La responsabilizan de que esa institución esté hoy cuestionada, a la deriva, debilitada, tanto en lo interno, como en su posición frente a la sociedad como garante de los derechos humanos y contrapeso al poder.
Diego Badillo / El Economista
La gestión de Rosario Piedra Ibarra en la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) deja una institución, cuestionada, a la deriva, debilitada, tanto en lo interno, como en su posición frente a la sociedad como garante de los derechos humanos y contrapeso al poder, prácticamente como un órgano inexistente, señalaron organizaciones, activistas y académicos expertos en la materia.
Jorge Israel Hernández, maestro en derechos humanos y catedrático en la UNAM y el Tec de Monterrey, expuso que, durante las últimas dos décadas, diversas organizaciones internacionales han venido señalando que en México hay una situación grave de violación a derechos humanos, la cual se ha venido agravando durante los últimos siete años.
Lo preocupante, recalcó, es que en México elementos civiles y militares vinculados a tareas de seguridad siguen practicando la tortura.
Además, se siguen violando los derechos humanos de mujeres, cuya expresión más dramática es el elevado número de feminicidios, así como violaciones a derechos humanos de defensores de derechos humanos y periodistas.
Otro de los señalamientos reiterados, indicó, es el grave problema de desaparición forzada. De acuerdo con cifras oficiales en el país hay alrededor de 100,000 personas en esa situación. Para tener una idea de la dimensión de ese problema, el académico recordó que durante la dictadura militar Argentina ocurrieron 30,000 desaparecidos y en la Guerra Sucia en México alrededor de 3,000.
Cuestionan falta de independencia y silencios
Un análisis sobre la gestión de Piedra Ibarra realizado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) expone: “Lejos de ser plenamente funcional, desde su creación, el organismo ha enfrentado problemas para ejercer cabalmente su autonomía, ser transparente, mantener una relación cercana con las víctimas, fortalecer sus capacidades para investigar y atender quejas”.
En el documento “CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024”, destaca que en 2019 fue electa por el Senado la actual presidenta, Rosario Piedra Ibarra, en un proceso marcado por los cuestionamientos sobre su falta de independencia debido a sus vínculos con Morena. Por eso su legitimidad quedó mermada de origen. https://centroprodh.org.mx/wpcontent/uploads/2024/10/20241014_balance_CNDH_2019-2024.pdf
Además, durante su gestión, se materializó un deterioro institucional considerable, que ha colocado al organismo en el centro de cuestionamientos sobre su autonomía e independencia del Poder Ejecutivo y el rol pasivo que ha jugado como institución nacional de derechos humanos frente a las problemáticas más apremiantes en este ámbito en México, como la militarización de la seguridad pública, la política migratoria, megaproyectos de desarrollo en territorios indígenas, la disminución del espacio cívico y la estigmatización de periodistas y organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos, la expansión de la prisión preventiva, entre otros.
Al respecto, Jorge Israel Hernández destacó que desde que Rosario Piedra Ibarra asumió la presidencia de esa institución, en los hechos no ha existido.
Subrayó que durante la administración del hoy expresidente Andrés Manuel López Obrador el gobierno estigmatizó a los defensores de derechos humanos. El propio mandatario llegó a decir que los derechos humanos eran un invento del neoliberalismo y menospreciaba las víctimas.
Lo delicado es que, ante eso, la presidenta de la CNDH guardó silencio, remarcó.
Llamó la atención de los silencios de la CNDH en temas como el incremento de la militarización del país, la intención de desaparecer el INAI, ni en la reforma al poder Judicial.
Dijo que tan solo el INAI y el Poder Judicial garantizan el acceso al disfrute de derechos humanos.
Por otra parte, —apuntó—, la CNDH no ha promovido acciones de inconstitucionalidad en el caso de la reforma al poder Judicial que es inconstitucional.
Exigen se garantice idoneidad, independencia y autonomía en elección del titular
Para el Centro Prodh, es recomendable que no se reelija la actual presidenta Piedra Ibarra, pues es necesario revertir los retrocesos e impulsar cambios sustantivos con el fin de que ese organismo constitucionalmente autónomo esté a la altura de los retos en materia de derechos humanos, sobre todo ante la crisis que México padece en esta materia.
Fuente: El Economista