Ni siquiera con la presencia igualitaria de mujeres se garantiza que su prioridad sea la defensa de los derechos de las mujeres

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ANGÉLICA PEÑA* / LA COSTILLA ROTA

ONU Mujeres y la Unión Interparlamentaria presentaron la Situación de las Mujeres en la política a nivel mundial, diagnóstico hasta el 1 de enero de 2023. En encargo de ministras (o secretarías) México ocupa el lugar 26; en la revisión de Mujeres en el Parlamento, México ocupa el quinto lugar.

Como sabemos hemos avanzado en la paridad numérica en el Poder Legislativo. No así en la igualdad sustantiva que significa que las mujeres han logrado un estadio de vida igualitario respecto de los hombres, ciudadanía plena, sin opresión de hombres hacia mujeres, gozando libertades plenas, entre ellas libertad de pensamiento, educación y el logro de su proyecto de vida.

En el ámbito legislativo es necesario logren ocupar las presidencias de las comisiones más importantes, estén en la conducción de las cámaras o las mesas directivas, y ocupen incluso la coordinación de los grupos parlamentarios. No hay peor foto que aquella donde todos los coordinadores son hombres en una cámara con 50% mujeres. Las legisladoras no son incorporadas de manera igualitaria en la política parlamentaria.

En las cámaras prevalece un sistema que ha perpetuado formas parlamentarias androcéntricas muy difíciles de remontar y son reflejo por cierto, de los partidos políticos. Y lo peor es cuando no pueden tomar decisiones sin la anuencia de los señores, sea el presidente del país, o de sus partidos, o de los grupos de poder que representen. Un ejemplo de ello es el diseño y aprobación del presupuesto de egresos; aunque se mencione la importancia de la perspectiva de género, lo que impera es un status conservador; no se decide etiquetar los gastos desde un enfoque anti discriminatorio y de fomento del desarrollo sostenible de las mujeres de todas las edades y condiciones, y los avances que se logran no se blindan para evitar su retroceso: ahí esta el Anexo 13 como ejemplo. Ha habido votaciones donde muchas nos preguntamos porqué no se unen todas las diputadas y votan preceptos a favor de las mujeres, o evitan que se vote reformas o derogaciones contrarias a los intereses de las mujeres. ¡Son la mitad en las cámaras!

Salvo excepciones, las legisladoras son disciplinadas por los señores quienes negocian y acuerdan sin la voz de ellas. Países con sobre representación de un partido manda quien gobierna. El mejor ejemplo son los países que están arriba de México en el informe de ONU Mujeres y la UIP. Cuba ocupa el segundo lugar. Nicaragua ocupa el tercer lugar. La persecución a la oposición, a las feministas o a quienes defienden los derechos humanos es la característica autocrática de estos dos países; fatal. De qué sirve en estos países haya tanta presencia de mujeres.

Por lo tanto el balance es inevitable: ni siquiera con la presencia igualitaria de mujeres se garantiza que su prioridad sea la defensa de los derechos de las mujeres.

Marilyn Loden, quien acuñó la frase “techo de cristal” manifestaba que toda mujer que está en una posición de liderazgo debería abogar por un cambio para las mujeres. Hoy aún con la paridad numérica, seguimos atoradas, constreñidas, como si tuviéramos una coraza invisible, que nos impide influir en acciones para que otras avancen. El techo de cristal en la realidad sigue estando muy arriba fuera de nuestro alcance para romperlo.

Cuánto tiempo tiene que pasar para lograr la deconstrucción de la sociedad dominada por un sistema patriarcal cuyos personeros siguen sometiendo, incluso a las mujeres que son sus pares.

*Defensora de derechos humanos

Fuente: https://lacostillarota.com/2023/06/13/complicado-romper-el-techo-de-cristal/

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