Heidi Klum es una de las grandes supermodelos. Leni, la mayor de sus cuatro hijos, fruto de su relación con Flavio Briatore. Madre e hija hablan sobre moda, tatuajes, desnudez y cómo el último novio de Heidi le pidió matrimonio.
ESMA ANNEMON DIL / VANITY FAIR
Es un atardecer de otoño en Los Ángeles y las temperaturas todavía permiten hacer la entrevista en el exterior. A estas alturas ya nos hemos acostumbrado tanto al surrealismo de este año que casi nos parece normal hablar sentadas frente a frente con mascarilla. Madre e hija llevan en el estudio desde por la mañana temprano para la sesión de fotos.
De alegre carácter renano, aguda, pragmática y con olfato para los negocios, Heidi Klum (Alemania, 47 años) parece más dulce y cercana que nunca. Seguramente su reciente matrimonio con el músico alemán Tom Kaulitz, de 31 años, guitarrista y compositor de la banda Tokio Hotel, tiene algo que ver. Pero también puede ser la confianza con su hija Leni, de 16 años —fruto de su relación con el empresario de la Fórmula 1 Flavio Briatore pero criada y adoptada por el cantante británico Seal, antigua pareja de su madre—, lo que hace que el ambiente en el estudio resulte inusualmente familiar. Es enternecedor verlas juntas y una se da cuenta de lo importante que es para Heidi que hoy sea Leni la protagonista.
Leni y Heidi Klum.CHRIS COLLS
No debe de ser fácil para una recién llegada tener una madre que lleva casi tres décadas ante las cámaras y 15 temporadas eliminando candidatas de su programa Germany’s Next Topmodel (GNTM) de la forma más agradable posible; que documenta su fascinante vida en Instagram y que después de cuatro embarazos —además de Leni, tuvo tres hijos con Seal: Henry, de 15 años, Johan, de 14, y la pequeña Lou, de 11— conserva un cuerpo envidiable.https://c64f892ae1a951d7467eeca55a807492.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html
Leni lleva un abrigo cruzado de lana de Victoria Beckman, zapatos de Church’s y sombrero de Nicki Fouquet x Givenchy.©CHRIS COLLS
Heidi, su marido y sus hijos residen habitualmente en Los Ángeles, aunque ninguna de las dos pueden ocultar sus raíces germanas, saltan a la vista.
Leni Klum: Estuvimos en Alemania por última vez en 2019, cuando acompañamos a Tom y a Bill (su hermano gemelo y vocalista de Tokio Hotel) en su gira durante una semana y dormimos todos amontonados en el autobús del tour. Fue muy divertido y tengo ganas de pasar más tiempo en Berlín. Esta vez el programa Topmodel se graba allí.
Heidi Klum: Les pregunté a los niños si tenían ganas de mudarse por unos meses y la respuesta fue unánime: “¡Sí!”. Leni ya ha viajado mucho por el mundo y estuvo conmigo entre bastidores desde pequeña. Siempre me agrada que me acompañe al trabajo. Es una sensación un poco rara que hoy sea justo al revés: yo acompaño a mi hija al trabajo y no ella a mí.
Heidi lleva un abrigo de hombre y debajo un vestido lencero de Prada.©CHRIS COLLS
No es extraño que los hijos quieran seguir los pasos de sus padres. Sin embargo, Heidi Klum se ha pasado los últimos 16 años protegiendo a su hija Leni de la esfera pública. Hoy es un día especial para Leni, pero indudablemente también para Heidi porque su hija está dando un gran paso hacia la vida pública.https://c64f892ae1a951d7467eeca55a807492.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html
Vanity Fair: Leni, ¿siempre quiso ser modelo?
Leni: Era solo cuestión de tiempo que yo también intentase ser modelo. Laprimera oferta llegó cuando tenía 12 o 13 años, de una marca que me gustaba mucho, Brandy Melville. Entonces le supliqué a mamá, ¡pero no hubo manera! Ahora entiendo que habría sido demasiado pronto.
Vanity Fair: ¿Siempre tuvo claro que quería estar en la esfera pública?
Leni: No conozco otra cosa. He acompañado a mi madre a los estudios y me han hecho fotos por la calle desde que tengo uso de razón. Aunque la mayoría de la gente no describiría mi niñez como normal, para mí sí que lo fue. Creo que mi madre ha hecho un trabajo bastante bueno en ese sentido y por eso ahora me siento tan preparada para dar este paso.
