#PorSoleares Del Viernes de Dolores al Viernes Santo, romper vigilia y hacer penitencia… Los “destapes” en la aldea con miras al 2024.

Por Jesús Manuel Hernández

Tres amigos coincidieron en el mismo acto del Viernes de Dolores, vigilia obligada para los católicos, los tres asistieron a una comida, “comilona” se leyó en las crónicas periodísticas, donde el Secretario de Gobernación, casi vicegobernador fue ovacionado al más viejo, antiguo y aceptado rito del PRI.

¡Julio, Julio, Julio! Le gritaban los asistentes, unos mil según las versiones oficiales, entre barberos, empleados, incondicionales a fin de cuentas quienes comieron arroz y pipián con carne, pese a ser Viernes de Vigilia.

Toda la parafernalia fue para “destapar” al primo del difunto gobernador como el candidato del barbosismo para las elecciones del 2024. Para los observadores del evento a Julio no le alcanzan los números, pero el protagonismo puede ser premiado, compensado, con alguna diputación local o federal, una especie de acto de agradecimiento por las labores desempeñadas para mantener la paz y tranquilidad aquel 13 de diciembre del año pasado… Bueno, uno de ellos incluso se atrevió a pensar en la senaduría.

El cotilleo hizo también su aparición. Alguien se acordó de aquellos anuncios de la Comercial Mexicana donde Sergio Corona, el comediante, hablaba del mes de las ofertas bajo el enunciado de “Julio Regalado”.

“Julio”, séptimo mes del año, debe su nombre a Cayo Julio César, el emperador romano famoso entre otros asuntos por haber sido un gran seductor para las mujeres de la nobleza romana.

Aunque el nombre de “Julio” para muchos deriva del latín “Iulius”, en realidad ese era un sobrenombre del griego “Hioylos” adjudicado a los jóvenes adolescentes que empezaban a dar muestras de una barba rizada, y eso es para el escenario nacional y local por ende, Julio Huerta, un adolescente de la política.

Pero el evento vino a enriquecer la sucesión gubernamental en Puebla. Alejandro Armenta y Nacho Mier no están solos, tampoco Rodrigo Abdala, ahí va la carta local, si es que Morena decide por un hombre y no por una mujer, como se insiste en el ambiente nacional.

Y para no ser menos, Eduardo Rivera le hizo caso a los consejeros y asesores que ven en este vacío de liderazgos la oportunidad para que un panista ortodoxo pueda debutar como el primer gobernador blanquiazul en Puebla, un asunto deseado, codiciado, durante décadas.

Rivera también aprovechó los espacios políticos, celebró sus 500 días de gobierno municipal con una concentración de seguidores, discurso de por medio y acompañado de reuniones previas y posteriores para decirles a todos que ya tomó la decisión si buscará la candidatura, por si alguien tuviera alguna duda y por supuesto en alianza con el PRI y el PRD.

Ahí están las cartas volteadas sobre la mesa, pronto aparecerá el mago, el crupier que manejará las apuestas, repartirá, hará trucos, porque ciertamente muchos de quienes asistieron a la “comilona” de Julio piensan que las cartas ya están marcadas.

Mientras tanto todos se verán las caras en la Procesión del Viernes Santo, unos buscando el cobijo de la Iglesia Católica, otros mostrado públicamente su fe, algunos más haciendo acto de presencia para no dejar espacios vacíos, y es que 150 mil personas pueden ser el punto de quiebre de cualquier candidatura.

El Viernes de Dolores, no respetaron la vigilia, comieron carne, hablaron mal del “otro”, pero este Viernes Santo harán penitencia.

O por lo menos, así me lo parece.

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