En 2019 no imaginábamos el crecimiento exponencial y el desarrollo de nuevas tecnologías como el metaverso o la IA, tampoco imaginábamos que con estos avances vendrían nuevas formas aprender, de vivir y hasta de cometer delitos, quién hubiera imaginado que hoy en día existen agresores sexuales a través de internet

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ISABEL CHAVARRÍA / LA COSTILLA ROTA

En 2019 la UNESCO publicó el primer Consenso de Beijing sobre la educación y la Inteligencia Artificial dirigido a tomadores de decisiones y encargados de crear políticas públicas sobre educación, representa una visión común de los retos y oportunidades de la IA en los sistemas educativos.

Pero en 2019 no imaginábamos el crecimiento exponencial y el desarrollo de nuevas tecnologías como el metaverso o la IA, tampoco imaginábamos que con estos avances vendrían nuevas formas aprender, de vivir y hasta de cometer delitos, quién hubiera imaginado que hoy en día existen agresores sexuales a través de internet, que hay avatares de mujeres siendo violadas o que existe un mercado de venta de “packs” con el cuerpo y rostro simulado de una compañera de clases o el trabajo.

No es ciencia ficción, está pasando y hay un grave problema de fondo: la educación, si nosotras hubiéramos sabido más pronto que tarde que la Inteligencia Artificial iba a aparecer en nuestra vida diaria, quizá habría al menos alguna que otra medida preventiva o quizá nos hubiera dado tiempo como sociedad de prepararnos, de crear políticas públicas, de diseñar nuevos sistemas y modelos educativos, de establecer límites y definir funciones, etc.

Pero estamos en pleno 2023 con una cuarta revolución industrial a la vuelta de la esquina y aún no conocemos del todo los alcances y riesgos de la IA, es más, aún no sabemos cómo integrar Chat GPT en las clases.

Con el desarrollo e utilización de tecnologías con IA se han planteado un sinfín de debates sobre el futuro: la propiedad intelectual, la automatización de tareas, la privacidad y uso de datos personales, la vulneración a los derechos humanos o la exacerbación de las desigualdades y la brecha digital.

Durante la Pandemia cerca 738 mil[1] personas dejaron de estudiar y en gran parte las razones fueron por falta de acceso a internet y tecnologías para continuar las clases en línea.

Desde mi vivencia presencié la deserción escolar de al menos 3 niños y adolescentes en mi calle durante 2020, en el Informe sobre “Situación de la pobreza de aprendizaje a nivel mundial: actualización 2022”[2] del Banco Mundial, la UNESCO e Unicef apuntan que América Latina y el Caribe ocupan la segunda región con mayor tasa de pobreza de aprendizaje, al menos un 70% de niñas y niños no pueden leer y comprender un texto simple o acorde a su grado escolar.

¿Cómo podría ayudar el metaverso y la IA a mejorar la educación? Ya que hoy en día las y los estudiantes están usando herramientas como Chat-GPT o slides en IA para realizar sus tareas es momento de replantearnos nuevas formas de aprender y de enseñar.

Sé que existen muchas incertidumbres y controversias acerca de la Inteligencia Articificial, se habla de despidos masivos por empresas como Amazon o Google, la desaparición de profesiones, entre ellas la docencia y hasta de una invasión de humanoides a nivel mundial.

Pero empecemos por los derechos, hoy en día se habla de derechos digitales desde distintas perspectivas: como extensión de los derechos fundamentales, como auxiliares de los derechos fundamentales y desde la declaración de una cuarta ola de derechos, esta última permea entre las universidades preocupadas por las nuevas formas de enseñanza, universidades como la UNAM debaten actualmente sobre la innovación en las prácticas educativas, hace unas semanas la Facultad de Derecho expuso en un Seminario sobre derechos digitales su preocupación por las nuevas formas de enseñar el derecho y el papel de las y los docentes.

La educación es uno de esos derechos que actualmente demanda un cambio de paradigma, se habla de la educación digital como el derecho garante que rige las nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, pero hablando de ello ¿cuáles son esos desafíos educativos que tenemos que vencer para garantizar el derecho a la educación de calidad para todos y todas? ¿Qué es lo que la IA no tiene que los humanos sí para solucionar los grandes problemas sociales? ¿Cuáles son esas oportunidades como humanas y como mujeres?

