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Cómo nos afecta el exceso de noticias negativas y qué hacer para protegernos de la ansiedad | Bienestar

La exposición constante a información impactante, como la que se recibe de las catástrofes o conflictos bélicos, puede aumentar la ansiedad y el agotamiento mental

Neurofeedback, el entrenamiento del cerebro para gestionar la ansiedad

Cómo nos afecta el exceso de noticias negativas.
Cómo nos afecta el exceso de noticias negativas. Freepik

06/11/2024

Desde que la DANA llegó a Valencia, las cosas han cambiado notablemente, especialmente para aquellos que la están sufriendo en su propia piel: los telediarios no hablan de otra cosa, algunos programas han dejado de emitirse para hacer especiales de refuerzo y aportar más información, miles de grupos organizados tratan de poner orden en lo que debemos comprar para hacerlo llegar hasta allí y entre un largo etcétera de todas las acciones que se están llevan a cabo en la última semana, también las redes sociales se han convertido en un vertedero de información y de bulos.

La mayoría de esa información que se aporta es muy valiosa ya que promueve la movilización de camiones, furgonetas, multitud de grupos… en el otro extremo se aportan datos falsos que hacen un flaco favor a la sociedad.

El incremento del volumen de noticias negativas sobre temas complejos – catástrofes como la de la Comunidad Valenciana, conflictos bélicos, crisis humanitarias o tensiones políticas-, ha intensificado la exposición diaria a imágenes y titulares impactantes. Esto está generando síntomas de ansiedad, agotamiento emocional y preocupación constante que afectan profundamente la salud mental.Noticias Relacionadas

Cómo me está afectando la ansiedad?

De hecho, la ansiedad se está manifestando en todos los ámbitos posibles. Tal como indica Lola Valeri, neuropsicóloga especializada en ayudar a las personas a recuperar el control de su mente, la ansiedad aparece en multitud de formas:

La experiencia de la ansiedad es muy diversa, se puede manifestar en varias áreas de la persona afectando considerablemente su bienestar. Los pacientes con ansiedad suelen describirla como una sensación de inquietud constante, un estado de alerta permanente, aunque no haya una amenaza real y sensación de pérdida de control.

1. Nivel físico

– Presión en el pecho: es frecuente sentir presión en el pecho, lo que les dificulta respirar o sensación de que les falta el aire.

– Palpitaciones o taquicardia: el corazón late más rápido y con más fuerza, generando una sensación de ataque al corazón.

– Sudoración y temblores: las manos pueden sudar o temblar sin razón aparente, en algunos casos manifestar temblor en todo el cuerpo como si estuviera respondiendo a un miedo inminente.

– Tensión muscular: el cuerpo está en estado de alerta para responder a un miedo, por lo que, los músculos del cuello, hombros y la mandíbula se sienten tensos y doloridos.

– Fatiga constante: la ansiedad consume mucha energía, provocando que la persona se sienta cansada incluso después de dormir, si es que duerme. Esto genera una sensación de agotamiento permanente.

2. Nivel psicológico

– Preocupación excesiva y constante: la mente tiende a sobre pensar, a crear escenarios negativos y a anticipar lo peor. La persona siente que algo malo está a punto de suceder, aunque no tenga motivos reales para pensarlo.

– Dificultad para concentrarse: la ansiedad afecta la capacidad de mantener el enfoque en una sola tarea. Los pensamientos ansiosos se filtran constantemente, interrumpiendo las actividades y afectando el rendimiento laboral, académico y las interacciones sociales.

– Sentimientos de irrealidad o despersonalización: en algunos casos, se genera una sensación de desconexión de la realidad, como si la persona estuviera viendo su vida desde afuera o como si el mundo a su alrededor fuera extraño y ajeno.

– Miedo incontrolable: la persona puede sentir que está a punto de perder el control de su mente o que podría suceder algo catastrófico en cualquier momento.

3. Nivel conductual

– Aislamiento: miedo a experimentar síntomas ansiosos fuera de casa. La ansiedad lleva a la evitar estar con las personas, ir a lugares o realizar actividades que, en el pasado, fueron placenteras o habituales.

– Hipervigilancia: la persona permanece en estado de máxima alerta, vigilando el entorno para detectar señales de peligro, lo que provoca agotamiento físico y mental.

– Dificultad para dormir: los pensamientos invasivos y la tensión corporal dificultan conciliar el sueño o mantenerse dormido, empeorando aún más los síntomas de ansiedad al generar un círculo vicioso de cansancio y preocupación.

4. Nivel mocional

– Frustración y vergüenza: sienten falta de control sobre su vida, que no pueden mejorar su situación y sienten un profundo sentimiento de fracaso.

– Sentimientos de desesperanza: sienten que no son felices y que no mejorarán.

En este sentido, según la psicóloga Conchita Sisí, directora de la Clínica Salud en Mente, la constante saturación de información de alto impacto está repercutiendo de manera significativa en el bienestar emocional de las personas. Este flujo continuo de contenidos alarmantes puede intensificar la ansiedad y el desgaste mental, dificultando la gestión de las emociones y, en ciertos casos, produciendo una sensación duradera de malestar.

Protegerse de la sobreinformación

La exposición continua a información relacionada con guerras y desastres puede desencadenar emociones como frustración, miedo y ansiedad. Para muchas personas, mantenerse informado sobre las noticias se convierte en una carga emocional que puede generar síntomas como irritabilidad, fatiga, insomnio y dificultad para concentrarse. En algunos casos, este exceso de información puede conducir al desarrollo de trastornos de ansiedad o agravar condiciones preexistentes.

El fenómeno conocido como ‘doomscrolling’, o la práctica de pasar mucho tiempo en redes sociales o portales de noticias consumiendo contenidos negativos, agrava esta situación. La exposición constante a malas noticias mantiene al sistema nervioso en un estado de alerta continua, lo que incrementa el estrés y afecta la capacidad de relajarse y desconectar.

A pesar de la importancia de estar informados, es fundamental cuidar del bienestar mental, por lo que la psicóloga Sisí propone diferentes estrategias efectivas que permiten manejar la ansiedad frente a las noticias globales negativas.

– Limitar el tiempo de exposición: «Establecer horarios específicos para revisar las noticias, en lugar de hacerlo de manera compulsiva a lo largo del día, puede ayudar a reducir el impacto emocional», dice.

– Elegir fuentes confiables: consumir información de medios equilibrados y de confianza, limitando la selección a un máximo de dos a tres fuentes en diferentes formatos (prensa escrita, televisión, radio, etc…) puede disminuir el impacto emocional negativo al evitar la exageración y la desinformación.

– Realizar pausas digitales: dedicarse a actividades que promuevan el bienestar, como el ejercicio, la meditación o la lectura, puede facilitar la desconexión y reducir el estrés.

– Establecer límites en las redes sociales: utilizar herramientas de control del tiempo en redes sociales y evitar contenido alarmista o sensacionalista puede contribuir a mejorar la salud mental.

– Compartir preocupaciones: comunicar las inquietudes y emociones con amigos, familiares o profesionales de la salud mental puede ser útil para procesar la angustia y reducir la sensación de aislamiento.

Fuente: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/afecta-exceso-noticias-negativas-protegernos-ansiedad-20241106125101-nt.html

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