¿Todavía «anda, anda y anda»? En tiempos de crisis se reaviva la añoranza hacia VW y sus clásicos: el Escarabajo, el Bulli y el Golf. Han dejado su impronta en el milagro económico alemán y en varias generaciones.
Astrid Prange De Oliveira / DW
¿Es VW una empresa automovilística más? ¿Y son los Volkswagen simples autos? Para generaciones de alemanes, la respuesta está muy clara: no.
La marca Volkswagen ha estado grabada en el ADN colectivo de Alemania durante generaciones. Ya sea un Beetle, un Bulli, un Golf, un Caddy o un Passat: los modelos Volkswagen evocan recuerdos y emociones en muchas personas nacidas en Alemania antes de 1990.
La abuela conduce un Golf
Da la sensación de que todo el mundo ha viajado alguna vez en un VW: tanto hippies como abuelas, desde aficionados en exceso a la velocidad hasta policías, de bomberos a familias numerosas. Y es que el modelo Golf cumplió 50 años.
¡Qué bonito era conducir el Escarabajo por los Alpes cuando no había ningún túnel bajo el Sankt Gotthard! ¡Qué bonito era viajar con amigos en un furgoneta Volkswagen por Córcega y disfrutar allí las vacaciones! Qué fácil era organizar de forma espontánea una pequeña mudanza con una Caddy, porque en la zona de carga caben fácilmente una cama, un armario o una mesa.
Hecho en Wolfsburg, hecho en Alemania
Esta mirada nostálgica persiste, especialmente en la crisis actual. Queda grabada para siempre en la memoria colectiva alemana.
Pero eso no es todo: la historia de éxito del Beetle, el Bulli, el Golf y compañía no es sólo la historia de éxito de VW, sino también un reflejo del resurgimiento económico de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial. Comparte el espíritu del milagro económico alemán.
«Volkswagen es más que una simple marca de automóviles. Es también un sentimiento fundamental de seguridad alemana”, escribe el autor Jan Grossarth en el diario Welt. «VW representa la confianza básica en el modelo de negocio alemán», añade.
El Escarabajo: de Volkswagen a automóvil de culto
Esta historia de éxito comenzó con el Beettle, el Escarabajo (Käfer en alemán). El «auto del pueblo» (eso significa «Volkswagen») encargado personalmente por Adolf Hitler en 1935, se convirtió en un éxito comerical y finalmente alcanzó un estatus de culto en todo el mundo, independientemente de sus orígenes nacionalsocialistas.
La primera unidad de posguerra salió de la línea de montaje en diciembre de 1945. Diez años después, ya se habían vendido un millón de Escarabajos. Sin embargo, este nombre sólo se volvió común en la década de 1960, cuando VW también comenzó a ofrecer otros modelos.
«Escarabajo», «vocho» o «fusca»: el VW eterno
De megaproyecto nacionalsocialista a maravilla automovilística: hace 80 años, Adolfo Hitler puso la primera piedra de la fábrica de Volkswagen (VW), de la que saldría el escarabajo, en Baja Sajonia.
Imagen: picture alliance/dpa
Un escarabajo que dio la vuelta al mundo
Movilizar a las masas era un megaproyecto de los nazis. Hitler aparece en la foto junto al prototipo del escarabajo, el día en que se colocó la piedra angular de la fábrica de Vokswagen, cerca de Fallersleben (Baja Sajonia), el 26 de mayo de 1938. La palabra Volkswagen significa literalmente «auto del pueblo».
Imagen: picture-alliance/dpa
Convertido en vehículo militar
El ejército tiene prioridad: el Volkswagen fue rediseñado para las campañas bélicas de Hitler. Este vehículo, de 950 kilos de peso, resultó eficiente en el frente. En la foto, el general von Manteuffel y sus hombres empujan un auto empantanado en el frente oriental.
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El milagro económico
Transcurridos solo 10 años del término de la II Guerra Mundial, en agosto de 1955 sale de la fábrica de Volkswagen, en Wolfsburgo, el escarabajo que completó el millón de unidades. El auto se convirtió en un símbolo del milagro económico alemán.
