Páginas de Espuma celebra el centenario del autor checo con un libro que reúne todos sus relatos con una nueva traducción

Noventa y nueve maneras de esclarecer el misterio de Kafka

Pasaporte de Franz Kafka ABC

JAIME G. MORA / ABC

Si el cuento es la expresión literaria que mejor ilumina la obra de Franz Kafka -más o menos novelista, diarista, autor de un lenguaje propio y padrino de un adjetivo con su nombre-, era inevitable que una manera de celebrar su centenario fuera reunir todos sus relatos, los que se atrevió a publicar y los póstumos, en un solo volumen y con una nueva traducción. Porque «el mayor acto de amor que se le puede hacer a un clásico es releerlo desde la gramática de su tiempo, y eso, sin duda, incluye su traducción», sostiene el escritor Andrés Neuman, autor del prólogo de los ‘Cuentos completos’ que Alberto Gordo ha traducido, con ilustraciones de Arturo Garrido, para Páginas de Espuma. «Esta edición nos permite apreciar los muchos Kafkas que hay en Kafka: un Kafka lírico, porque es mucho más sensorial y hasta sensual de lo que nos podríamos imaginar; un Kafka sutilmente humorístico, con retranca, muchas veces con humor negro, que es una forma suprema de humor, y un Kafka elusivamente político, con conciencia de clase y que repiensa la relación con la jerarquía, tanto familiar como colectiva», señala Neuman. Los cuentos del autor de ‘La transformación’ -o ‘La metamorfosis’-, añade el escritor argentino, son la puerta de entrada para todo Kafka, para todos los Kafkas y para todos los géneros que hay en él.

Para la selección, Gordo, que además de traductor es el editor del volumen, se ha ceñido a los textos de ficción de Kafka, sin incluir sus tres obras consideradas novelas: ‘El proceso’, ‘El castillo’ y ‘El desaparecido’. El criterio de Gordo es el mismo que siguieron los editores alemanes, que en los textos póstumos trabajaron con los manuscritos originales. Ya se sabe que Max Brod, el amigo de Kafka que se empeñó en recuperar toda la obra que el autor le pidió que destruyera tras su muerte temprana, introdujo cambios notables, empezando por los títulos de los relatos. Kafka no titulaba hasta que no terminaba los textos, así que la mayor parte de la obra que dejó carecía de ellos. «Con Kafka ocurre que muchas veces se sobreinterpretan sus textos», explica Gordo. Siendo un autor tan abstracto, que juega tanto con las elipsis, esto dirige inevitablemente su lectura. El título ‘La metamorfosis’, por ejemplo, viene de una traducción francesa, e ilustrarlo con imágenes como la de la cucaracha condiciona su lectura. «Kafka escribe sobre el sinsentido y maneja unas elipsis no carverianas, sino violentas, que desfiguran el cuento y generan un cráter al texto. Entonces hay una reacción de búsqueda desesperada para reponer el sentido», añade Neuman.

Imagen principal - De arriba abajo, uilustraciones de los cuentos 'Un arista del hambre', 'Había un buitre' y 'Deseo de convertirse en indio'
CUENTOS ILUSTRADOS De arriba abajo, uilustraciones de los cuentos ‘Un arista del hambre’, ‘Había un buitre’ y ‘Deseo de convertirse en indio’ ARTURO GARRIDO

Esta condición ha añadido dos dificultades a la hora de editar los ‘Cuentos completos’. Por algo kafkiano es un adjetivo que sirve para convertir lo absurdo y lo angustioso en sinónimos. La primera dificultad tiene que ver con la complejidad de su prosa. «Lo leía en alemán y a simple vista no tenía una dificultad muy evidente, pero luego cuando tenía que traerlo al español decía: ‘Esto no es exactamente lo que está diciendo, voy a darle una vuelta. No, tampoco es esto lo que está diciendo, voy a darle otra vuelta’. Y me veía traduciendo en una mañana muy poco», dice Gordo. La segunda dificultad fue ilustrar sus relatos. ¿Cómo poner imágenes a un autor que puede ser interpretado de tantas maneras? «Descubrí que, como dibujante, Kafka era muy ácido, tenía mucha intención. La idea fue imitar su estilo para las ilustraciones -explica Arturo Garrido-. Lo hice con la misma técnica que él, con una pluma antigua y tinta china».

MÁS INFORMACIÓN

Demasiado inseguro para el ingente talento que tenía, demasiado vulnerable y doliente en la relación con su padre y sus novias, «siempre en busca de una posible identidad», como dice Neuman, los cuentos de Kafka «no dejan de hablar a cualquier época, muy por encima de la voluntad del autor». Es ahí cuando un escritor se convierte en clásico. ‘Un médico rural’ tiene nuevas lecturas tras la pandemia. ‘Un artista del hambre’ sigue hablando al que adelgaza por insatisfacción consigo mismo. ‘En la colonia penitenciaria’ habla tanto sobre los sistemas totalitarios como de los grandes hermanos tecnológicos… Luego están sus diarios -lugar de confesiones y laboratorio creativo-, su correspondencia íntima, sus novelas a medio terminar. Pero los cuentos son el lugar donde Kafka devino en un autor kafkiano.

Fuente: https://www.abc.es/cultura/libros/cuentos-despertaron-kafka-convertido-kafkiano-20240420184229-nt.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.