El cantante madrileño estrena Seremos, un disco que habla de la pandemia, «pero no del sufrimiento explícito», en el que canta con Jimena Ruiz Echazú, su mujer, entre otros grandes artistas.
ANDREA M. ROSA DEL PINO / LOC
Tras 24 años de carrera -y grandes éxitos como Papá, cuéntame otra vez y Ahora que te encuentro-, el madrileño Ismael Serrano (47) edita su decimoséptimo álbum. Se trata de Seremos, una producción en la que canta junto a Pablo Alborán, la actriz Clara Alvarado y su mujer, Jimena Ruiz Echazú.
«Es un disco que habla de la pandemia. Pero no del sufrimiento explícito, habla de la vida que había quedado congelada: todos esos afectos y problemas, que poco a poco se van incorporando de nuevo a nuestras vidas. Y, sobre todo, quería hablar en futuro. Por eso Seremos. Quería escribir desde ese lugar de ‘esto pasará y volveremos otra vez a eso, a lo bueno'», comenta el cantautor a LOC.
PREGUNTA. Lo noto muy emocionado. ¿Es por el lanzamiento de su disco? ¿Está ansioso?
RESPUESTA. Estoy muy emocionado y nervioso. Yo creo que con el tiempo estoy reblandeciendo. Aunque, a lo mejor, también son las circunstancias… Yo creo que esta situación de estrés nos fragiliza a todos un poco. Y sobre todo, la emoción de ver que los planes cristalizan, porque una de las cosas que ha impuesto la pandemia es la incertidumbre. Por otra parte, también es verdad que uno en las canciones se expone mucho y, cuando sale el disco, se expone al juicio ajeno y eso te hace estar un poco susceptible.
P. ¿Le da pavor que el disco pueda no gustar al público?
R. A lo mejor uno podría decir «lo importante de este disco es que me guste a mí, estoy súper contento». Y es verdad, estoy muy satisfecho. Pero claro que te preocupa… Yo tengo la sensación de que la carrera musical es como ir en bicicleta y exige estar pedaleando constantemente. Y sí me preocupa la sensación de volver a empezar, aunque no sé si de gustar o no gustar. Porque el éxito y el fracaso es algo muy relativo. Para mí, tener éxito es poder dedicarte a lo que te gusta y que te paguen por algo que te apasiona.
P. Durante la pandemia hemos hablado mucho de miedos, de frustraciones, de traumas. ¿Se le han desatado alguna de estas cosas durante este período?
R. Se exacerbaron los miedos. Por ejemplo, los que tenemos padres en esa edad de población de riesgo, sentimos miedo. El otro día, vacunaron a mis padres y me puse a llorar desconsoladamente. Por otro lado, los desajustes te hacen darte cuenta de muchas cosas. En este disco hay una canción que habla de los cuidados y yo creo que muchos hombres hemos caído en cuenta de que es una tarea que hemos desatendido en muchos aspectos. Y a nivel personal ¿qué me ha pasado? Desde desajustarme los horarios a tener ataques de ansiedad y sobrellevarlos como buenamente puedo. Y eso que vivo en unas condiciones que me han permitido vivir un tipo de confinamiento privilegiado…
P. Es muy honesto y la gente suele valorar mucho su sinceridad. Por eso se le suele catalogar de «artista atípico», «distinto», «diferente». Cuando lee esos elogios, ¿se siente feliz de recibirlos o se cohíbe?
R. Yo manejo mucho, aunque esto suene a falsa modestia, lo del síndrome del impostor. Esa sensación de que crees que te has colado. Y a mí me pasa siempre, en eventos, en todo. En los photocalls lo paso fatal, porque siempre estoy pensando ‘no van a saber quién soy’. Una vez le escuché decir a Aute que él se sentía como un amateur siempre y, de alguna manera, yo también me siento un amateur. Además, tengo esa sensación… (Silencio) No sé que sentimiento de culpa he heredado, como de tener culpa porque te vayan bien las cosas. Siempre que me van bien las cosas es como ‘en cualquier momento me voy a dar la hostia’. Y no sé de donde viene eso, tendré que hablarlo con un terapeuta.
P. También quiero preguntarle por su verborrea tuitera. Suele manifestar muchas opiniones políticas en las redes y lo hace sin censura. ¿No le da miedo que algunos de sus tuits puedan, por ejemplo, malentenderse y empañar su carrera?
R. Sí (contundente). Pienso en ello. Pero, por otro lado, es que yo soy así. Ya me dicho muchas veces «joe, ¿por qué no te callas, por qué no te reprimes un poco?». Pero luego digo «¿por qué lo voy a hacer?», si llevo desde los 23 años diciéndolo. Es lo que soy… He decidido usar Twitter como esa herramienta con la que yo me expreso políticamente, porque creo que hay que hacerlo. Porque, ¿sabes qué pasa? ¡Que no lo hace nadie!
P. Y ya que estamos en materia política, cuénteme: ¿qué cree que va a pasar el 4M?
R. Yo confío en que la izquierda gane y creo que se puede ganar. Pero si no ocurre, habrá que seguir luchando. La lucha que se pierde es la que se abandona y yo lo que me niego es a instalarme en la melancolía permanente. La política no es votar cada cuatro años. Es proponer, es ilusionarse y seguir trabajando para cambiar las cosas. Además, yo creo que estas elecciones van a depender de la movilización de ese electorado crítico, que, por lo que general, no se siente identificado y no vota. Y yo creo que tenemos que preguntarnos todos por qué ocurre eso: ¿por qué hay gente que siente que votar no sirve? Porque eso es muy peligroso, es el descrédito de las instituciones y la democracia.
P. En otros temas, le quiero preguntar por qué decidió hacer un dueto con su mujer en Seremos. Hay gente que dice que no hay que mezclar familia con trabajo…
R. A mí me divierte cantar con ella. He colaborado varias veces en sus proyectos y me apetecía incluirla en una canción. Sobre todo, en una que habla de la lucha de las mujeres. Además, la canción tiene un aire celta y la ascendencia de Jimena tiene que ver por ahí. Creo que todo se daba para que estuviera ella, lo hicimos y lo pasamos bien.
P. Perdone la intromisión, pero no sé bien si Jimena y usted están casados de verdad. ¿Han firmado algún papel para hacerlo oficial?
R. Sí, sí, sí. Me casé formalmente. Más aun, nos casamos dos veces: aquí, en Madrid, y en Buenos Aires. A mí, celebrar las bodas me divierte. Me encanta que la gente se case, porque hay que celebrar el amor. Quizá lo haga una tercera vez. Podemos volvernos a casar en otro lugar del mundo. ¡Quién sabe!
P. En 2014 nació su hija Lila y desde entonces han pasado varios años, ¿hay posibilidades de que traigan otro niño al mundo?
R. (Se ríe) No lo sé. De momento estamos bien… Es verdad que la llegada de Lila me ha dado vuelta la cabeza como un calcetín y me ha hecho aprender muchísimas cosas. Pero, cuando me planteo tener otro hijo, digo «joe, es que a mí se me ha olvidado todo lo que había que hacer, todo lo del principio». Y volver a empezar es un reto.
Fuente: https://www.elmundo.es/loc/famosos/2021/04/26/6082963b21efa029398b4660.html