Miles de euros en vino, ocho platos diseñados por un estrella Michelin y una experiencia en la que hasta la vajilla y la mesa se han creado ad-hoc para la ocasión
Luis Blasco Alis / METRÓPOLI
En 1855, Napoleón III pidió un sistema de clasificación de los mejores vinos de Burdeos para la Exposición Universal de París.
La lista, que no estuvo exenta de polémica, se dio a conocer el 15 de mayo de 1855, jornada inaugural de la Exposición. Dividida en cinco categorías, contemplaba lo más granado de los caldos de la icónica región vinícola francesa.
Ciento sesenta y nueve años después, una exclusiva experiencia para sólo 8 personas homenajeará ese hito de la gastronomía.
Una comida, y algo más, donde todo está cuidado al detalle: será el mismo día que se inauguró la Exposición, 15 de mayo; en un palacio madrileño, el de Santoña; y con un menú que exalta la gastronomía gala.
Hasta el precio, que lo convierte en el segundo más caro de nuestro país, es un guiño a la fecha de creación de la lista: 1855 euros.
«No ganamos dinero con esto, lo hacemos para nuestros clientes», asegura el creador de este evento Guillermo García Baltasar, luxury concierge de Bespoke 23, empresa especializada en servicios exclusivos para celebrities, deportistas de élite y empresarios.
«Llevaba un año dándole vueltas a la cabeza con esta fecha de la lista de vinos franceses de Napoleón III», explica.
Para celebrar el aniversario, la opción ideal era crear, junto a un gran chef, un menú único en el que armonizar comida y bebida.
Un champán y los cinco grandes vinos de la Primer Crus serán los protagonistas. Añadas únicas al alcance de pocos bolsillos, como un Château Latour 2010, un Château Haut-Brion 2015, Château Margaux 2018 o el histórico Château D’Yquem, bodega con la que el rapero Jay-Z disfrutó en uno sus cumpleaños.
El encargado de casar todos estos vinos es Cristóbal Muñoz, chef con estrella Michelin de Ambivium, restaurante castellano donde el vino, con una de las mejores bodegas del país, es el rey.
En el menú, confeccionado por Cristóbal Muñoz, «el producto es el protagonista», confiesa el chef, que ha escogido preparaciones de la gastronomía francesa a las que ha aplicado una capa de modernidad. «Siempre respetando el producto», añade.
Muñoz ha viajado junto a parte de su equipo a Burdeos, donde ha estado tres días inmerso en su cultura gastronómica, visitando los bodegas de la zona y comprando los ingredientes para hacer un menú «de alta costura».
«Para nosotros es algo más que cocinar, es una experiencia única. Estamos como un niño en Disneyland», confiesa.
En los ocho pasos habrá marisco, pescados, carnes, quesos, verduras, panes, salsas y, como no, postres franceses. «Es algo único, efímero», señala Cristóbal, cuyo equipo de 10 personas hará este menú sólo en esta ocasión.
Antes de la comida, un Bentley trasladará a los comensales al palacio, donde un historiador les explicará la importancia de la lista de vinos y el contexto en el que se creó. Durante la comida se tocará música francesa de la época. «Está pensado hasta el último detalle», destaca García.
La experiencia está reservada para tan sólo 8 personas, escogidas entre lo que García llama Bespoke Family, una pequeña selección de clientes muy fieles. Tan fieles que incluso cuando se ausentan de sus casas dejan al cuidado de su empresa a sus mascotas antes que dejarlos en un hotel canino.
Un deportista de élite, un abogado, o varios empresarios, nacionales y foráneos, están en la exclusiva lista de asistentes: «Esta experiencia es única, no se va a volver a repetir», subraya García. «No es una comida sin más», resume.
Tan único que se han creado una mesa ad-hoc para la sala dentro del Palacio y se han elaborado una mantelería y una cubertería que se usará única y exclusivamente para este evento.
Fuente: https://www.elmundo.es/metropoli/gastronomia/2024/05/13/663f4553e9cf4a5d288b45c2.html