Heidi: Los 16 son una buena edad. Si puedes conducir, también puedes tener una cuenta oficial de Instagram y mostrar tu cara. Y poder empezar con este reportaje es un privilegio increíble.
Leni: Ahora mismo estoy completamente agotada y hambrienta, pero no tengo palabras para expresar lo fantástico que ha sido este día en el estudio. ¡Mi primera sesión de fotos!
Leni lleva una sudadera de algodón verde oscuro con bordado “Vogue” rosa de Vogue Collection.©CHRIS COLLS
Vanity Fair: Incluso se han quedado más tiempo para hacer algunas fotos adicionales.
Heidi Klum: Es que no estamos sentadas en el colegio haciendo los deberes. No entiendo esa actitud aburrida y apagada que tienen algunos durante el día. Leni sabe motivarse y tiene mucha energía: baila, es el centro de la fiesta y en Topmodel también se apuntó a todos los retos a los que muchas candidatas no se atrevieron.
Leni: Eso es lo maravilloso de ser modelo. En la mayoría de los otros trabajos tendría que reprimir mi naturaleza alocada para dar una impresión “profesional”. Como maniquí puedo soltarlo todo y ser simplemente quien soy. El trabajo es la válvula de escape perfecta para toda la energía que llevo dentro.
Vanity Fair: ¿Recuerda el momento en el que comprendió que su madre era famosa?
Leni: No hubo un momento. Los paparazzi fueron siempre parte de nuestra vida, igual que la gente que nos protege.
Heidi: En la esfera pública estás en el punto de mira. Pero por supuesto el éxito también conlleva muchas experiencias positivas: poder trabajar con creativos con talento, como hoy, viajar mucho, conocer a gente interesante, vivir aventuras, poder permitirse cosas bonitas, ser independiente.
Leni: Hay poca gente que esté más en el punto de mira que mi madre, pero ella me ha transmitido casi exclusivamente la parte positiva. Me ha enseñado que no se debe dar importancia a lo que digan los demás. Lo que me importa es lo que mi familia y mis amigos piensen de mí.
Leni posa con una camisa ‘oversize’ de Schiaparelli.©CHRIS COLLS
Vanity Fair: ¿Tiene la sensación de que la gente la examina con unas expectativas concretas y la compara con otras modelos que provienen de familias famosas como Kaia Gerber, Lily-Rose Depp, Hailey Bieber, Georgia May Jagger, Kendall Jenner, Gigi y Bella Hadid?
Leni: Hay que tener cuidado de no compararse constantemente, pero creo que eso también es un efecto secundario de plataformas como Instagram o TikTok. Quiero decir, siempre está bien buscar inspiración, pero no deberíamos compararnos. Yo en realidad siempre voy a lo mío y así es como me siento más cómoda. Creo que en eso me parezco a mi madre.
Heidi: Siempre intento inculcaros que no debéis dar ningún valor a las opiniones de desconocidos. Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Por eso quise que esperaras hasta ahora para tener una cuenta oficial y solamente utilizaras una privada con tu círculo de amigos. Aunque los adolescentes deberían tener cuidado con las redes sociales, estas plataformas también han aportado muchas cosas positivas. En los noventa aún existían unas etiquetas muy estrictas: “edgy”, “grunge”, “heroin chic”, “alta costura”… o eras demasiado comercial para la pasarela. La diversidad de personalidades, tipos de cuerpo y colores de piel que vemos hoy en día es maravillosa. En 2015 tuvimos en GNTP a la primera candidata transgénero y a lo largo de los años a menudo hemos intentado darles una oportunidad a chicas que eran más bajitas o de tallas grandes. Me alegra mucho que los potenciales anunciantes estén cada vez más abiertos.
Vanity Fair: ¿Qué deberían hacer bien las candidatas de 2021 para progresar en GNTM?
Heidi: ¡Ser ellas mismas y no un envoltorio vacío! Y, por favor, entended que es un concurso en el que hay que darlo todo. No aceptes el desafío por mí, sino por ti misma. ¡Sé tu propia jefa! Tienes que inspirar y fascinar a los demás, provocar en ellos el sentimiento de querer ser como tú.
“¡ERES LA ÚNICA PERSONA QUE CONOZCO QUE ESTÁ CASI SIEMPRE DESNUDA!” (Leni a su madre)
Chaqueta vaquera deconstruida y pantalones vaqueros a juego de la colección masculina de Maison Margiela y zapatillas Converse.©CHRIS COLLS
Vanity Fair: ¿Tienen las modelos más libertad hoy en día para marcar límites acerca de qué deben promocionar y cómo?