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Mamá, papá y niños
La visión de un auto para el pueblo, con lugar para cuatro pasajeros, que fuera económico y fiable, surgió ya en los albores de la industria automotriz. En los años 60, este sueño se hizo realidad para muchas familias. El modelo descapotable VW 1200 ofrecía además un seductor aire veraniego.
Imagen: picture-alliance/dpa
Del asfalto al campo
El escarabajo se abrió camino también en los terrenos agrícolas. Gracias a la tracción trasera, avanzaba bien en los campos de siembra y, con un arado acoplado, sirvió incluso para facilitar pesadas labores a los campesinos.
Imagen: ullstein bild – Teutopress
Fin de una era
El 1 de julio de 1974 salió de la planta de VW en Wolfsburgo el último escarabajo fabricado en Alemania, con el número 11.916.519. Pero la producción continuó en marcha en México y Brasil.
Imagen: AP
¡Viva el vocho!
En Puebla, México, el «vocho» siguió fabricándose hasta el 30 de julio de 2003. Una pareja empleada de «Volkswagen de México» que decidió casarse, fue conducida a la ceremonia en este «escarabajo nupcial».
Imagen: picture-alliance/dpa
Retorno en Brasil
La fiebre de la nostalgia se apoderó de Brasil. En 1993, el entonces presidente Itamar Franco (izq.) ordenó reanudar la producción del escarabajo en el país. Entre 1959 y 1986 se habían fabricado allí cerca de 3,3 millones de «Fuscas», como lo llaman los brasileños. Desde 1993 hasta 1996 se produjeron 46.000 unidades más.
Imagen: Volkswagen do Brasil
Éxito mundial
También en muchos otros países, como Sudáfrica, Bélgica, Australia e Indonesia, continuó la producción de escarabajos. El auto concebido para el pueblo alemán se convirtió en un vehículo popular en gran parte del mundo. Casi 22 millones de ejemplares fueron producidos y vendidos a nivel mundial. En muchas parte, como en Egipto, este auto sigue usándose.
Imagen: Masr Betelz Club
Mirada nostálgica
Para los amantes del escarabajo y los nostálgicos, Volkswagen sacó al mercado en 1998 el «New Beetle», del tipo 9C, Este auto con diseño retro tenía algunos elementos del original de Ferdinand Porsche, pero su potencia era muy superior, al igual que el precio.
Imagen: Milad Allahyari
Escarabajo, Beetle, Fusca: con diferentes nombres, el automóvil conquistó el mercado mundial con el motor bóxer refrigerado por aire en la parte trasera y la tapa del maletero redonda en la parte delantera en Estados Unidos, Brasil, México y China. Se produjeron y vendieron casi 22 millones de Escarabajos en todo el mundo, el último de ellos el 30 de julio de 2003 en México.
A finales de la década de 1990, VW intentó aprovechar el éxito del Beetle con el modelo New Beetle. En 2010, fue sustituido por otro modelo sucesor. En 2017, la producción se detuvo debido a las ventas insuficientes.
Desde hace dos años está disponible en China un ejemplar del Escarabajo de cuatro puertas con propulsión eléctrica: el llamado «Ora Baleimao» u «Ora Ballet Cat» del fabricante de automóviles chino Great Wall Motors (GWM). Lo que desde una perspectiva alemana se considera plagio es desde una perspectiva china un «homenaje» al Escarabajo.
El Bulli: el burro de carga del país
Pero no es sólo el Escarabajo el que «anda, anda y anda», como decía un famoso anuncio de 1968. Para el probador de vehículos Christoph Bauer, «la cara más simpática de la historia del automóvil» es el Bulli, la típica furgoneta hippie: «Un burro de carga, una casa rodante, un camión de bomberos, un taxi, una ambulancia, un estilo de vida móvil, no hay nada que no pueda hacer».
