Famosa por su papel en la popular serie israelí ‘Fauda’, ha vivido los ataques intercomunitarios de los últimos días con un sentimiento de rechazo
SAL EMERGUI / Tel Aviv / EL MUNDO
Una vez lograda la tregua con el grupo islamista Hamas e inmersa aún en una profunda crisis política, Israel intenta cerrar las heridas abiertas en el último mes entre los judíos y los árabes a raíz de violentos choques en diversas ciudades mixtas. En este caso, no necesita la mediación egipcia y estadounidense sino un proceso de reencuentro que apague completamente el fuego interno. Quizá el más preocupante a largo plazo ya que la amenaza del fanatismo no puede ser interceptada por ninguna batería Cúpula de Hierro.
Para Luna Mansour (San Juan de Acre, 1992) se trata también de un reto personal. «Siempre hemos convivido muy bien y así debe seguir», dice esta prometedora actriz árabe-israelí a EL MUNDO en una entrevista más centrada en su persona y la actualidad que en su carrera en la pequeña pantalla, impulsada gracias a su primer y popular papel en la segunda temporada de la serie ‘Fauda’ que arrasa en Netflix.
La policía israelí detuvo a 1.552 personas en la intensa ola de agresiones y disturbios protagonizados por radicales árabes y judíos que azotó el país con imágenes que no se recordaban desde la Segunda Intifada en octubre del 2000. Entre ellos, quedan 513 detenidos de los cuales 200 fueron imputados. Pese a que la violencia se ha reducido drásticamente, se mantiene el temor y desconfianza entre la minoría árabe (21%) y la mayoría judía. Nada que ver con la estrecha cooperación meses antes en su lucha común ante la pandemia y las negociaciones para la incorporación de un partido árabe en el nuevo Gobierno.
Mansour también vivió momentos tensos como habitante de Ramat Gan, ya que varios proyectiles lanzados desde Gaza impactaron en esta ciudad adyacente a Tel Aviv matando a un hombre. La actriz no dudó en cambiar su foto de perfil en las redes sociales por una sencilla pero rotunda petición en árabe, inglés y hebreo: «Parad la guerra».
«Luna difundió mensajes de calma y convivencia durante los enfrentamientos y tensiones», destaca su agente Irit Siton Miller sobre su amiga que se identifica como palestina israelí. Siton, judía, y Mansour, musulmana, han labrado una relación que va más allá de la profesional y que no aparece en los medios precisamente porque no es noticia. «En nuestra agencia Shai Gani tenemos representados musulmanes, judíos y cristianos y puedo decir que la situación no afectó nuestra relación porque quien hizo la violencia fueron radicales en ambos lados«, añade antes de pronosticar que Mansour será la nueva estrella israelí en Hollywood tras Gal Gadot (Wonder Woman).
Mientras llega a Estados Unidos, Mansour revela que le encantaría trabajar en España. Por el idioma no hay problema porque lo aprendió gracias a su padre Ibrahim, un ex futbolista que en los años 80 jugó en los juveniles del Espanyol, y que en los últimos años entrenó a equipos de la liga israelí y palestina.
PREGUNTA: ¿Cómo viviste los peores días de violencia?
RESPUESTA: En un medio dijeron que yo era propalestina y que apoyaba el terrorismo debido a unas publicaciones. En las redes sociales recibí insultos y amenazas de muerte por parte de judíos aunque otros muchos me apoyaron. Decir que yo apoyo el terrorismo es absurdo. Esos días además desde Gaza lanzaban proyectiles contra esta zona en la que vivo ahora. Por eso, decidí volver unos días a casa en San Juan de Acre donde vive mi familia.
P: Los actos vandálicos y quema de coches y sinagogas empezaron en Lod a cargo de árabes radicales y luego llegaron allí judíos radicales, ¿no?
R: También podemos decir que todo empezó en el barrio de Sheij Jarrah en Jerusalén con el plan de evacuar algunas familias palestinas y luego en la Mezquita Al Aqsa. Los Lugares Santos, sean de musulmanes, judíos o cristianos, son algo muy sensible e importante que no se puede tocar. La escalada de Gaza vino después.
P: Tu ciudad, San Juan de Acre, era símbolo de convivencia pero en las últimas semanas llegó a los telediarios porque varios establecimientos, incluyendo un hotel, de judíos fueron quemados por árabes…
T: También hubo ataques de judíos. La violencia en todo el país de las últimas semanas vino de las dos partes. Quiero destacar y recordar que cuando quemaron el hotel en la ciudad antigua de Akko (San Juan de Acre), 20 personas se quedaron atrapados en el segundo piso y fueron rescatados por árabes, entre ellos mi tío, que los atendieron en sus casas.
P: ¿Cómo se vivió esta espiral de violencia en San Juan de Acre?
R: En el edificio de mi familia siempre hemos vivido una puerta frente a otra judíos y árabes. Las relaciones fueron y siguen siendo excelentes. En los peores momentos, todos los vecinos nos apoyamos mutuamente y nos dijimos que es una vergüenza que en los dos sectores haya gente que ejerza violencia. La violencia no es el camino.
P: ¿Crees que volverá a ser como antes?
R: Volveremos a vivir juntos no solo en esta ciudad sino en todo el país. Estoy convencida que todos juntos superaremos esta crisis que por otro lado no es la misma. Espero que las dos partes entiendan que podemos vivir juntos. Hay lugar para todos aquí aceptando a todos, incluyendo los que no piensan como tú. El hecho de que yo tenga una opinión política diferente no significa que sea tu enemigo. ¿Solo si pensamos lo mismo me querrás y si no me odiarás? No pido que las dos partes se amen ni que se odien. Ni siquiera hablo de paz sino aceptar a tu interlocutor. La paz llegará del respeto y aceptación de opiniones diferentes y no de eslóganes de paz que se lanzan desde hace años.
P: ¿Cómo ves el fenómeno de los últimos años de israelización de los árabes que aparcan la causa o identidad palestina?
R: Efectivamente, conozco árabes que se consideran israelíes y no se sienten palestinos. Yo, sin embargo, me identifico con las dos partes. Es mi identidad e historia. Soy palestina israelí. Estoy en medio. Mi familia es palestina, mi historia es palestina y al mismo tiempo nací en Israel y tengo carné de identidad y pasaporte de Israel. Si mis padres se divorciaron, ¿por qué tengo que pagar el precio? ¿Por qué tengo que elegir a uno de ellos?
P: ¿Tu identidad te perjudicó alguna vez en tu carrera?
R: No. Yo hablo y me presento como Luna y no como carné de identidad.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/05/24/60aa6f20fc6c8392678b460c.html