Rumbo a las elecciones 2024
Por José Ojeda Bustamante
Entrando en materia, el presente artículo aborda el abstencionismo electoral de los jóvenes, tiene como principal objetivo indagar acerca de este fenómeno que afecta a la democracia mexicana, debido a que limita el alcance de la representación política de los votantes jóvenes porque rompe el vínculo entre representantes y representados. En este trabajo podrá conocerse algunas causas, como la desafección hacia los partidos políticos, polarización y la falta de información sobre los candidatos; así como la carencia de una cultura política que incentive la participación activa de todos los votantes.
El desarrollo de la democracia en la mayoría de los países del mundo ha dejado entrever grandes beneficios para sus habitantes, desde el desarrollo de las libertades, el derecho a la propiedad privada y la igualdad de todos los ciudadanos; ante la ley y con derecho a ser electos; pero también ha mostrado un agotamiento en el sistema de elección de los gobernantes. Una gran parte del electorado también muestra desinterés, apatía por los procesos electorales e insatisfacción de la democracia que puede evidenciarse con el abstencionismo, principalmente en jóvenes que no consideran una prioridad asistir a las urnas.
Este fenómeno del abstencionismo es un síntoma de la problemática que se vive en el sistema democrático; que hemos elegido para construir la vía electoral de la representación política. Por lo cual es importante abordar esta discusión y plantear propuestas y soluciones que permitan disminuir el umbral de personas que no depositan su voto en las casillas electorales. El derecho al voto y el ejercicio libre de las libertades es una conquista que no puede desvalorarse.
Manuel Alcántara profesor de la Universidad de Salamanca sostiene que América Latina ha pasado por varios ciclos políticos y se ha iniciado el cuarto ciclo de las transiciones; pero con un agotamiento caracterizado por movimientos de protesta, desconfianza, radicalización de las narrativas políticas, polarización y populismo. “También tienen como origen a la desafección política la desigualdad, exclusión social, corrupción y un imperio neoliberal en las políticas”.
Asimismo, como dice Presno “reconocer que el ejercicio del voto es un fundamental porque formaliza los derechos ciudadanos, pero también otorga legitimidad al gobierno. Entre los ciudadanos más participativos se encuentran los votantes de Bélgica e Italia que llegan a ser del 90 por ciento de votantes; pero los menos participativos son Estados Unidos y Suiza, que tienen un 50 por ciento de participación. Empero existe una tendencia a la baja, incluso en las democracias consolidas.
Además, cuando se plantea el análisis y discusión de por qué los jóvenes no se interesan por votar, podemos encontrar varios síntomas en el desencanto político-social; pero el sufragio no sólo se limita a la elección de los representantes; sino también abarca a otros tipos de participación en las consultas ciudadanas, referéndums; así como en otro tipo de interacción entre gobierno y sociedad. Bajo este planteamiento, el abstencionismo por su naturaleza anónima, no se pude medir o identificar de manera precisa a los no votantes en las urnas; pero sí deja un rastro en el sentido del porcentaje de ciudadanos que no ejercen este derecho.
Nos vemos en la próxima entrega desde las antípodas, para abordar nuevos elementos que nos permitan dilucidar más desafíos de nuestra democracia, ahora desde la obligatoriedad del voto ¿Es la solución para despabilar al elector?