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Christian García: el chef que llegó al Palacio del Príncipe de Mónaco para siete meses y lleva 35 años cocinando para los Grimaldi | Metrópoli

Preside, además, el exclusivo Club Chefs de Chefs que reúne a 25 jefes de cocina de mandatarios de todo el mundo, cuya cumbre anual se celebra en Madrid y culmina esta noche con una gran cena benéfica.

Christian García, chef de Alberto de Mónaco y presidente del Club Chefs de Chefs. AXEL BASTELLO. PALAIS PRINCIER

ISABEL MUÑOZ / METRÓPOLI / EL MUNDO

Hay experiencias que, por muy cortas que sean, marcan una hoja de ruta que uno jamás habría imaginado. Y eso es, precisamente, lo que le ocurrió a Christian García. En 1987 llegó al Palacio del Príncipe (Mónaco) para trabajar siete meses en sus cocinas y nunca más las dejó.

Así, sin planearlo, este francés de nacimiento (Bourges, 1963), con orígenes andaluces y monegasco de corazón es el chef de la familia Grimaldi desde 2004. Quizá su nombre no les suene mucho -no habita en el universo Michelin ni el de los 50 Best Restaurants-, pero sí se halla en lo más alto del Olimpo. Desde 2007 preside el Club Chefs des Chefs, la asociación gastronómica más exclusiva del mundo que estos días celebra su cumbre anual en Madrid, en el Mandarin Oriental Ritz, y que culmina la noche del martes con una cena de gala benéfica.

Pero vayamos por partes. ¿Qué es este club? se preguntarán. Pues, un grupo selecto de 25 cocineros y cocineras que gobiernan y reinan en los fogones de los líderes del planeta (léase presidentes, reyes, príncipes). Por ejemplo, Mark Flanagan, chef de Isabel II; Willem-Pieter Van Dreumel, del rey de los Países Bajos; Cristeta Comerford, de la Casa Blanca… O Christian García, a quien desde hace 15 años sus compañeros eligen como jefe de ese club fundado en 1977. «Cada tres años hay elecciones, y me siento muy feliz de que mis colegas sigan depositando su confianza en mí», cuenta con orgullo este cocinero que un día decidió seguir la profesión familiar («mis padres tenían una brasserie en Mónaco», cuenta).

«Es un club exclusivo, sí, porque para acceder a él tienes que ser chef de un jefe de estado o de un presidente de gobierno. Pero cualquier país, si lo desea, puede formar parte de él. Hace unos años se incorporó Haití. Lo que quiero resaltar es que no hay ningún requisito económico. Lo único, que los chefs tengan disponibilidad para acudir a los eventos que hacemos».

Como la cena que esta noche acoge el Mandarin Oriental Ritz, cuyo menú ha diseñado él mismo (tres recetas, un pase de queso y postre). «Le he pedido a varios colegas que elaboren un plato. Para empezar, un foie gras con limón, melocotón y almendras, obra del jefe de cocina de los Campos Elíseos«. Siguen gambas con azafrán y gelatina de un pez de roca, del propio García, y pollo con salsa de langosta con zanahoria baby, del chef de la familia real de los Países Bajos. Tras los quesos, el postre de chocolate creado por José Roca, jefe de cocina del presidente del Gobierno español, cierra esta propuesta cerrada, cuya recaudación se destinará a World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés.

El hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid acoge la cumbre mundial de Chefs de Chefs y su cena de gala benéfica.
El hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid acoge la cumbre mundial de Chefs de Chefs y su cena de gala benéfica.

Y he aquí los dos pilares sobre los que, según Christian García, se levanta el club: «Ser embajadores de la gastronomía de cada uno de nuestros países y la organización de actos benéficos. Hicimos en Israel una cena para la paz con chefs israelíes y palestinos, que llevaban la misma chaquetilla; un acto para niños en El Vaticano; en Japón para ayudar a las víctimas de tsunami…», detalla el jefe de esta asociación que tiene entre sus lemas, «la política divide a los hombres, una buena mesa los une».

García tiene claro cuál es su papel en las citas oficiales al más alto nivel. «Intento que sea un momento de disfrute para los mandatarios, que dejen de lado otras cuestiones. La cocina es clave en este tipo de eventos, cualquier jefe de estado muestra a través de ella lo mejor de su país«. Ya lo dijo Talleyrand, ministro de Napoleón, «dame un buen chef y yo te conseguiré buenos tratos», cita García.

