Los Periodistas

Que el matrimonio real se rompió hace décadas no es novedad ninguna, aunque impacte escuchar al hoy Emérito confesar a su amante Bárbara Rey tantas confidencias palaciegas

La Reina Sofía, el lunes, preside el acto por el XIX Aniversario de la UME
La Reina Sofía, el lunes, preside el acto por el XIX Aniversario de la UME Gtres

Cuantos conocen suficientemente a la Reina Sofía (85) coincidirán en que debieron de causarle bochorno las palabras que le dirigió al inicio de semana la ministra de Defensa, Margarita Robles (67), subrayando con afecto que “en estos momentos le trasladamos nuestro cariño y nuestro agradecimiento”, en clara alusión a la gran escandalera que ha provocado la difusión de los audios de Bárbara Rey y Juan Carlos I en los años 90. Es difícil creer que a la madre de Felipe VI (59) le gustara que un miembro del Gobierno se refiriera con tal claridad en un acto institucional a semejante asunto. Pero es que, además, aun siendo una obviedad que para Doña Sofía no es plato de buen gusto que todo el país escuche las confidencias que su marido hacía a su amante, nada en esos audios resulta nuevo y, además, se da la circunstancia de que el asunto cobra actualidad en una etapa en la que la relación personal entre Doña Sofía y Don Juan Carlos no es mala -decir buena quizá fuera exagerado-.

No aportan, insistimos, ninguna novedad en la historia bien sabida ya y bien contada del matrimonio real. Si bien es lógico que provoque impacto escuchar de viva voz al ex Jefe del Estado revelar sus secretos de alcoba.

“Yo no voy a decir, porque mentiría si dijera que… que me ‘forzaron’ a la boda, porque en eso mentiría, ¿no?, porque algo enamorado debía estar para casarme. Bueno, yo creo que es la boda que me conviene, pero… en mi fuero interno, interno, lo he pensado…“, le confesaba un indiscreto Rey a la vedette circense. Remite este pasaje al inicio de todo. Lo cierto es que Juanito, el hijo de los Barcelona, un príncipe en la España franquista que todavía no las tenía ni mucho menos todas consigo de poder ocupar algún día el trono, no se casó enamorado de la hija de los entonces reyes Pablo y Federica de Grecia. Claro que no. Él suspiraba por los huesos de la princesa María Gabriela de Saboya (84) y mantenía relaciones con mujeres como la condesa Olghina de Robilant. La boda con Sofía de Grecia fue, como todas las de la realeza de entonces -no se olvide- un asunto de Estado y de primerísima importancia dinástica. Y eso es lo que contaba, aunque se pretenda juzgar ahora desde parámetros morales bien distintos.

La Reina Sofía y la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado 7 de octubre
La Reina Sofía y la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado 7 de octubreSERGIO PÉREZEF

Pero, con todo, los primeros años del matrimonio -Juanito y Sofía se casaron en Atenas en 1962- no fueron malos. La griega, como despectivamente se la llamaba en nuestro país, ayudó mucho al Príncipe tanto a ganarse la confianza imprescindible de Franco como a fijar su recorrido institucional.

Lecho compartido hasta 1976

El príncipe Felipe -hoy Rey- llegó al mundo en 1968. “No estáis juntos… Al poco tiempo de nacer Felipe, ¿no?”, le espeta en el interrogatorio Bárbara al Rey que, torpón, le responde “pues yo creo que sí”. No parece cierto el dato. Todo apunta a que Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron una pareja real y compartieron lecho conyugal hasta 1976. Un error en sentido opuesto en ese asunto con Franco aún vivo le habría podido costar la corona.

Además, hace ya mucho que expertos como la periodista Pilar Eyre (73) revelaron cómo fue a principios del 76, meses después de que Juan Carlos I fuera proclamado Rey, cuando Doña Sofía descubrió una infidelidad de su marido al acudir por sorpresa a una finca en Toledo donde él se había desplazado supuestamente para cazarLa caída de la venda de los ojos de Doña Sofía fue tal que es entonces cuando se produjo el episodio de su marcha a la India, llevándose consigo a sus tres hijos, para reunirse con su madre y su hermana, la reina Federica y la princesa Irene, sus paños de lágrimas.

Para saber más

Los Príncipes Juan Carlos y Sofía con sus tres hijos en una imagen de diciembre de 1969. Felipe tenía 11 meses.

Casa Real. Juan Carlos I: se hizo la vasectomía después del nacimiento de Felipe VI

  • Redacción:BORJA RUIZ

Juan Carlos I: se hizo la vasectomía después del nacimiento de Felipe VI

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Conocedores de la familia real de la época coinciden en que la pareja se empezó a romper justo entonces, aunque aún hubo intentos de una especie de reconciliación, que no le impidió sin embargo a Don Juan Carlos a tener ya amantes continuas.

Fue a principios de los 90 cuando peor se pusieron las cosas entre Don Juan Carlos y Doña Sofía, quienes para entonces ya eran un matrimonio solo de cara a la galería. Y es que todo lo cambió la llegada a la vida del Rey de Marta Gayá (76). Porque Don Juan Carlos, que ya se creía por encima del bien y del mal, enamorado de la mallorquina hasta las trancas, se propuso por primera vez divorciarse -después lo volvería a intentar para unirse a Corinna Larsen (60)-. Y eso rompía el statu quo.

Don Juan Carlos y su Consorte llegaron a hacerse insoportables el uno para el otro. Y desplantes en público tan feos y desagradables como el manotazo que el primero dio a Doña Sofía en 2010 cuando ella intentaba ayudarle a acceder a la Catedral de Santiago no eran sino reflejo de una unión de cara a la galería insostenible.

Paradojas de la vida, tras la abdicación en 2014, y una vez que de la historia con Corinna Larsen ya sólo quedó la venganza de la rubia peligrosa, se produjo un reacercamiento entre los ya Reyes Eméritos, que recuperaron cierta sintonía y amistad. Al parecer, para Doña Sofía fue un duro mazazo qsue su marido tuviera que abandonar Zarzuela en 2020 e instalarse en Abu Dabi por otro escándalo, el de sus dineros.

Fuente: https://www.elmundo.es/loc/casa-real/2024/10/11/67090cd1e4d4d81c248b4598.html

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