Las artes escénicas han reflejado, históricamente, las realidades de la sociedad del momento. A continuación, seleccionamos siete títulos que han marcado la escena del teatro desde Grecia hasta la actualidad.

Dalia Alonso / ethic

Las artes escénicas han ido cambiando al compás de los tiempos, reflejando siempre las realidades de la sociedad del momento. Desde la tragedia griega al teatro contemporáneo, algunas obras dramáticas son clave para comprender la evolución del género teatral.

A continuación, siete de ellas.

‘Las troyanas’, de Eurípides

Eurípides, el último de los tres grandes trágicos de Grecia, mostró en sus obras a personajes fieramente humanos, que reflexionaban sobre temas que podrían considerarse de actualidad tanto en el siglo V a.C. como en el XXI. Las troyanas nos hace partícipes del lamento de Hécuba, Andrómaca y Casandra, tres mujeres vencidas después de la guerra de Troya y que, desde su punto de vista, narran las miserias de la guerra. Así, muestran cómo tanto vencedores como vencidos acaban pagando unas consecuencias que superan con creces cualquier gloria conseguida durante el conflicto.

‘El rey Lear’, de William Shakespeare

En esta tragedia publicada en 1605, el viejo rey Lear decide dividir su reino entre sus tres hijas, amén de que la que más le quiera recibirá mayor parte. Dos de las hijas se deshacen en lisonjas con su padre, pero la tercera, Cordelia, le dice que no puede expresar su amor con palabras, lo que provoca que el rey la acabe desheredando, un error que pagará cuando las otras dos hijas empiecen a tratarle con desprecio. Entre intrigas palaciegas y bellas palabras, Shakespeare esboza el espectro del carácter humano en las tres hermanas, desde la amabilidad honesta de Cordelia a las mentiras de sus hermanas, pasando por el juicio precipitado del rey Lear. El cineasta Akira Kurosawa basó su película Ran en esta obra del dramaturgo isabelino.

‘Fuenteovejuna’, de Lope de Vega

Lope de Vega publicó en 1619 la obra definitiva sobre la unión del pueblo contra la opresión. El pueblo de Fuenteovejuna, protagonista coral de la obra, se alía para matar al cruel comendador después de que este haya violado a la joven Laurencia. La característica peculiar de la anécdota, que aún hoy sorprende, es la transformación de los habitantes de Fuenteovejuna en una entidad única, en la que nadie en concreto perpetra el asesinato, sino que se trata de una acción colectiva contra el abusador.

‘Tartufo’, de Molière

Aunque el género cómico tiene mucho de contextual y a veces pierde sentido si lo sacamos de su tiempo, las buenas comedias funcionan perfectamente, a pesar del paso de los siglos. Es el caso de esta obra estrenada en 1669 en la que Molière nos presenta a Orgón, un hombre de bien que ha caído bajo la influencia del impostor Tartufo. Todos los miembros de la familia se dan cuenta de que Tartufo, que utiliza la moralidad y la religión como modo de engaño, está intentando quedarse con los bienes de Orgón, lo que da lugar a una serie de enredos destinados a desenmascarar al impostor. Molière, con su fina ironía, consiguió crear una comedia eterna que, como muchas cosas buenas, también causó escándalo en su época, especialmente entre las élites religiosas.

‘Casa de muñecas’, de Henrik Ibsen

En 1879, Ibsen sacudió el panorama teatral con el estreno de esta obra en la que se defiende sin tapujos la emancipación femenina. Nora es una mujer casada que, años atrás, había pedido un préstamo a espaldas de su marido para poder ayudarle a superar una enfermedad. Cuando el prestamista destapa la verdad ante el marido de Nora, este, en vez de darle las gracias por haberle salvado la vida, la humilla. Nora se da cuenta entonces de que en su matrimonio no es más que una muñeca, y toma una decisión que en la época resultaha inédita: abandona a su marido y a sus hijos. El desenlace causó tanto revuelo que en algunas representaciones hubo un final alternativo en el que Nora se quedaba en casa.

‘Tío Vania’, de Antón Chéjov

En esta obra de carácter existencialista asistimos al drama del tío Vania, un hombre que, en plena crisis vital, ve frustrada su última oportunidad de encontrar el amor al enamorarse de Elena, una mujer casada. Plagada de pesimismo y hastío, el desenlace del conflicto es tan realista como triste: los personajes, después de sufrir lo indecible, vuelven al trabajo, arrastrados por la corriente del día a día y sin más opción que seguir adelante. El drama para Chéjov no es morir, sino que la vida continúe con su dolor y su tedio.

‘La casa de Bernarda Alba’, de Federico García Lorca

De toda la producción teatral de Lorca, La casa de Bernarda Alba destaca por ser su obra más madura, en la que retrata con precisión la España rural de principios de siglo. Las pasiones hierven en cada una de las hijas de Bernarda Alba, encerradas durante ocho años de luto por su tiránica madre, cuando irrumpe en su vida un hombre llamado Pepe el Romano. Adela, la más pequeña, se rebelará contra lo establecido y contra la figura de su madre, símbolo de represión que aún hoy causa escalofríos.

No puede obviarse que la ausencia de mujeres en esta lista llama la atención negativamente, y es que el género dramático ha estado prácticamente vedado para las autoras hasta hace relativamente poco. Encontramos con cierta frecuencia desde la Antigüedad testimonios de mujeres escritoras tanto en la novela como en la poesía y el ensayo, pero es más raro oír hablar de obras de teatro escritas por mujeres. Sabemos de obras llevadas a la escena por autoras como Sor Juana Inés de la Cruz o Gabriela Mistral, pero incluso en la dramaturgia contemporánea la presencia femenina sigue siendo excepción en vez de norma.

En 2016, un estudio del Grupo Barraquianos de TRAGYCOM, elaborado a partir de los datos del Centro de Documentación Teatral, arrojaba una verdad incómoda: solo el 23% de las obras de teatro que suben a las tablas en España llevan la firma de una mujer. Solo autoras como Paloma Pedrero o Angélica Liddell logran encabezar un ranking que nos obliga a repensar la equidad en el ámbito teatral.

Fuente: https://ethic.es/2024/05/las-siete-obras-de-teatro-mas-importantes-de-la-historia/

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