de la “segunda generación” de agricultores del “Plan Nescafé”. Hoy además de la rabia y frustración, le lastima que su rostro y el de su madre aparecieron en las etiquetas de los frascos de Nescafé, con la leyenda: “beber este café ayuda a los agricultores de Chiapas a tener una vida mejor”.

Entre sus quejas está el precio en el que hoy les compran, es de 26 pesos el kilo, lo cual es insuficiente. Por ello, exigieron un precio mínimo de 35 pesos por kilo que apenas les alcanzaría para cubrir los costos de la producción.

Para vivir bien del café, los caficultores coinciden que les deben pagar por kilo, 40 y 50 pesos.

Al respecto, Nestlé declaró que no era responsable, y que los productores deberían dirigir sus exigencias a las empresas intermediarias. 

“¡Precio justo, precio justo!”, gritaron un grupo de 200 personas que se reunieron en febrero pasado, en la Ruta del Café. Aquella vez, como protesta, bloquearon la carretera donde se ubican las empresas intermediarias. Ante las cámaras de los medios de comunicación locales, quemaron sacos de café, del Plan Nescafé y plantas clones.

Los caficultores aseguraron que lo único que piden es que el Plan Nescafé se convierta en lo que prometió y debe ser: un programa en el que los productores de café y la empresa trabajen juntos en beneficio de todos.

A esta investigación, Nestlé respondió que está “firmemente convencida” de que “los caficultores deben obtener unos ingresos suficientes para garantizar un nivel de vida digno para ellos y sus familias”. Sin embargo, en un mercado que depende de la oferta y la demanda, “ninguna solución es fácil”. El grupo no tiene un precio mínimo garantizado, pero ofrece “los precios más competitivos en un mercado abierto” y una “prima para el café procedente de fuentes responsables” en función del origen y la calidad requerida. 

Con información de Public Eye

Fuente: https://la-lista.com/poder/2024/04/09/somos-esclavos-de-nestle-quejan-caficultores-de-chiapas

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