Después de darle varias vueltas al asunto saqué algunas conclusiones y verdades que tenemos que aceptar primero:  la IA, el metaverso y la blockchain llegaron para quedarse, no son buenas ni malas, hay que saber usarlas responsablemente, es necesario un cambio de paradigma en el sistema educativo, necesitamos adquirir nuevas competencias y habilidades para adaptarnos y necesitamos tomar medidas preventivas para protegernos nuestra identidad, nuestros datos, nuestra privacidad y dignidad.

Una vez aceptado estas premisas podríamos comenzar a pensar en cómo aplicar las nuevas tecnologías en la educación, nos enfrentamos a un grandísimo desafío porque las formas de aprender también cambiaron durante la pandemia, las nociones de educación ya nos son tan válidas como las conocíamos, ocupamos un nuevo paradigma[3].

El aprendizaje se volvió más personalizado, por ende, la responsabilidad de las y los estudiantes aumentó al convertirse en los protagonistas de su educación, demanda más capacidades de autogestión del conocimiento, de competencias y habilidades digitales, y más conocimiento en las llamadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y el pensamiento computacional.

Por su parte, el papel de las y los docentes ha sido discutido en los últimos años, algunos creen que su trabajo será sustituido por la IA, que su papel se reduce a un nivel secundario o que sus funciones se reducirán a ser guías en el proceso de aprendizaje a través de tecnología.

Pero la verdad es que las y los maestros son la clave a estos grandes desafíos, el Consenso de Beijing reconoce que la interacción humana y a colaboración entre docentes y educandos deben seguir ocupando un lugar esencial en la educación[4], para ello necesitamos fomentar acciones de empoderamiento en las y los docentes, el desarrollo de habilidades y competencias para integrar tecnologías que mejoren el modelo educativo.

Las y los involucrados en el proceso educativo, incluyendo padres y madres de familia, debemos aprender cómo aprenden las y los estudiantes y hacer un balance entre las capacidades IA y nosotros, respondiendo a una de las preguntas planteadas sobre qué hace nuestro trabajo distinto a una IA, existen habilidades importantes frente a las máquinas, nuestra capacidad de análisis, de realizar investigaciones complejas, nuestra creatividad, nuestra capacidad crítica y nuestras capacidades emocionales, entre ellas, la empatía.

Debemos reconocer que de aquí en adelante el aprendizaje deberá ser colaborativo pese a estar a la distancia, también debemos fomentar el pensamiento crítico a través del asombro, la reflexión y la curiosidad.

Las y los docentes tienen una función vital en la formación de personas críticas, creativas, flexibles, apasionadas, perseverantes y empáticas, pero ¿cómo lograr esto ante el gran desafío del rezago educativo y la pobreza en entornos vulnerables? El aprendizaje personalizado es una respuesta, tal vez debamos enfocarnos en la implementación de nuevas estrategias específicas para estos entornos y fomentar iniciativas similares al High Tech High Touch, basado en aprendizaje adaptativo para cualquier ritmo o nivel educativo en contextos con recursos limitados.

Desde nuestra visión feminista, también necesitamos alentar a que más mujeres y niñas puedan realizar sus sueños, puedan crear, investigar y desarrollar, sólo el 6% de los CEO en la industria tecnológica[5] son mujeres en un mundo en el que existen conflictos armados y condiciones de pobreza que en razón de género afectan más a las niñas al no tener las condiciones adecuadas para el acceso a la educación de calidad o a la educación en áreas como la ciencia, tecnología, ingenierías o matemáticas por estereotipos predominantes en la cultura machista, falta de condiciones sanitarias aptas para ellas o creencias religiosas que restringen o prohíben la educación para las mujeres.

Las buenas prácticas educativas deben ser efectivas, relevantes, innovadoras, inclusivas y colaborativas, basadas en enfoques de derechos humanos, que sean sostenibles y replicables, que contribuyan a la sistematización de resultados y fomenten la evaluación constante.

