REDACCIÓN EFE
Villafranca de los Barros (Badajoz) (EFE).- Unas 300 mujeres de 23 asociaciones de Extremadura y Andalucía se han dado cita este sábado, a pesar del calor, en el XV Encuentro de Encajeras de Bolillos ‘Ciudad de la Música’, unidas por su afición a una tradición en la que, reconocen, la presencia de jóvenes y hombres es aún testimonial.
Entre las asistentes, Antonia Loza (84 años) cuenta a EFE que la mayoría son aficionadas y llevan toda la vida tejiendo, como ella, que aprendió con 9 años en el colegio y lo retomó como un pasatiempo cuando se quedó viuda hace 20 años.
“Qué voy a hacer si no”, se pregunta, y recuerda que también ha enseñado a otras mujeres de su pueblo natal, Zafra (Badajoz) , tras la pérdida de algún ser querido.
“Antiguamente usábamos los cartones de las camisas, pero ahora ya hay muchos avances para hacer encaje”, cuenta esta segedana octogenaria, que lamenta que ninguna de sus hijas ni nietas continúe con la tradición.
Es una técnica que requiere mucha paciencia y tiempo
“La juventud ahora sólo quiere móvil, no van a estar 4 horas delante de los bolillos”, explica Antonia, porque se trata de una técnica que requiere mucha paciencia y “sobre todo tiempo”, todo lo contrario a la rapidez e inmediatez que ofrecen muchas de las aplicaciones que son ahora el pasatiempo de los jóvenes.
Guadalupe Gutiérrez es una de las excepciones, tiene 35 años, le encanta tejer y cuenta entre risas que, por su edad, sobre todo hace ligas y abanicos para bodas.
Es de Torrecillas de la Tiesa, un pueblo de poco más de mil habitantes de Cáceres, y lleva 7 años practicando el encaje a bolillos, técnica que aprendió gracias a su suegra.
“Hay más jóvenes de lo que parece, y hasta niños, haciendo encaje”, asegura Guadalupe, que al contrario que muchas mujeres mayores a las que le enseñaron en la escuela, dice que “ahora con Youtube te pones un tutorial y es fácil aprender”.
Entre las mesas llenas de piezas textiles artesanales como abanicos, paños de cristianar, encajes para ajuares, pañuelos, chales tradicionales o collares con incrustaciones de cristal o perlas, encontramos también a Manoli Domínguez.
Trasladar el encaje de bolillos a las nuevas generaciones
Manoli se ha levantado a las siete de la mañana para llegar a Villafranca desde Cortegana, un pueblo de menos de 5.000 habitantes de Huelva, y que además es “monitora” de un taller con diez mujeres, en su afán por trasladar esta técnica a las nuevas generaciones.
Además de pocas jóvenes tejiendo, no hay muchos hombres y los que hay solo están de espectadores, aunque Manoli señala que no es porque no existan hombres que hagan encaje y se muestra muy dispuesta “a enseñarles”.
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Lo que queda claro con este encuentro, que lleva 15 años celebrándose en la localidad pacense, es que las encajeras seguirán tejiendo a través de esta técnica que esperan que no se pierdan para poder seguir celebrando concentraciones de este tipo muchos años más.
Fuente: https://efe.com/cultura/2024-06-01/encaje-de-bolillos-tradicion/