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La semana de la moda italiana redefine la sastrería y rechaza la excentricidad

Irina Shayk
La modelo Irina Shayk desfiló ayer con la colección primavera/verano 2025 de Max Mara en la semana de la moda de Milán Luca Bruno / Ap-LaPresse

La pasarela se fortalece. Es el contundente mensaje que deja el arranque de las semanas de la moda esta temporada. Después de vivir las intensas ediciones de Nueva York y Londres, Milán llegó el martes con un programa más grueso de lo habitual que se alargará hasta el próximo lunes. Más desfiles, más presentaciones y más representación internacional.

La magia de la pasarela en su formato físico prevalece en un mundo completamente digital, y la capital de la moda italiana sigue siendo líder en la materia. Lo evidenció el miércoles la propuesta de Fausto Puglisi. El director creativo de Roberto Cavalli quiso homenajear al fundador de la firma, fallecido el pasado 12 de abril, recuperando siete piezas de archivo, pero también innovando en los estampados que tan famosa han hecho a la marca. Una celebración de la vida que ensalzaba el uso de materiales naturales y el color en los armarios.

Las primeras jornadas de Milán dejan claro que los estilismos monocromáticos serán claves la próxima temporada primavera/verano 2025. Lo respalda la nueva colección de Herno, engamada en una paleta de neutros, como también la propuesta que presentó el miércoles Max Mara. Famosa por sus excelentes tejidos y sus abrigos uniformados, la firma italiana llama a recuperar la elegancia al reinventar el traje falda chaqueta.

Mediante faldas lápiz y vestidos camiseros ajustados, la marca busca ensalzar de nuevo la silueta femenina, desdibujada en otras pasarelas a favor de la excentricidad y la incansable necesidad del sector por alcanzar el futuro mediante patrones revolucionarios.

Para Max Mara, el marrón chocolate es sinónimo de poder y distinción y lo impregna en la mayoría de sus estilismos. Destaca también en su propuesta la vigencia del no pants con shorts minúsculos de punto así como la sustitución de los grandes chaquetones por gabardinas ligeras.

Esa oda a la elegancia y la sastrería se desprendía también en la pasarela de Miucca Prada y Raf Simons. El dúo creativo favorito de Italia llevó a cabo en la Fundación Prada una nueva disertación de la belleza incorporando nuevos materiales, como el metal o el vinilo, y explorando la combinación de colores estridentes.

El anfitrión de la última gran cita de esta primera parte de la semana de la moda de Milán fue Emporio Armani. La firma escribió sobre la pasarela una carta de amor a la sastrería, un llamamiento a la elegancia relajada, para él y para ella, con tejidos que se adaptan a la figura, en pro de la comodidad, teñidos en tonos vibrantes como el fucsia o el lavanda.

Fuente: La Vanguardia

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