Formado en el Lycée Hôtelier de Mónaco, pasó por el Monte-Carlo Beach y el Hotel Hermitage y estuvo cinco años en el Hôtel de París hasta que el Palacio del Príncipe se cruzó en su camino. «Era casi un niño, tenía 23 años, pero sabía que no podía desperdiciar la oportunidad: no es lo mismo cocinar en un restaurante que en un palacio. Trabajé con empeño para dar lo mejor de mí y hacer feliz a la familia real a través de la comida«, reconstruye aquellos primeros años y recuerda como si no hubiera pasado el tiempo el primer plato que cocinó para el príncipe Rainiero. «Yo era muy tímido y me emocioné al conocerlo. Como era muy fan de los huevos le hice un soufflé de huevo con queso«.

Y de las comidas del pasado a las del presente, las que prepara para el actual príncipe soberano de Mónaco (desde las cenas privadas hasta los menús de las recepciones oficiales que se organizan con semanas de antelación). Alberto II de Mónaco es un «fine gourmet». «Todos los días viene a las cocinas para hablar de lo que quiere comer, de gastronomía. También después de un viaje suele hablarme de los menús y la comida que han probado. Para mí es un privilegio ver al príncipe y a la princesa todos los días y compartir estas experiencias».

-Pregunta obligada, ¿tiene autonomía para preparar los platos?

-Sí, tengo libertad. Todos los días diseño tres primeros, tres segundos y tres postres y el príncipe elige. A veces, sugiere qué quiere comer.

Christian García, en los fogones del Palacio Grimaldi.
Christian García, en los fogones del Palacio Grimaldi.AXEL BASTELLO. PALAIS PRINCIER

Discreto al máximo (lleva muchas horas de diplomacia a la espalda), no hay quien le saque la receta preferida de Alberto II. «Ni los otros chefs de chefs ni yo podemos decir cuál es el favorito de nuestros clientes«. Aunque sí revela que le encanta la cocina de Mediterráneo, del sur de Francia, de la Riviera… «Es muy fácil preparar los menús, le gusta todo. Lo único que no incluyo es atún rojo del Mediterráneo. Está muy comprometido con la protección de los océanos, el medio ambiente, la sostenibilidad». De ahí que sea habitual que verduras y frutas procedan del huerto ecológico que tienen… «No solo está orgulloso de comerlas, también de ofrecerlas a sus invitados».

-Siete meses que se han convertido en 35 años. ¿Se lo imaginó?

– Jamás, pero ha sido increíble. Me gusta decir que no solo amo mi trabajo, también mi vida y tengo la oportunidad de que cada día sea diferente…

Y de conocer a algunas de las personas más poderosas del mundo. «He tenido el privilegio de estar con reyes y reinas, no me olvido de cuando conocí a Juan Carlos I e lsabel II de Inglaterra. Si tengo que quedarme con un momento, ése es cuando conocí a Nelson Mandela. No lo olvidaré nunca». Tras la cena en palacio, el príncipe Alberto le llamó para que recibiera en vivo y en directo los elogios del Nobel de la Paz. «Había preparado el postre La estrella de Sudáfrica, inspirado en el famoso diamante de su país. Utilicé una mousse de frambuesa, helado de vainilla y chocolate blanco y con la forma de diamante».

Conocedor de la cocina tradicional española, para él la cita en Madrid -cada año se realiza en un país distinto- tiene una carga emocional. «Ha sido muy especial estar en el país donde mi abuelo nació». Entre sus planes futuros: «planear algunos viajes para conocer las novedades de la cocina española y los platos de sus chefs tan talentosos». Pero primero habrá que cerrar la cumbre de este club, donde uno «no manda más que otro. Todos estamos al mismo nivel. Nosotros solo hablamos un lenguaje: el de la cocina y la buena comida», concluye.

Cena de gala Chefs de Chefs: Mandarin Oriental Ritz, Plaza de la Lealtad, 5. Precio: 350 euros. Plazas limitadas, reservas en el tel.: 91 701 6767) o en mrmad-restaurants@mohg.com.

Fuente: https://www.elmundo.es/metropoli/gastronomia/2022/07/12/62cc4ae1e4d4d854618b45b0.html

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