Si se superan un aumento de 2 ºC, el 90% de las regiones vitivinícolas tradicionales de España pueden tener una gran pérdida de idoneidad para fines de siglo debido a una sequía excesiva y olas de calor más frecuentes

El aumento de la temperatura y la falta de agua ya están alterando las condiciones de los cultivos y la producción de vino en diversas zonas de Europa. | Getty Images/iStockphoto

JOAQUIM ELCACHO / La Vanguardia

La geografía del vino está cambiando y cambiará mucho más en los próximos años en hasta el 70% de las zonas de cultivo y producción actuales por los efectos que tienen el aumento de las temperaturas y la alteración de las precipitaciones en el rendimiento de la uva, su composición en momento de la cosecha y la calidad del vino resultante. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio sobre el impacto del cambio climático en la viticultura mundial llevado a cabo por investigadores de las universidades de Burdeos (Francia) y Palermo (Italia).

En el caso de que el aumento de las temperaturas sea superior a los 2 ºC, “el 90% de las regiones vitivinícolas tradicionales costeras y de tierras bajas de España, Italia, Grecia y el sur de California podrían enfrentar una gran pérdida de idoneidad [haciendo imposible la producción de vino de primera calidad] para finales de este siglo debido a una sequía excesiva y olas de calor más frecuentes”, advierten los autores de este estudio.

La geografía del vino está cambiando y cambiará mucho más en los próximos años en hasta el 70% de las zonas de cultivo y producción actuales por los efectos que tienen el aumento de las temperaturas y la alteración de las precipitaciones en el rendimiento de la uva, su composición en momento de la cosecha y la calidad del vino resultante. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio sobre el impacto del cambio climático en la viticultura mundial llevado a cabo por investigadores de las universidades de Burdeos (Francia) y Palermo (Italia).

En el caso de que el aumento de las temperaturas sea superior a los 2 ºC, “el 90% de las regiones vitivinícolas tradicionales costeras y de tierras bajas de España, Italia, Grecia y el sur de California podrían enfrentar una gran pérdida de idoneidad [haciendo imposible la producción de vino de primera calidad] para finales de este siglo debido a una sequía excesiva y olas de calor más frecuentes”, advierten los autores de este estudio.

En el apartado de regiones potencialmente beneficiadas por la nuevas condiciones climáticas, los autores señalan que “entre el 11% y el 25% de las regiones vitivinícolas existentes podrían experimentar una mayor producción; como los estados de Washington y Oregón (en Estados Unidos), Tasmania o el norte de Francia”. Además, “podrían surgir nuevas áreas adecuadas en latitudes y altitudes más altas,  por ejemplo, el sur del Reino Unido”, dependiendo, no obstante, del nivel de aumento de temperaturas, señalan los autores. 

Revisión detallada

Los efectos del calentamiento global el sector vitivinícola están siendo estudiado desde hace años y en algunos casos se están aplicando ya adaptaciones de los cultivos a las nuevas condiciones. El trabajo que ahora se presenta, publicado (26 de marzo) en la revista Nature Reviews Earth & Environment, destaca por ser la mayor recopilación de datos y escenarios de futuro para todas las regiones de producción de vino del mundo. 

Además, el equipo que firma este estudio, liderado por Cornelis van Leeuwen, profesor de viticultura y jefe de departamento en la Bordeaux Sciences Agro, señala también las zonas del planeta en las que, debido a las nuevas condiciones climáticas, podría expandirse la viticultura y propone un seguimiento detallado de “los impactos en los ecosistemas naturales y la biodiversidad para poder mitigar cualquier impacto negativo”.

El futuro de la viña en Europa

 El nuevo estudio dedica buena parte de su análisis en las condiciones actuales y futuras en Europa. 

La combinación del aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones provocará un grave riesgo de sequía en el sur de la península ibérica, sur de Francia, España mediterránea, valle del Po y costa norte de Italia, Balcanes y suroeste del Mar Negro, detalla el estudio. En estas zonas, las olas de calor y la escasez de agua “podrían hacer insostenible cualquier proyecto extensivo, incrementando el riego de que los cultivos pierdan idoneidad, es decir, no se consiga producir vino de alta calidad”.

Además, las condiciones más cálidas y una mayor exposición a las radiaciones solares (quemaduras en las hojas y la vid) afectan negativamente tanto al rendimiento como a la calidad del vino en estas zonas. “En escenarios de calentamiento severo [más de 2 ºC de aumento], la mayoría de las regiones mediterráneas por debajo de los 45° N podrían convertirse en climáticamente inadecuadas para la producción de vino y viñedos, y la única alternativa en estas zonas serían los viñedos a mayor altitud”. Los autores calculan, no obstante, que “solo una pequeña porción de esta pérdida (menos del 20%) puede ser potencialmente compensada con el desplazamiento de los viñedos hacia zonas montañosas”.

El vino típico de Viena, el Gemischter Satz, está hecho con variedades distintas que crecen en las mismas ristras de viñas
Viñedos como los de Viena, Gemischter Satz, pueden verse beneficiados por las nuevas conidicones climáticas   . F. Vivanco

También para escenarios de calentamiento severos, los autores indican que “es probable que sea necesario hacer una transición a variedades de uva de maduración más tardía en estas regiones”. Por el contrario, se espera que Galicia, el norte de los Balcanes y, en general, las zonas por encima de los 46° N se beneficien del calentamiento, al menos para niveles limitados de aumento de temperatura. A considerar también que, en algunos de estos casos, la brotación temprana podría aumentar el riesgo de heladas primaverales.

