A medida que el aumento de las temperaturas agrava los meses de verano en Japón, tradicionalmente calurosos y sudorosos, las personas que trabajan al aire libre optan por el fan-jakketo.
GAVIN BLAIR / THE GUARDIAN
La chaqueta por excelencia en Japón para la estación veraniega de este año es una pequeña prenda funcional equipada con dos ventiladores eléctricos instalados en la parte baja de la espalda. Dado que el aumento de las temperaturas ha agravado los meses de verano en Japón, tradicionalmente calurosos y sudorosos, las personas que trabajan al aire libre optan por el fan-jakketo (chaqueta con ventilador) para que sus jornadas laborales sean más frescas y seguras.
Al soplar aire en el interior de las chaquetas, los ventiladores crean un microambiente personal en el que una suave brisa mantiene frescos a las personas que las llevan puestas cuando el calor y la humedad alcanzan sus niveles más extremos.
El exingeniero de Sony, Hiroshi Ichigaya, inventor de la chaqueta, encontró la inspiración para crearla cuando viajó por el sudeste asiático en 1988, después de jubilarse anticipadamente.
Ante el rápido desarrollo de las ciudades de la región, Ichigaya se dio cuenta de que los sistemas de aire acondicionado que se estaban instalando en todos los edificios nuevos provocarían un enorme aumento del consumo de energía, lo cual a su vez contribuiría al calentamiento global.
Su solución fue un sistema de refrigeración individual energéticamente eficiente en forma de chaqueta con ventilador, que sacó a la venta en 2004 a través de su recién fundada empresa, Kuchofuku, que se traduce literalmente como “ropa con aire acondicionado”.
Además del carácter contraintuitivo que supone usar una chaqueta en el sudoroso verano, a los primeros modelos les duraba poco la batería y de vez en cuando funcionaban mal. Relanzadas en 2009, las chaquetas fueron ganando devotos y, con el tiempo, otras empresas empezaron a crear sus propias versiones.
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En 2015, el fabricante de herramientas eléctricas y accesorios Makita lanzó su primera chaqueta con ventilador, un producto con un atractivo evidente entre su clientela actual.
“Como fabricante de herramientas, muchos de nuestros clientes son carpinteros, albañiles, agricultores… personas que trabajan al aire libre bajo el calor”, explicó Daisuke Seiki, subgerente de la división de asuntos generales de Makita.
“No publicamos cifras de ventas de productos individuales, pero las temperaturas extremas de los últimos años sin duda han impulsado la demanda“.
Al igual que otras empresas del sector, Makita ahora dispone de una amplia variedad de modelos en el mercado, equipados con baterías especializadas que pueden mantener los ventiladores funcionando durante más de 60 horas con la configuración de mayor eficiencia energética.
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Entre las variantes disponibles figuran las chaquetas de alta visibilidad, los chalecos con ventilador, las chaquetas con gorra que hacen circular el aire alrededor de la cabeza, los trajes de cuerpo completo con ventiladores en los pantalones y las chaquetas con ventilador de estilo mezclilla para usar fuera del trabajo. Makita también vende compresas frías que se pueden colocar dentro del forro de las chaquetas para enfriar aún más el aire que circula.
En la actualidad existen en el mercado suficientes chaquetas con ventilador como para que Yahoo Japón incluya una lista de las 100 mejores de esta categoría.
Otra innovación popular para combatir el calor en Japón es Reon Pocket, un aire acondicionado portátil que se coloca alrededor del cuello y dentro de la ropa. Nacido de un programa de aceleración de startups de Sony, el primer modelo recibió financiamiento colectivo en 2019. Su más reciente invento, el Reon Pocket 4, llegó a las tiendas este año.
Al incluir un “modo frío inteligente”, los sensores del dispositivo detectan comportamientos como caminar y después ajustan automáticamente el nivel de ventilación, manteniendo al usuario cómodo y prolongando la duración de la batería.
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Y si todas las soluciones de última tecnología no logran aliviar el calor agobiante, siempre queda la tradición japonesa de contar historias de fantasmas en verano para provocar escalofríos.
“Cuando uno siente miedo, una de las reacciones del cuerpo consiste en bombear sangre a los órganos internos y reducir el flujo a los vasos sanguíneos más próximos a la piel, lo cual provoca una sensación de frío en todo el cuerpo”, explicó Yasuko Miura, investigadora, profesora y escritora sobre la cultura japonesa que se especializa en tradiciones de las distintas estaciones del año.
El festival budista Obon es el mejor momento para contar historias que hielan la sangre. Se celebra a mediados de julio o mediados de agosto (dependiendo de la región) y honra a los antepasados, cuyos espíritus, según se dice, regresan brevemente a la tierra de los vivos.
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Muchos cuentos de fantasmas japoneses tratan sobre espíritus inquietos, “que guardan rencor o no tienen familia que les dé la bienvenida en el Obon, y durante el periodo Edo (1603-1867), las obras de teatro que contaban historias de estos espíritus se convirtieron en una tradición veraniega”, explicó Miura.
“Muchos jóvenes siguen creyendo en la tradición, y algunos ponen a prueba su valor yendo a lugares tenebrosos como cementerios en las calurosas noches de verano”.