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Flak: el mecanismo de censura silenciosa que enfrenta el periodismo mexicano | ObservaMXMedia

En su modelo de propaganda, Noam Chomsky y Edward S. Herman describen el «flak» como uno de los cinco filtros a través de los cuales los medios son controlados o condicionados. El término se refiere a la respuesta negativa organizada —ataques, amenazas, presiones— que recibe un medio o periodista cuando publica contenido que incomoda al poder económico, político o social.
En México, el fenómeno del flak no solo es evidente, sino que se ha intensificado con la proliferación de las redes sociales y los ejércitos digitales. Las campañas de desprestigio, el hostigamiento judicial y la violencia física o simbólica contra periodistas forman parte del paisaje informativo contemporáneo. A continuación, exploramos cómo opera el flak en el contexto mexicano actual, con ejemplos concretos.

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Flak tradicional: el linchamiento mediático y político

Durante años, el flak en México operó a través de campañas de linchamiento mediático en televisión, radio y prensa escrita. Un ejemplo paradigmático fue el caso de Carmen Aristegui en 2011, cuando fue despedida de MVS Radio después de cuestionar públicamente el escándalo de la «casa blanca» vinculada a la familia presidencial. El argumento formal fue que había violado el «código de ética» interno, pero el contexto dejó claro que el motivo era político.

El flak, en este caso, se manifestó tanto en presión directa de funcionarios como en la activación de medios aliados que calificaron su trabajo como «tendencioso» o «antipatriótico». No se trató simplemente de una crítica periodística: fue un movimiento coordinado para deslegitimarla.

Flak judicial: las demandas como instrumento de silenciamiento

Otra forma de flak en México son las demandas judiciales estratégicas contra periodistas y medios, conocidas como SLAPPs (Strategic Lawsuits Against Public Participation).
Un ejemplo reciente es el caso de Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, demandados en 2021 por sus reportajes sobre corrupción en la administración pública. Aunque las demandas fueron consideradas infundadas, su propósito real era agotar recursos, intimidar y enviar un mensaje disuasorio a otros periodistas.
En un sistema judicial lento y costoso como el mexicano, enfrentar una demanda puede equivaler a una sentencia anticipada, aunque al final el periodista gane el caso.

Flak digital: el acoso orquestado en redes sociales

Con la irrupción de las redes sociales, el flak adoptó nuevas formas: campañas de desprestigio, doxing (publicación de información privada), amenazas y violencia simbólica.
Un caso claro es el de la periodista Denise Dresser, quien ha sido blanco constante de campañas de odio en redes, impulsadas tanto por simpatizantes de gobiernos en turno como por operadores digitales. Cada vez que Dresser publica una crítica severa, especialmente en temas de corrupción o derechos humanos, oleadas de cuentas falsas (bots) y usuarios coordinados inundan X (Twitter) y otras plataformas con insultos, memes ofensivos y desinformación para minar su credibilidad.
Lo mismo ha ocurrido con periodistas como Lydia Cacho o Daniel Moreno (director de Animal Político), entre otros.

Flak institucional: el caso de Rodolfo Ruiz en Puebla

Un ejemplo reciente y alarmante de flak institucional ocurrió en abril de 2025, cuando el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, arremetió públicamente contra el periodista Rodolfo Ruiz, director del portal e-Consulta. Durante una conferencia de prensa, Armenta calificó a Ruiz de «canalla» y «cobarde», acusándolo de violencia de género por un tuit que el periodista niega haber escrito.

El gobernador solicitó a la Fiscalía General del Estado investigar a Ruiz, basándose en una publicación que, según el propio periodista, fue realizada por otro comunicador. Organizaciones defensoras de la libertad de expresión, como Artículo 19, exigieron a Armenta una disculpa pública y denunciaron el uso del aparato estatal para intimidar a la prensa crítica.

Este caso ejemplifica cómo el flak puede ser ejercido directamente desde el poder ejecutivo estatal, utilizando recursos institucionales para desacreditar y presionar a periodistas independientes.

El flak entre medios: el temor a la agresión y la falta de solidaridad

Uno de los aspectos más preocupantes del flak en México es cómo otros medios de comunicación, por temor a ser linchados o agredidos digital e institucionalmente, prefieren evitar denunciar o solidarizarse con los ataques que sufren sus propios colegas.

La autocensura entre los medios es un fenómeno real. Muchos periodistas y directores de medios, conscientes de la violencia verbal y digital que se desata contra quienes levantan la voz, deciden no tomar partido. El miedo a las represalias, ya sea en forma de campañas de odio, demandas judiciales o ataques directos en redes, hace que se evite visibilizar las agresiones a otros miembros del gremio.

Este comportamiento crea un ciclo vicioso de desprotección y aislamiento para aquellos que realmente intentan desafiar al poder y exponer situaciones incómodas, ya sea en el ámbito local o nacional. La falta de solidaridad entre los medios enriquece el terreno para que el flak se propague sin freno, dejando a los periodistas más vulnerables a la represión.

Consecuencias del flak en el periodismo mexicano

El flak tiene efectos devastadores para el ejercicio libre del periodismo:

Autocensura: Muchos periodistas evitan cubrir ciertos temas por miedo a represalias.

Polarización: Se refuerza la percepción de que los medios son «enemigos» de un proyecto político o económico, en lugar de actores críticos necesarios para la democracia.

Pérdida de confianza: El público, al presenciar ataques y contraataques constantes, termina desconfiando de todos los medios, lo que erosiona el tejido informativo.

Además, el flak no impacta por igual: periodistas independientes, mujeres periodistas y medios comunitarios suelen ser los más vulnerables, dado que carecen de respaldo institucional fuerte o recursos legales para defenderse.

Entender el flak no es justificarlo: es reconocer que existe y que mina la libertad de expresión. En México, proteger a los periodistas del flak —ya sea mediático, judicial, digital o institucional— es un requisito indispensable para fortalecer la calidad democrática y garantizar el derecho ciudadano a una información plural y libre de presiones.

Mientras el costo de hacer preguntas incómodas sea tan alto, el periodismo no podrá cumplir plenamente su función social.

Fuente: https://www.observatoriomx.media/noticias/flak-el-mecanismo-de-censura-silenciosa-que-enfrenta-el-periodismo-mexicano/?1

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