En el conjunto de Europa, se espera que nuevas regiones vitivinícolas se expandan hacia el norte, especialmente a lo largo del sector Atlántico, lo que resulta en un aumento neto de zonas climáticamente adecuadas en Europa hasta en un 60%. Aunque, como reconocen los autores, esta expansión es puramente teórica y se refiere únicamente a las condiciones climáticas, sin considerar la calidad del suelo, el uso preexistente de la tierra y otros factores cruciales para el establecimiento de nuevos viñedos.

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Mapa esquemático de Europa, con regiones (acrónimos en la parte superior de cada hexágono) y previsiones en dos escenarios de aumento de temperaturas (círculos coloreados)  .
Mapa esquemático de Europa, con regiones (acrónimos en la parte superior de cada hexágono) y previsiones en dos escenarios de aumento de temperaturas (círculos coloreados) . Nature
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Una zona especialmente sensible

Poniendo en contexto el nuevo estudio, Javier Martín-Vide, climatólogo y catedrático de Geografía Fisica de la Universidad de Barcelona [experto que no ha participado en la elaboración del nuevo estudio pero conoce sus resultados], recuerda que “el aumento de la temperatura del aire en la cuenca del Mediterráneo ha alcanzado ya 1,5 ºC respecto a la temperatura media de la segunda mitad del siglo XIX, mientras que a nivel global se sitúa en 1,2ºC, por lo que la cuenca es un hot spot, una región especialmente sensible al calentamiento”. 

Respecto a los datos ahora presentados, Martín-Vide, indica a La Vanguardia que “sin duda, el calentamiento afectará al cultivo de la vid, como a otros cultivos, especialmente, como cita el artículo, por el impacto negativo de las olas de calor, cada vez más frecuentes, intensas y duraderas, y por las sequías, en aumento”.

Rafael Andrés Peinado Amores, catedrático del departamento de Química Agrícola, Edafología y Microbiología de la Universidad de Córdoba; y Fernando Sánchez Suárez, ingeniero agrónomo y enólogo, investigador predoctoral del departamento de Química Agrícola, Edafología y Microbiología de la Universidad de Córdoba, consideran que “en el artículo [ahora publicado] se hace una profunda revisión de los cambios que, en la producción y calidad de los vinos, ya se están produciendo por efecto del cambio climático”, Entre los aspectos a tener en cuenta, estos investigadores señalan, en declaraciones recogidas por SMC, que el nuevo estudio “destaca la presión de plagas y enfermedades en estas posibles nuevas condiciones, donde los hongos que necesitan de mayor humedad para desarrollarse verán frenado su avance en contraposición con otros de tiempo más seco”. Lee también

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Javier Martín-Vide puntualiza que, “hay que anotar que el nuevo estudio no recalca suficientemente, la gran plasticidad de este cultivo”. 

“La vid, con sus múltiples variedades, aparece en el caso de España en todas sus regiones, con climas tan contrastados como el atlántico, y así hay viñedos y denominaciones de origen afamadas en Galicia o en el País Vasco, con pluviometrías medias anuales que superan los 1.500 mm, y otros en el sudeste peninsular, en Murcia, en un clima de notable aridez, con precipitaciones medias anuales inferiores a 300 mm, sin hablar de Lanzarote, donde también se cultiva la vid, con una lluvia media anual que apenas alcanza el centenar de milímetros”, detalla Martí-Vide. “En cuanto a la temperatura los contrastes son, igualmente, muy marcados, con algunos de los viñedos más famosos del mundo en Castilla y León, que llega a veces a temperaturas mínimas de -10 ºC, y aún menos, y otros también renombrados en el sur peninsular, en algunas comarcas donde las heladas son casi desconocidas, o en la misma Canarias”.

Los viñedos en Canarias son ejemplo de versatilidad de estos cultivos  .
Los viñedos en Canarias son ejemplo de versatilidad de estos cultivos . Getty Images

Adaptarse al cambio

Recogiendo algunas de las propuestas del nuevo estudio, Martín-Vide considera que “es evidente que habrá que adaptarse a los nuevos escenarios que, en España, coinciden en un aumento térmico claro y una tendencia a la reducción de la lluvia, cultivando las especies mejor adaptadas al creciente estrés térmico e hídrico, variando las técnicas de cultivo, etc”. “En algunos casos, avanzado el siglo y si no cambian mucho las cosas, quizá habrá que abandonar algunas comarcas vitivinícolas tradicionales, para ganar altitud, como ya están haciendo, modélicamente, ciertas bodegas españolas y catalanas. Al respecto, la mayoría de los vitivinicultores españoles tienen un gran conocimiento sobre esta nueva realidad”.

Finalmente, la vid, como otros cultivos, se resienten, en especial, cuando se producen lo que recientemente se han denominado episodios compuestos cálidos y secos (compound hot-dry events), es decir, la coincidencia en el tiempo de olas de calor durante períodos de sequía, como ha ocurrido en España en los últimos veranos. “Los impactos negativos en el agro de este riesgo climático son más lesivos que la suma de los efectos negativos de olas de calor y sequías cuando no coinciden en el tiempo. Habrá que estar preparados ante el previsible aumento de estos episodios compuestos cálidos y secos”, concluye Javier Martín-Vide.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20240326/9582627/70-regiones-produccion-vino-seran-afectadas-cambio-climatico.html

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