Los ciclos de rupturas y reconciliaciones están relacionados con una peor calidad de las relaciones y mayores síntomas de depresión y ansiedad
Melissa González / Bienestar / ABC
Muchos arrepentimientos en la vida son imposibles de rectificar: no se puede retroceder en el tiempo para aceptar una oferta de trabajo que se rechazó o para estudiar más para un examen en el que suspendimos. Incluso es tarde para darse cuenta de que la pareja que tuvimos hace tiempo era la correcta. Vamos, lo que viene siendo «no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes». Si llegas a pensar que tu ruptura fue un error y que todavía puede triunfar lo vuestro, quizá aún estés a tiempo de lograr que, el que piensas que es el amor de tu vida, quiera volver contigo y os deis una segunda oportunidad.
Muchas parejas se dan una segunda oportunidad, y en estos casos el primer motivo viene a ser que con el paso del tiempo se va disipando el dolor, por lo que parece que solo recordamos los aspectos positivos de la relación que tuvimos. Es decir, lo que nos parecían problemas cuando estábamos juntos, con el trascurso de los meses, pierde fuerza y no le damos tanta importancia si nuestro interés está en volver con nuestra anterior pareja.
Los ciclos de rupturas y reconciliaciones están relacionados con una peor calidad de las relaciones y mayores síntomas de depresión y ansiedad. Cuantas más veces una relación termine y comience de nuevo, es menos probable que la pareja sea feliz en ella. Pero no todas las parejas reavivadas quedan atrapadas en ese tiovivo.
Por qué darse otra oportunidad
Silvia Sanz, psicóloga experta en relaciones de pareja y autora de ‘Sexamor’, indica que las personas positivas que creen en el cambio, «seguramente ofrecerán otra oportunidad a la relación para lograr aprender de los errores». Puede suceder también que se reflexione y con la distancia se puedan reconocer nuestros propios errores dentro de la pareja. A fin de cuentas, una relación es una interrelación, cada uno influye en el otro, y si uno cambia puede que el otro también.
«Además, existen otros motivos que nos hacen retomar la relación, como puede ser el miedo a estar solos. Nos apegamos a los aspectos positivos de la pareja, afinidades, diversión y mitigamos los aspectos que nos hicieron distanciarnos. En ocasiones son más importantes que los que nos unieron, pero el temor a no encontrar a otra persona nos hace volver a la misma relación», señala la psicóloga.
Otros motivos pueden ser que simplemente haya un cambio vital que nos ofrece la oportunidad de volver porque los motivos eran externos. O la presión social, los vínculos con la familia o amigos del ex que nos dificultan avanzar y en ocasiones creemos más sencillo retomar la relación. Tal como dice Silvia Sanz, cada persona tendrá sus motivos y dependerá de las causas, los miedos y la capacidad de perdonar de cada uno.
Cómo pueden funcionar
«Las segundas oportunidades pueden funcionar siempre y cuando se localice bien el motivo de la ruptura para solucionarlo y que no vuelva a ser una dificultad entre ambos. Esto se logra si hay una buena comunicación en la pareja para aprender de cada uno, saber ponerse en el lugar del otro y pactar cambios», expone.
No habría que cometer los mismos errores que hicieron que se acabara, y para que funcione una relación es fundamental una buena comunicación y saber expresar lo positivo y lo que no nos gusta con respeto, aprender a resolver cada uno de los conflictos que van surgiendo de un modo constructivo, confiar en la pareja, alienar los valores y la filosofía de vida para que se pueda caminar en la misma dirección. «Darnos espacio para disfrutar en pareja y también de un modo individual», añade Silvia. Y también el compromiso de cuidar de la relación: «El amor se mantiene poniendo un poquito de cariño diario, teniendo en cuenta al otro y no hacer nada que no nos gustaría que nos hicieran».
Para que funcione realmente necesitamos tiempo para poder realizar una reflexión profunda y evitar cometer los mismos errores, aceptando algunos aspectos del otro y propios que quizás no vayan a modificarse. Y confiar que cada uno va a poner lo mejor de sí mismo para trabajar en la relación, en cuidarla y ponerle mucho amor para construir una relación sana y duradera.
«No existe un criterio infalible para darse una segunda oportunidad en el amor ya que depende de los sentimientos, que aún existan emociones por parte de ambos y sobre todo que se identifiquen cuáles fueron los motivos de la ruptura.
Sí es importante que cada uno realice una reflexión sobre los errores que se han podido cometer, se logren perdonar y apostar por el cambio mutuo y del otro, quizás sea adecuado volver a intentarlo. Silvia apunta que volver con la intención de que la relación sea mejor que antes, con una comunicación abierta y compromiso continuo en cuidar la relación y no olvidarse de cada uno es un ingrediente indispensable para conseguir el éxito.
Los casos de terapia
Si estás pensando en intentarlo una vez más, hay muchas más personas que como tú confían en dar una segunda oportunidad a una relación que funcionó. Silvia Sanz cuenta que en terapia no solo acuden parejas que tienen dificultades para encontrar claves que les ayuden a solucionarlas, «también personas que buscan orientación sobre si volver o no con sus ex». Sin duda, es una decisión complicada, sobre todo si la relación ha estado cargada de sufrimiento.
«Las parejas que deciden darse una nueva oportunidad vienen a consulta para aprender a identificar qué parte de cada uno causaba los problemas o los patrones que se repiten en las relaciones», afirma. En terapia no solo se exploran las emociones, también se aprende a comunicarse de un modo eficaz para que puedan resolver futuros o presentes conflictos, se establecen expectativas realistas sobre la pareja, se proporcionan todas las herramientas y apoyos necesarios para solventar lo que les preocupa o tomar una decisión definitiva sobre mantener, volver o finalizar la relación. «Cada pareja es única y lo que funciona es reconocer lo que sucede para tomar decisiones que sean adecuadas para ambos», concluye la experta.