Aquí algunas sugerencias de buenas prácticas educativas dirigidas no sólo a estudiantes sino a docentes:

El fortalecimiento de habilidades socioemocionales y digitales, el fomento a la identidad cultural, adquisición de habilidades para aprender a aprender, más educación STEM, fomentar el pensamiento computacional, aprendizaje basado en la solución de problemas, aprendizaje basado en proyectos, Alfabetización Mediática Informacional (AMI), aprendizaje a través del juego, la utilización de dispositivos de aplicaciones para el aprendizaje (móvil learning), la implementación de métodos para fomentar el pensamiento crítico como el “Wonder Ponder” (asómbrate y reflexiona), etc.

¿Y cómo lo aplicamos en clase con tecnología? Existen ideas muy creativas como la creación de historietas digitales, aplicaciones para medir y gestionar las emociones, utilizar imágenes con IA para imaginar cómo se vería la tierra impactando con otro planeta, fomentar el intercambio cultural a través de reuniones virtuales con estudiantes de otro país, la utilización de imágenes interactivas para “filosofar”, árboles de decisiones, la creación de blogs, cortometrajes, sitios web o podcast, proyectos que mejoren el medio ambiente utilizando dispositivos arduinos, rehacer cuentos con videos generados en IA, tomar una clase de historia en el metaverso, en fin, la idea es crear experiencias memorables de aprendizaje.

Por qué no imaginar que con las tecnologías los docentes pueden ser “más docentes”, pueden recuperar el tiempo perdido en tareas burocráticas y administrativas para estar más con sus alumnos y alumnas, pueden ayudarse de la IA para acelerar los principios educativos que durante años se han tratado de alcanzar como la interdisciplinariedad, la honestidad y el pensamiento crítico, no sólo pueden ser consumidores sino creadores innovadores de nuevas formas de educar, pueden valerse de estas tecnologías para ayudar a las y los estudiantes a interpretar el mundo, entre otros beneficios que en realidad todavía no visualizamos.

Existen muchas más formas aún por descubrir sobre los alcances de la IA o el metaverso en la educación y valdría la pena plantearnos si las herramientas digitales pueden llegar a ser considerados como un bien público para combatir los desafíos de la educación digital como la infraestructura, la brecha en habilidades digitales, la conectividad y el acceso. (Cabe decir que un gran porcentaje de herramientas digitales no tiene funciones offline o no están disponibles sin conexión).

Ante estos grandes desafíos no debemos nunca perder de vista lo que nos hace humanas: la creatividad, la cultura, la capacidad de relacionarlos, los valores y principios, la ética, la capacidad de sentir. Sabiendo esto podemos entonces lograr una educación equitativa, inclusiva, abierta y personalizada.

BIBLIOGRAFÍA

INEGI, 2020, Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación, 30 págs., [en línea] consultado en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_nota_tecnica.pdf

The World Bannk, (2022) Th estate of global learning poverty: 2022 Update,  [en línea] consultado en: https://thedocs.worldbank.org/en/doc/e52f55322528903b27f1b7e61238e416-0200022022/original/Learning-poverty-report-2022-06-21-final-V7-0-conferenceEdition.pdf

Prensky, M. (2001), Digital natives, digital immigrants, On the Horizon magazine, Vol 9. No. 5 pp. 1-6.

Unesco, (2019), Consenso de Beijing,  [en línea] disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000368303

Pro futuro, (abril 2023), Día Internacional de las niñas en las TIC: Avanzando en la igualdad de género con la tecnología, [en línea] consultado en: https://profuturo.education/observatorio/enfoques/dia-internacional-de-las-ninas-en-las-tic-avanzando-en-la-igualdad-de-genero-con-la-tecnologia/

[1] INEGI, 2020, Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación, p. 8

[2] The World Bannk, (2022) Th estate of global learning poverty: 2022 Update.

[3] Prensky, M. (2001), Digital natives, digital immigrants, On the Horizon magazine, Vol 9. No. 5 pp. 1-6.

[4] Unesco, (2019), Consenso de Beijing,  p.32

[5] Pro futuro, (abril 2023), Día Internacional de las niñas en las TIC: Avanzando en la igualdad de género con la tecnología, [en línea] consultado en: https://profuturo.education/observatorio/enfoques/dia-internacional-de-las-ninas-en-las-tic-avanzando-en-la-igualdad-de-genero-con-la-tecnologia/

Fuente: https://lacostillarota.com/2023/05/15/desafios-educativos-con-inteligencia-artificial-y-el-metaverso-necesitamos-un-nuevo-paradigma-educativo/

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