Mientras el PAN poblano se encuentra atravesando por la peor de sus crisis financiera y política, se prepara para elegir en Felipe Velázquez al dirigente de la continuidad y lo celebran en redes sociales.
Por Itandehui Rodríguez / Monólogos de Ménade
Día a día la oposición se devana en argumentos y señalamientos sobre los excesos de los partidos que componen al bloque oficialista. Pero ¿de quién es la culpa? ¿van a tropezar de nuevo y con la misma piedra?
Eso déjenlo para mí que me enamoro en 5 minutos, muero de amor 15 días y luego el ciudadano del momento se me olvida en 30 minutos, pero… ¡¿partidos políticos?! ¡No mmr!
Un día y al siguiente también la oposición, léase PRI y PAN, se quejan de la aplanadora en las Cámaras, pero, en el sentido estricto, ¿quién tiene la culpa de todo lo que pasó?
La obligación de la oposición era seleccionar a candidatas y candidatos competitivos que pudieran arrebatar espacios al bloque oficialista.
¿Lo hicieron?
¡No!
Critican que Morena está “destruyendo” a México, pero ¿quiénes llevaron a Morena al poder y a Andrés Manuel López Obrador a convertirse en el amadísimo “Lopezcraist, nuestro señor… expresidente”?
¡La misma oposición! ¡PRI y PAN! Con sus errores y excesos, mismos que no dejan atrás a pesar de los desastrosos resultados de este 2024.
La ambición de Marko Cortés y su deseo de imponer a Santiago Taboada lo llevaron a un mal cálculo, impulsar a Xóchitl Gálvez a la Presidencia para que no le estorbara.
¿Y de Puebla? ¿Qué decir de Puebla?
Solo diré: ¡gracias Alejandro Armenta por salvarnos de Eduardo Rivera y compañía! ¡Si se especializaron en hacer hoyos “asfálticos” y financieros Puebla Capital, imaginen lo que hubieran hecho con el estado!
En medio de la elección de las nuevas dirigencias de los partidos políticos, hay muchas cosas que destacar.
A las 9:50 pm de ayer, día de la elección interna de la dirigencia nacional, habían contabilizado en Puebla el 93.5% de las actas y llevaban 9,192 votos. Los de Jorge Romero fueron 7,028 votos, Adriana Dávila de 2,058 y los nulos, otros 106.
Pues ya, terminó la elección de la dirigencia nacional y con ella, Eduardo Rivera y sus negativos llegarán con Jorge Romero al CEN del PAN. Y ahí van, de nuevo a tropezar y con la misma piedra, pero ahora en Puebla, ahora en la persona de Felipe Velázquez.
El ciudadano representa la continuidad y un tremendo desconocimiento. No digo que desconozca de polítca, digo que nadie lo conoce.
Él es la continuidad de una dirigencia de incapacidad probada en todos sentidos, que no supo administrar, no supo registrar, no supo operar, no supo sumar, no supo comprobar, no supo defenderse… solo supo de construir y catar mezcal.
Mientras el PAN poblano atraviesa por la peor de sus crisis financiera y política, la primera por todas las multas que tienen que pagar y la segunda por todos los espacios que perdieron, gracias a la terrible gestión de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro, se preparan para perpetuarse. Van volados a tropezar de nuevo y con la misma piedra.
Se alistan para elegir a Felipe Velázquez como dirigente de la continuidad y lo celebran en redes sociales.
¡Vergüenza debería darles!
Señoras y señores panistas, como dijo Albert Einstein:
“La locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.
El problema de que Acción Nacional continúe en manos del grupo de Eduardo Rivera, es que van camino a la extinción.
¿Perderán el registro local en 2030? ¡Seguramente y no, no los vamos a extrañar!
¿Cómo extrañar a un grupo político enquistado en un partido, que protege a acosadores y depredadores sexuales y es completamente ajeno a las causas del 51% de la población? De llevarse hasta los clips de las oficinas que ocupan, ni hablamos.
Dato para conocedores: ¿quién es la persona panista que, aprovechándose de su posición a nivel nacional, está vendiendo la falsa idea de que Felipe Velázquez es la mejor opción para el PAN en Puebla y será responsable de que el partido azul se dirija a tropezar de nuevo y con la misma piedra? ¡No, no es Eduardo Rivera!