Una carta anónima, atribuida a un cardenal, dice que la ambigüedad de Francisco «en cuestiones de fe y moral causa confusión entre los fieles»

Francisco, en una aparición pública reciente, durante la audiencia general

Francisco, en una aparición pública reciente, durante la audiencia general EFE

JOSÉ RAMÓN NAVARRO-PAREJA / ABC

En un contexto de final de pontificado, y justo en el momento en que se conocían los últimos problemas de salud del Papa Francisco, el diario online conservador ‘La Nuova Bussola Quotidiana’ hacía público este jueves un texto anónimo -aunque tiene «como autor principal» a un cardenal, según sus propias palabras- «destinado a circular entre los cardenales con vistas al próximo cónclave».

El documento, aunque comienza reconociendo algunos «puntos fuertes del pontificado del Papa Francisco» es duro al juzgar lo que denomina «defectos obvios», entre los que incluye un «estilo de gobierno autocrático, a veces llegando a parecer vengativo»; un «descuido en cuestiones de derecho» y, lo que consideran «más grave», un «estilo persistente de ambigüedad en cuestiones de fe y moral que causa confusión entre los fieles». «El resultado de esto -según concluyen- es una Iglesia más fracturada que en ningún otro momento de su historia reciente».

El texto está firmado con el seudónimo Demos II, en alusión a un escrito similar, que circuló en marzo de 2022, que planteaba «una serie de graves interrogantes y críticas sobre el pontificado del Papa Francisco». El entonces también anónimo autor firmaba como Demos (pueblo en griego) y, tras su muerte, en enero de 2023, se supo que quien estaba detrás era el cardenal australiano George Pell. El cardenal, que estaba al frente de las finanzas vaticanas cuando fue reclamado por su país para ser juzgado por abusos sexuales, se sintió abandonado por el Papa cuando fue condenado en primera instancia. Pell pasó un tiempo en la cárcel, pero recurrió aquel fallo y finalmente fue absuelto en una instancia superior y volvió a Roma aunque nunca fue restituido en sus responsabilidades vaticanas.

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Ahora, el sucesor de Pell en esta crítica, Demos II, también apunta a la responsabilidad de Francisco en los problemas actuales de la Iglesia y presenta un itinerario en siete puntos de lo que debería tener en cuenta el próximo Papa para «recuperar y restablecer verdades que se han ido lentamente oscureciendo o perdiendo entre muchos cristianos».

Las críticas se enmarcan dentro de las que otros cardenales han realizado sobre recientes decisiones del Papa, como la autorización de las bendiciones pastorales a parejas del mismo sexo, o las ‘dubia’ que hicieron públicas cinco de ellos en los días previos al comienzo del Sínodo de la Sinodalidad. No sorprende en ese sentido que ‘La Nuova Bussola Quotidiana’ haya sido el medio elegido para esta difusión, ya que protagonizó una amplia campaña mediática contra el Sínodo desde sus páginas, entre otras críticas al pontificado del Papa Francisco. El medio italiano también adelantó en exclusiva que el Pontífice había castigado al cardenal Raymond L. Burke quitándole el sueldo y el apartamento en que vivía en Roma, por «generar desunión».

En la hoja de ruta que marca para el próximo Papa, el primer punto habla de de «la autoridad real», que «se ve perjudicada cuando se usan medios autoritarios en su ejercicio». En ese sentido recuerdan que el Papa «es el sucesor de Pedro y quien garantiza la unidad de la Iglesia. Pero no es un autócrata». También señalan que «no puede cambiar la doctrina de la Iglesia, y no debe inventar o alterar la disciplina de la Iglesia arbitrariamente».

«Así como la Iglesia no es una autocracia, tampoco es una democracia», explican en el segundo punto. «El ‘sensus fidelium’ católico no es una cuestión de encuestas de opinión, ni siquiera la opinión de una mayoría bautizada», recomienda al futuro Pontífice. También añade, como tercer elemento que «la ambigüedad no es evangélica ni acogedora» en lo que supone una carga de profundidad hacia Francisco, que ya se vislumbra en otras críticas anteriores como las ‘dubia’.

Y por si quedaba duda de la intención, explica que «desde el principio, el pontificado actual se ha resistido a la fuerza evangélica y a la claridad intelectual de sus predecesores inmediatos. El desmantelamiento y reutilización del Instituto Juan Pablo II de Roma y la marginación de textos como ‘Veritatis Splendor’ sugieren una elevación de la ‘compasión’ y la emoción a expensas de la razón, la justicia y la verdad. Para una comunidad de fe, esto es insano y profundamente peligroso».

Renovación moral en el Vaticano

También argumenta, en el cuarto punto la «excesiva confianza en el motu proprio como herramienta de gobierno y una despreocupación general y aversión por los detalles canónicos». En el siguiente, añaden que la Iglesia «nunca puede ser reducida a un sistema flexible de ética o a un análisis y remodelación sociológica para adaptarla a los instintos y apetitos (y confusiones sexuales)», y condena, «del actual pontificado», su alejamiento de «una teología del cuerpo».

La penúltima de las recomendaciones habla de que «el propio Vaticano necesita urgentemente una renovación de su moral, una limpieza de sus instituciones, procedimientos y personal, y una profunda reforma de sus finanzas para prepararse para un futuro más difícil». Sorprende la crítica, en cierta manera, cuando el pontificado de Francisco se ha caracterizado por los constantes intentos de poner en orden las finanzas vaticanas, aunque Demos II propone que las necesidades de la Santa Sede «exigen la presencia, la atención directa y el compromiso personal de cualquier nuevo Papa».

Por último, el texto difundido entre cardenales y católicos, recuerda que «el colegio cardenalicio existe para asesorar al papa y elegir a su sucesor», aunque apunta que eso requiere «un Papa dispuesto a pedir consejo y luego a escuchar». en ese sentido también incide que la política de nombramientos de Francisco, que «ha hecho hincapié en la diversificación del colegio», ha derivado en que «muchos de los electores que voten en el próximo cónclave no se conocerán realmente entre sí, y por tanto pueden ser más vulnerables a la manipulación».

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El documento concluye explicando las razones por las que se ha difundido de manera anónima. «La respuesta debería ser evidente para todo aquel que conozca el tenor del ambiente romano actual. La sinceridad no es bienvenida y sus consecuencias pueden ser incómodas», explica«. Y no falta una crítica a «la fuerte dependencia del actual pontificado en la Compañía de Jesús, la reciente problemática actuación del cardenal Fernández, del DDF [Dicasterio para la Doctrina de la Fe], y el surgimiento de una pequeña oligarquía de confidentes con excesiva influencia dentro del Vaticano, todo ello a pesar de las pretensiones descentralizadoras de la sinodalidad».

Fuente: https://www.abc.es/sociedad/oposicion-vaticana-papa-eleva-presion-20240301214751-nt.html

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