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El reloj de 5,8 millones de euros del último emperador de China | Crónica

Patek Phillippe fabricó 8 modelos de platino de 1.2 pulgadas en 1929. El ejemplar subastado, vendido en una tienda de lujo de París, acabó en la muñeca del último emperador de China. Aquí su historia ‘millonaria’

LUCAS DE LA CAL / SHANGHAI / CRÓNICA

Es un reloj de platino de 1,2 pulgadas de diámetro. Presenta una esfera con números arábigos, manecillas de oro teñidas de rosa y una función que muestra qué tan visible es la luna desde la Tierra a ciertas horas de la noche. El relojero suizo Patek Philippe fabricó solo ocho modelos en 1929. Uno de ellos, que se cree que fue vendido en una tienda de lujo en París, acabó -no se sabe muy bien cómo- en la muñeca del último emperador de China, título con el que el director de cine Bernardo Bertolucci bautizó a la gallina de los huevos de oro que fue un pelotazo en la taquilla de 1987 y que arrasó en los Oscar con ocho estatuillas.

La película de Bertolucci traza con detalle la extraordinaria vida de Aisin-Gioro Puyi, el niño que con tan solo tres años comenzó un breve reinado y que con 61, cuando murió, despojado de todos los títulos, se dedicaba a barrer las calles de Pekín. En el premiado film no hay ninguna referencia al Reference 96 Quantieme Lune, que así se llama el reloj de pulsera que llevaba el emperador y que el pasado martes fue vendido en una subasta en Hong Kong por 49 millones de dólares hongkoneses, que al cambio son 5,8 millones de euros.

Sobre el comprador, únicamente ha trascendido que se trata de un multimillonario coleccionista asiático que reside en la ex colonia británica y que llamó por teléfono a la casa de subastas ofreciendo esa desorbitante cantidad de dinero por una pieza cuyo valor está en la historia que arrastra consigo.

Menos de cuatro años después de ascender al trono, Puyi perdió la corona por la revolución campesina que derrocó a la dinastía Qing de China, aunque al emperador destronado se le permitió vivir encerrado en el palacio imperial, dentro de la Ciudad Prohibida. En 1924, Puyi huyó de Pekín y los japoneses lo restauraron como emperador títere en su nuevo estado de Manchukuo, en la región nororiental china de Manchuria, controlada por las tropas imperiales japonesas. Pero Japón fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial y Puyi acabó capturado por las fuerzas soviéticas. Pasó una década como prisionero de guerra.

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En ese tiempo en la cárcel, Puyi llevaba consigo el reloj suizo, que se lo regaló a su intérprete en la prisión soviética, Georgy Permyakov, antes de que fuera extraditado a China para enfrentar un juicio por crímenes de guerra del que acabaría absuelto. Sus últimos días los pasó trabajando como jardinero y barrendero en Pekín.

Permyakov contó en 2001 la historia del reloj a un periodista estadounidense llamado Russell Working. Este desveló después que, tras la muerte de Permyakov en 2005, su familia se lo vendió a un coleccionista europeo junto con un abanico de papel rojo, con un poema escrito a mano, que también había regalado Puyi a su intérprete. El reloj, que terminó consignado a la firma de lujo que lleva el nombre del relojero suizo que lo fabricó, fue expuesto en Nueva York, Singapur, Londres, Taipei y Ginebra antes de ser vendido finalmente en la subasta de Hong Kong.

Fuente: https://www.elmundo.es/cronica/2023/06/05/646f8da521efa0a6218b458a.html

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