Técnicamente, la furgoneta T1 está basada en el Beetle. Estaba pensada para mecánicos y obreros que debían transportar herramientas y materiales. Entre 1950 y 1967 se vendieron en Alemania 1,8 millones de ejemplares.
«Lo que hizo que el T1 tuviera tanto éxito fue la sensación de libertad: podías subirte a él y conducir adonde quisieras», afirma entusiasmado Bauer. Y esto también se aplica básicamente al que ya es el sexto modelo sucesor, el T7. Unas vacaciones en camping con los «Bulli», como lo llaman en Alemania, todavía evocan sensaciones especiales.
El Golf: «Armonía que se siente»
El siguiente paso en la historia de éxito de la marca VW y, por tanto, también de la marca Made in Germany, llegó en 1974 con el Golf, que ya va por su octava generación. Con más de 35 millones de unidades vendidas hasta la fecha, el Golf es una de las series de modelos de automóviles más vendidas en todo el mundo.
El éxito fue tan grande que una generación entera creció a la sombra de estos autos. El escritor alemán Florian Illies le dio nombre en su libro homónimo del año 2000 Generación Golf, básicamente la «generación X» alemana.
50 años del Volkswagen Golf
En un video, el diseñador del Golf, Giogetto Giugiaro, explica la receta de su éxito: «El capó delantero inclinado, la parte trasera empinada y la línea de cintura baja del carro. Estas son las notas que he utilizado para componer la canción. Y crean una armonía, una armonía, que no se percibe con la cabeza ni con la mente, simplemente se siente».
El Golf también tuvo éxito en el mercado mundial: el modelo se fabricó en Brasil, Sudáfrica, China y Estados Unidos y se adaptó en función de las necesidades específicas de cada país. Para Jan Linnenkamp, presidente de la asociación Golf 1, el Golf es un «carro sin clases». «El médico jefe llega en Golf a la clínica, el cartero lo usa para repartir las cartas y la secretaria de la empresa industrial iba en Golf al trabajo», explica.
¿Y ahora? ¿Empieza a tambalearse el niño prodigio de la economía alemana? ¿Se ha convertido la empresa en víctima de su propio éxito? ¿Y Alemania, que tiene una participación en el fabricante de automóviles a través del estado federado de Baja Sajonia, responderá por la empresa de Wolfsburgo?
Aunque todavía no está claro si la compañía saldrá de su actual crisis ni cómo, lo cierto es que su futuro no es sólo una cuestión de sentimientos nostálgicos, sino también una cuestión muy emocional, sí, pero política.
(lgc/rr)
Fuente: https://www.dw.com/es/crisis-en-volkswagen-viva-la-nostalgia/a-70669223
17:21
En un video, el diseñador del Golf, Giogetto Giugiaro, explica la receta de su éxito: «El capó delantero inclinado, la parte trasera empinada y la línea de cintura baja del carro. Estas son las notas que he utilizado para componer la canción. Y crean una armonía, una armonía, que no se percibe con la cabeza ni con la mente, simplemente se siente».
El Golf también tuvo éxito en el mercado mundial: el modelo se fabricó en Brasil, Sudáfrica, China y Estados Unidos y se adaptó en función de las necesidades específicas de cada país. Para Jan Linnenkamp, presidente de la asociación Golf 1, el Golf es un «carro sin clases». «El médico jefe llega en Golf a la clínica, el cartero lo usa para repartir las cartas y la secretaria de la empresa industrial iba en Golf al trabajo», explica.
¿Y ahora? ¿Empieza a tambalearse el niño prodigio de la economía alemana? ¿Se ha convertido la empresa en víctima de su propio éxito? ¿Y Alemania, que tiene una participación en el fabricante de automóviles a través del estado federado de Baja Sajonia, responderá por la empresa de Wolfsburgo?
Aunque todavía no está claro si la compañía saldrá de su actual crisis ni cómo, lo cierto es que su futuro no es sólo una cuestión de sentimientos nostálgicos, sino también una cuestión muy emocional, sí, pero política.
(lgc/rr)