Las rutas del Pacífico y del Caribe ganan fuerza ante el control policial en la frontera terrestre
JACOBO GARCÍA / EL PAÍS
A finales del mes de noviembre la Armada mexicana localizó a 27 millas de las costas del Golfo de México a 19 balseros cubanos extraviados en alta mar. Eran 15 hombres y cuatro mujeres que salieron de Cuba con el sueño de llegar a Estados Unidos cuando fueron encontrados por un barco que los llevó a Progeso (Yucatán). La tendencia a usar las aguas mexicanas para tratar de llegar al norte ha ido en aumento como una alternativa al cerco migratorio que se extiende en la frontera entre México y Guatemala, según confirmaron datos oficiales y el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas.
El informe Mar adentro: migrantes y náufragos en el mar, publicado por la OIM a mediados de diciembre que estudia la migración irregular y el tráfico ilícito de migrantes por mar en México, señala que los traficantes de personas han intensificado la utilización de estas rutas que tradicionalmente se utilizaban para el tráfico de armas y drogas.
La mayoría de los casos se registraron en las costas fronterizas de Chiapas y Guatemala, pero en los últimos años ha ganado fuerza la ruta de Pacífico, entre Baja California y California (Estados Unidos) y entre Tamaulipas y Texas. “Este tráfico ilícito se hace por lo general en embarcaciones pesqueras o tiburoneras, no diseñadas para viajes largos, a las cuales se les hacen adaptaciones como motores adicionales”, dice el informe.
Desde la llegada de López Obrador al poder en 2018, la Secretaría de Marina (Semar) ha rescatado a 1.204 migrantes en altamar. En respuesta a una solicitud de información pública de La Jornada, la Semar señaló que de agosto de 2010 a octubre pasado ha rescatado a 4. 798 migrantes que naufragaron en aguas nacionales. Sin embargo, la oficina reconoció que el problema pasa inadvertido debido a que el fenómeno no está suficientemente documentado.
En el caso de la frontera sur, la OIM señala como punto estratégico el puerto de Ocós, en Guatemala, de donde salen las barcas con migrantes hacia Puerto Chiapas, Villa Mazatlán, Tonalá o Paredón, en Chiapas; pero también se aventuran hasta Salina Cruz y Huatulco, en Oaxaca, e incluso algunas llegan a las costas de Michoacán
Es en Ocós, Guatemala, donde la mayoría de los actores, sean gubernamentales, de la sociedad civil y población local narran que se origina el tráfico ilícito de migrantes por mar, y existen algunas rutas muy bien trazadas. Los lugares recurrentes de primer destino son los puertos de Mazatán, Puerto Chiapas y Paredón, Chiapas (a veces deciden desembarcar o cargar combustible en Tonalá), y el más alejado Salina Cruz, Oaxaca, aunque también se ha mencionado que debido al control migratorio de las autoridades mexicanas el recorrido espera en Ixhuatán. Una vez ingresando al territorio mexicano por Tapachula, las embarcaciones recorren todos los municipios de la costera y muchos rodean los caminos que llegan hasta Arriaga, Chiapas. También en Chiapas, pasan por Mazatán a hacer carga de combustible o en caso de no querer hacer la recarga de combustible, llegan dos lanchas: una con gente y otra con combustible. Mazatán es un punto estratégico para guardar combustible o traficar objetos y sustancias ilícitas. A la llegada a Salina Cruz, Oaxaca, las personas se mueven vía terrestre.
Otra de las rutas analizadas por la OIM es la de El Caribe. El informe de la organización incluye el testimonio de un informante anónimo: “Detectamos la llamada ‘mafia de Miami’, que maneja lanchas rápidas y las mueven rapidísimo; aquí hay otro tema que detecté sobre todo cuando estuve en Puerto Progreso en Mérida, hay un grupo que se llama ‘la mafia China’, pues ahí ingresaba mucho chino”. Sobre el tráfico de migrantes por la zona marítima entre Baja California y California, la Semar ha informado en los últimos meses de embarcaciones a la deriva detectadas por la Guardia Costera estadounidense, que han pedido auxilio a la Armada para su rescate.
Sobre esta zona, la OIM relata que los migrantes son movilizados en yates, jet-skies e incluso en balsas: “Se conoce que este movimiento se hace de la noche y madrugada, y aunque hay más regulación al respecto, las barcas que vienen de Estados Unidos y de México deben avisar a las autoridades”. También se usan lanchas deportivas para transportarlos entre Tamaulipas y Texas, en estos casos, el precio del traslado aumenta hasta a 8.000 mil dólares por persona.
Cada año transitan por México 400.000 migrantes y refugiados, principalmente centroamericanos, con menos de 60 dólares en el bolsillo, que participan de un éxodo silencioso hacia la frontera norte. Una parte utiliza el tren de mercancías conocido como la Bestia. Sin embargo, cada vez son menos los migrantes que se arriesgan a subir al tren desde que el Gobierno mexicano, en una peculiar medida humanitaria, obligó a elevar la velocidad de 30 a 60 kilómetros por hora, lo que aumenta el riesgo de sufrir una mutilación al intentar encaramarse.
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Fuente: https://elpais.com/mexico/2022-01-04/el-mar-se-convierte-en-alternativa-para-los-migrantes-que-pasan-por-mexico.html