Llamamiento de Francisco, al final de la audiencia general, a rezar por la paz para este mundo «en guerra». El Pontífice insta una vez más a no olvidar a Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar y todos los países que sufren conflictos
Vatican News
Ya no «en pedazos», sino una verdadera «guerra mundial». Palabras de amargura las pronunciadas por el Papa al final de la audiencia general, ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Recemos por la paz. Necesitamos la paz. El mundo está en guerra.
Reflexiones sobre Ucrania, Oriente Medio, Myanmar
Francisco se apartó del discurso escrito y enumeró los países que sufren conflictos: Ucrania, donde continúa la lluvia de drones rusos; Oriente Medio, donde no cesan los muertos por los bombardeos; Myanmar, con su crisis interna y el drama de los rohingya.
No olvidemos la atormentada Ucrania, que tanto está sufriendo. No olvidemos Palestina, Israel: que pare, esta guerra. No olvidemos Myanmar y no olvidemos tantos países en guerra.
«Hermanos y hermanas, les pedimos que recen por la paz en este tiempo de guerra mundial», es el llamamiento del Papa.
La humildad es fuente de la paz en el mundo y en la Iglesia
Invitación a los niños
Una paz que todos, con su contribución, pueden construir. También los niños. En su saludo justo antes a los peregrinos polacos, Francisco dirigiéndose a todos los niños que celebraban su Primera Comunión, «un importante encuentro con Jesús», les animó a que «en este momento de alegría sepan ver también las necesidades de sus coetáneos que sufren, víctimas de la guerra, del hambre y de la pobreza».
Que María nos enseñe el servicio humilde, fuente de paz en el mundo y en la Iglesia.
La escasez de vocaciones en Italia
En medio de los dramas del mundo, el Papa también reflexionó brevemente sobre los problemas de la Iglesia, como la crisis de vocaciones. En su saludo a los italianos, mirando a las consagradas presentes en la plaza de San Pedro, Francisco dijo: «Veo a estas novicias y me pregunto: ¿cuántas son italianas? ¿Eh? Pocas… En Italia faltan vocaciones a la vida consagrada».