Para ganar hacen falta ganas y a Eduardo Rivera se le nota todo menos eso, ganas de vencer.

Por Itandehui Rodríguez Martínez

@Itandehui_RoMa

Tal parece que el mito era eso, justamente, solo un mito. Tanto el equipo, como los adeptos de Eduardo Rivera aseguraban que iba a crecer sostenidamente tan pronto saliera de la Presidencia Municipal de Puebla a campaña.

Lamentablemente para ellos, para los que le creyeron, eso no está sucediendo.

La diferencia entre los contendientes se está ampliando. Son 24 puntos los que lo separan de Alejandro Armenta, según el promedio de las encuestadoras que están midiendo el proceso.

¿Será suficiente el voto de la clase media para sacar adelante el proyecto de Eduardo Rivera?

Las elecciones no se ganan solo esperando que la gente salga espontánemante a votar, se ganan con operación, con compromiso de las estructuras y mientras que sus aliados, los que realmente saben operar, los del PRI, ven mermadas sus filas a pasos agintados, Morena está reclutando a más operadores.

El día de ayer, Alejandro Armenta tomó protesta a 5 mil promotores más, de los que por sí ya tenían en sus filas.

Mientras tanto, del otro lado, la desesperación comienza a hacer presa de algunos. No hay estrategia y en la coordianción de campaña, no hay rumbo.

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¿Quién quiere ganar realmente? ¿Quién está dejando perder la elección?

Las respuestas son sencillas, las imágenes lo dicen todo. Mientras de un lado comenzamos a ver a un actor desencajado, del otro vemos a uno más motivado que nunca.

A Eduardo Rivera lo han llevado las olas: lo llevó la ola morenovallista, lo llevó la ola opositora del 2021 y ahora, ¿en qué ola se va a montar? Xóchitl Gálvez tampoco logra repuntar.

No, en esta elección no hay ola que montar, él es la ola, pero no lo ha entendido, tampoco su equipo.

El mito era eso, solo un mito.

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