Heidi: Siempre la tuvieron. Un contrato con una agencia seria incluye un largo cuestionario con preguntas directas, como si quieres hacer desnudos o no, o llevar pieles. E incluso entra en más detalles, como para qué tipo de clientes y creativos quieres trabajar. No puedo insistir lo suficiente en lo importante que es cuidar de una misma porque desde un punto de vista jurídico las fotografías al final pertenecen al fotógrafo. Creo que tendrá que pasar algo de tiempo hasta que consiga apartar mi mano protectora de Leni. Es su carrera y ella debe tomar sus propias decisiones, pero yo siempre seré su madre. Por eso tienes que disculparme si de vez en cuando me entrometo.
Leni: ¡Me alegra que lo hagas! Tú ya has vivido todo esto y trabajas desde hace muchos años en esta profesión. Sería un poco raro que siendo mi madre no me ayudaras. Claro que quiero hacer las cosas a mi manera, de todas formas somos tan distintas que no podría ser de otra forma, pero agradezco mucho tus consejos.
© ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: Heidi, ¿cómo llevaron sus padres el comienzo de su carrera?
Heidi: Para mis padres era importante que llevara una vida con respeto por mí misma. Esto incluye tener una relación saludable con el propio cuerpo, pero también tener ingresos propios para no depender de nadie. A mí me gustaría que mis hijos también fueran adultos independientes. No me importa cómo se ganen la vida mientras sean felices.
Vanity Fair: ¿Qué experiencias se pueden transmitir y qué fallos debe cometer uno mismo?
Heidi: Como madre pienso muy bien las batallas que quiero luchar y no me vuelvo loca porque se tiñan un par de mechones o porque tengan novio. Pero en mi casa hay cero tolerancia con las drogas. A veces escucho a mis hijos decir que alguien de su clase está en rehabilitación. Son todavía muy jóvenes, pero en Los Ángeles uno puede hacerse adulto muy deprisa si no se tiene cuidado. Solo espero que recuerden suficientes cosas de las que intento transmitirles. No pretendo prepararlos para cualquier situación, sino que sean niños independientes, darles una brújula para que puedan tomar las decisiones correctas cuando no esté con ellos.
Leni: Mi novio y yo queríamos hacernos un tatuaje en la boca y a mi madre no le pareció tan buena idea.
Heidi: He experimentado en mis propias carnes que duele mucho borrarse un tatuaje. Para mí ese es uno de los errores que no es necesario que cometas tú misma.
Leni: Pero los tres puntos que Tom, Bill y yo nos tatuamos en la parte interior de los dedos como símbolo de nuestra amistad te parecieron bien.
Heidi: Es que algo así es adorable e inofensivo. Pero en realidad podría haberme mosqueado porque no dejasteis ningún punto para mí.
Leni ha sido bailarina durante nueve años, entrenaba cuatro veces por semana.©ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: ¿Es cierto que la propuesta de matrimonio de Tom fue un trabajo en equipo?
Leni: Ya lo creo. Nos pidió permiso a todos los hijos. Les trajimos a los dos el desayuno a la cama en Navidades, él cogió el anillo y después nos pusimos todos muy nerviosos porque mamá dudó por un momento.
Heidi: ¡Quería darle emoción!
«Para la propuesta de matrimonio, Tom nos pidió permiso a todos los hijos» (Leni Klum)
Leni acompaña a Heidi a un trabajo.©ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: ¿Cómo habéis vivido el confinamiento?
Leni: Fuimos creativos, pintamos mucho. Fuera había un gran lienzo con una cámara que grababa a cámara rápida cómo todos nos íbamos turnando para trabajar en él. Ahora el cuadro está en el comedor.
Heidi: Los dos primeros meses quisimos que la gente que trabaja con nosotros se tomara vacaciones para que pudieran ocuparse de sus familias. Durante ese tiempo yo misma me encargué de limpiar y cocinar.
Madre e hija juegan juntas.©ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: Es difícil imaginarse a Heidi Klum con un cubo de fregar.
