Podría ser hoy el día en el que Alito Moreno le recuerde a Beatriz Paredes que el único amo y señor del PRI, es él.

Por Itandehui Rodríguez Martínez

@Itandeui_RoMa

Podría ser hoy el día en el que el PRI deje a Beatriz Paredes, porque a ella no se le ven muchas ganas de declinar.

Podría ser hoy, a las 4:00 pm que el PRI le dé públicamente su apoyo a Xóchitl Gálvez y abandone a la de Tlaxcala.

Así es, podría ser hoy que se le acaben los sueños de pactar con Morena a Beatriz y es que Alito Moreno advirtió algo. Podría pasarle lo mismo que él les hizo a sus compañeros de partido.

Cuando Alejandro Moreno llegó a la dirigencia del PRI se olvidó de quién lo apoyó y no me refiero a su equipo cercano, me refiero a Manlio Fabio Beltrones, a Miguel Ángel Osorio Chong y al mismo “Peña bombón, te quiero en mi colchón”.

¿Por qué Beatriz no le haría lo mismo a él?

Es más, lo sabe. Beatriz y él cojean del mismo pie.

El o la que llega a la silla, “es”. Ya es. No es controlable, no es manipulable. “Es” y punto.

Lo de menos son todos los que anteriormente abonaron al resultado, ella “sería” y, seguramente, se le olvidaría gracias a quién. Le daría la puñalada a Alito, como se la dio a Osorio Chong y tomaría decisiones a propia conveniencia.

¿Alejandro Moreno se iba a quedar como el segundo en las negociaciones de su partido? ¿Iba a permitir que alguien más hablara por él con temas tan importantes en puerta como el PEF o las candidaturas del 2023?

¿Se imaginan que en Puebla, Beatriz Paredes quisiera impulsar a Jaime Alcántara para la presidencia municipal de la capital? Es más, joven que me lees, menor de 35 años, ¿sabes quién es Jaime Alcántara?

Si Alito quiere espacios para su equipo, es más fácil conseguirlos con quién le va a “deber y pagar el favor”, con quién tiene más posibilidades de llegar, que con quién podría –en un caso muy remoto– llegar con la misma lógica a la candidatura a la Presidencia de la República, con la que él a la dirigencia nacional del tricolor.

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La de arrebatar, la de arrasar, la de conquistar.

Y así, jugando chueco, traicionando el acuerdo de 2022, Alito llevó a Beatriz hasta el punto en el que él obtuvo lo que quiso de sus acuerdos y negociaciones. Es obvio, Beatriz dejó de servirle.

Ella tiene dos opciones, sumarse y ganar en la negociación, ser candidata a diputada federal plurinominal —como la mayor parte de su vida— junto con algunos de sus amigos o quedar fuera. Y una señora como ella NUNCA queda fuera.

Podría ser hoy, el día en el que Alito le recuerde a Beatriz que el amo y señor del PRI es él y nadie más.

Layda Sansores siendo Layda Sansores

Ya, alguien que le pase un apuntador, de perdida a un fulano que le hable al oído… La pobre gobernadora de Campeche ya no sabe distinguir ni a sus compañeros de partido. Y por favor, alguien dígale a Sergio Mier que “su mamá lo busca en la puerta”.

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