Por Itandehui Rodríguez Martínez

@Itandehui_RoMa

Para dar detalles de esa conversarción, primero tendría que solicitarle autorización al ahora gobernador, pero como diputado algún día en el Congreso, me aseguró que él podía ser un gobernador de reconciliación. Si Sergio Salomón fuera diferente no habría cumplido su palabra.

Y no digo que sea así porque me lo aseguró, o porque se comprometió conmigo a hacerlo, me lo aseguró porque él es así. Es un hombre que privilegia la reconciliación y lo está demostrando con hechos.

Pero ¿a qué viene todo esto? A lo que sucedió el fin de semana. El oficio político del gobernador lo puso por encima de las grillas de los que aseguraban controlar el Consejo Estatal.

A todos se les permitió participar y todos tuvieron una cachetada de realidad. Julio Huerta, por supuesto que tuvo la mayoría de los votos, pues sí él puso a todos los consejeros, lo que extraña es que haya perdido a tantos. Se quedó solo con 63.

Liz Sánchez, despacito, con tiento, pero sin pausa, logró convencer a 55 consejeros.

Olivia Salomón, tuvo 48 votos.

Luego Nacho Mier, quién podría haberse no llevado uno solo si Sergio Salomón, el verdadero líder del Consejo de Morena en Puebla, hubiera decidido operarle en contra, pero el de Tepeaca no es así, es por eso por lo que el diputado Federal se llevó 44 votos.

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Cuando se conformó el Consejo, el de Tecamachalco había logrado meter a 12 consejeros y en unos meses, cuadruplicó a sus adeptos. Hay que reconocer el oficio y el trabajo que realizó en estos meses.

Rodrigo Abdala se quedó con 35 votos, bastante honrosos y después de esto, vinieron los golpazos de realidad.

Claudia Rivera tuvo 14 votos, tampoco la bloquearon, pero era obvio que difícilmente iba a encontrar una gran cantidad de votos en un Consejo creado por su archienemigo. Me parece un buen número para alguien que no debía tener alguno.

Doña Charito, ¡ay, Doña Charito! Ese sí fue un golpazo de realidad, se quedó con 11, ya ni los miembros del Consejo que armó su marido la quieren… amiga dese cuenta. Debe doler reconocerlo, pero no, en verdad, nadie extraña al barbosismo, solo los que estaban en la nómina, ellos sí.

Y allá, allá en la mesa del rincón, se quedó Alejandro Armenta. Difiero de Arturo Rueda, quién asegura que no va a convencer a los poblanos si no convenció a la gente de Morena, creo que sí los puede convencer, pero lo que quedó en claro el sábado, es que la estructura de Morena no lo acepta y ya lo manifestó.

Morena lo sigue viendo como lo que es, un priista que se sumó a Morena cuándo le fue más conveniente. Y así hay muchísimos y vendrás más, de eso no tengan la menor duda. Pero Morena no quiere al senador.

Eso debe doler.

Comencé hablando de Sergio Salomón, si el gobernador fuera como sus antecesores, si fuera rencoroso y vengativo, Alejandro Armenta no habría tenido ni 6 votos. Le habría cobrado lo que el ahora senador le hizo al ahora gobernador en 2010. En aquellos años, decidieron modificar las encuestas para que Isauro Rendón, compadre de David Huerta, cercanísimo colaborador de Alejandro Armenta, se quedara con la candidatura a la alcaldía de Tepeaca.

Porque así decidía el ahora senador, entonces presidente del PRI. Las encuestas se modificaban para beneficiar a quién él y Mario Marín decidían que fuera designada o designado.

La vida es como el pinball, este juego nos enseña que a cada acción, corresponde una reacción. El objetivo de este juego de Arcade creado en los 40’s es obtener la mayor puntuación total.

Cada vez que Alejandro Armenta y sus aliados se interpusieron en el camino de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, la reacción hizo que su camino cambiara.

¿Quién iba a pensar que gracias a todas las piedras que le pusieron en la ruta Alejandro Armenta, David Huerta y otros personajes, que a todas las veces que quisieron sacarlo del camino y que él se aferró a su objetivo, lo llevaron a convertirse en gobernador de Puebla?

Cualquiera podría haberlo tomado a personal. Cualquiera pudo tomarlo mal y hacer algo para afectarlos. Pero lo que sucedió fue que recibieron una oportunidad salomónica.

Como con Doña Charito, se les confirió la oportunidad de confrontarse con su realidad. Una que no gusta, que duele, pero así es la realidad.

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Desde el viernes Alejandro Armenta dijo, al mero estilo de Capulina que “como podía tener votos, como podía no tener votos” y sí tuvo… 6. Porque no se dedicó a cuidar las etapas, la primera era sí posicionarse, pero también, sentarse con las y los consejeros de Morena y él, optó por despreciarlos. Sabía que el Consejo Nacional lo iba a rescatar.  

Ahora esa es su narrativa, que el Consejo Nacional lo va a elegir, haciéndole una “trompetilla” al Consejo Estatal de Morena. En caso de ser seleccionado, habrá que ver si la estructura de Morena no se la regresa.

Volviendo al gobernador, si Sergio Salomón fuera como sus predecesores, viviríamos en medio de persecuciones, de venganzas y odios, pero no. El gobernador no es como ellos, es por mucho mejor persona y un gran ser humano. Es por eso que en Puebla ahora se respira con más tranquilidad, ¿a poco no?

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