Heidi: ¡Primero tuve que encontrar el cubo! Por suerte, cuando empezaron las grabaciones de los programas Making the Cut y America’s Got Talent ya teníamos ayuda de nuevo. La situación también fue difícil para los niños. A esa edad se necesita estar rodeado de personas diferentes para descubrir quién es uno mismo. Solamente así uno encuentra su identidad y su papel en el mundo. Solo con Zoom y redes sociales no funciona. Mi hija pequeña, Lou, pudo celebrar su cumpleaños en el jardín con algunos compañeros de clase, ahí hubo pintura otra vez. Me pareció muy entrañable que invitase a los dos nuevos de la clase que todavía no conocían a nadie.
Leni: Yo cambié de escuela durante el confinamiento. Ya estaba planeado y coincidió en ese momento. Así que solo conozco a mis nuevos amigos del colegio a través de Zoom. Me alegro de que ahora por lo menos mi profesor de baile puede venir, aunque sea manteniendo distancias.
Heidi: En realidad, en nuestra casa no hay ni un minuto de aburrimiento. Antes de la pandemia, cuando todos traíais a vuestros amigos, fácilmente nos podíamos juntar 15 niños y varios adultos. Siempre hay un grupo variado de personas de orígenes completamente distintos y nunca nos aburrimos. Durante el confinamiento nunca conseguí organizar mis cosas como es debido. Entre el trabajo, mis cuatro hijos, mi marido y mis tres mascotas no me queda mucho tiempo para mí.
Leni: Muchas veces estás tan cansada que te quedas dormida por todas partes, aunque estemos correteando a tu alrededor a gritos.
Heidi: Es verdad, duermo como un tronco mientras sepa que mis polluelos están bien.
Sin lugar a dudas, madre e hija.©ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: Heidi, ¿cuál ha sido el momento estelar de su carrera?
Heidi: Por suerte ha habido varios. Desde luego, un hito fue cuando conseguí tener mi propia Barbie. Las colecciono y mis hijos han jugado muchas veces con la Barbie Klum. Para mí era importante que mi Barbie llevara ropa interior, lo cual es ridículo porque en realidad yo soy muy liberal. En ese aspecto mis hijos son más bien lo contrario. Me parece tan raro que nunca os cambiéis delante de mí.
Leni: ¡Eres la única persona que conozco que está casi siempre desnuda!
Heidi: Me gusta tener un bronceado sin marcas y tengo una relación saludable con mi cuerpo. Pero cuando vienen vuestros amigos siempre me cubro.
Leni: ¡A mí me encantan las marcas del biquini! Y precisamente el contraste me parece precioso.
Heidi: Tenemos gustos muy diferentes. De pequeña lo querías todo en rosa.
Leni: Mi estilo cambió cuando nos mudamos. Yo tenía más o menos 10 años. Quería que mi habitación nueva fuese de adulta. Me deshice de todo lo rosa. Desde entonces llevo mucha ropa casual, Dickies, Wrangler o prendas básicas sin logos. Mi armario está bastante vacío, cinco camisetas, un par de pantalones y chaquetas, porque constantemente hago limpieza y le regalo las cosas a mi hermana o las vendo con la aplicación Depop. La única prenda de la que no me deshago son los pantalones de hockey que le mangué a mi novio.
Heidi: Yo, en cambio, soy una auténtica coleccionista. Mis armarios y percheros ocupan varias habitaciones y dos pisos, como en unos grandes almacenes.
Leni: Para ir a Alemania te cogí un par de chaquetas de invierno, pero no suelo ir de compras al armario de mi madre. A mi hermana pequeña le encanta la alta costura con logos (Supreme, Off White, A Bathing Ape). A mí me interesan menos.
Leni, en una clase de hula-hula en Hawái.©ÁLBUM PERSONAL
Vanity Fair: Por un lado parecen completamente distintas; por otro se nota que están hechas de la misma pasta. ¿Cómo lo ven ustedes?
Heidi: Opino lo mismo. Leni no es una miniyo. Tiene su propia cabeza, su propio estilo y su propia vida, pero también tenemos muchísimo en común. Nos reímos de lo mismo, las dos nos comemos 10 dientes de ajo al día y, al parecer, Leni tiene las mismas aspiraciones profesionales.
Leni: Tenemos la misma energía. No hay casi ningún día que estemos realmente de mal humor. Es mucho más divertido estar de buen humor, bailotear y disfrutar de la vida.
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Fuente: https://www.revistavanityfair.es/sociedad/celebrities/articulos/heidi-klum-hija-leni-modelo-novio-siempre-desnuda/48650