El hallazgo de un violín que la artista pintó y dedicó al líder comunista (y amante en su exilio mexicano en los años 30) podría pulverizar todos los récords en el mercado de las subastas
JAVIER CID / EL MUNDO
Ocho décadas después de aquel amor adúltero y arrebatador en la Casa Azul, hogar de Frida Kahlo a la vez que refugio de todos sus dolores y sufrimientos, ya podemos ponerle un precio a su idilio con León Trotsky: en este año 2022 por el que transitamos con más pena que gloria, su affaire con el líder comunista podría alcanzar los 50 millones de euros por obra y gracia de la apisonadora comunista. Tremenda paradoja. Esa es la cifra que, según los expertos, costaría el último gran hallazgo de la artista mexicana, hoy convertida en fenómeno mainstream, icono cultural veneradísimo, superestrella planetaria que pulveriza todos los récords, todas las subastas, todas las pinceladas de una biografía que sigue alimentando el mito incluso 70 años después de muerta.
PARA SABER MÁS
Cultura. México pone voz a Frida Kahlo
Fotografía. 20 fotos inéditas de Frida Kahlo y Diego Rivera se subastan en Nueva York
Se trata de un violín que Frida regaló al líder comunista, exiliado en su casa de Coyoacán entre 1937 y 1939, pintado y dedicado a mano por ella misma, que acaba de ver la luz y que ahora será subastado. Dado el interés supersónico por todo lo que tenga que ver con la artista mexicana, 50 millones al mejor postor no son, en absoluto, descabellados. Y así, como en una herejía maravillosa, serán las todopoderosas Sotheby’s o Christie’s quienes pongan precio al amor comunista de Frida y León Trotsky, y que terminó con el asesinato del político a manos del español Ramón Mercader. (Un asesinato, por cierto, que sigue envuelto por el velo del morbo y el misterio: según la versión oficial, Mercader dio muerte a Trotsky por orden de Stalin de un golpe en la cabeza con un piolet, e incluso la propia Frida fue sospechosa de estar detrás de aquel complot, e incluso estuvo detenida en un primer momento).
«Hay que tener en cuenta que Kahlo no fue una artista muy prolífica; apenas pintó 143 obras, de las que 55 son autorretratos», explica Javier Gallego, de Gallego y Sánchez Rollón Asociados y experto en arte y peritajes. «En noviembre de 2021, Diego y yo se vendió en Nueva York por 34 millones de dólares, batiendo así todos los récords de un artista latinoamericano. Es un lienzo muy pequeño, de 15 cm. por 15 cm. Así que un violín pintado a mano, y que además esconde una relación tan apasionante, puede hacer historia».
Nadie sabe por cuántas manos debió pasar el instrumento hasta llegar a su actual propietario, que al sospechar que podía tratarse de una pieza auténtica, contactó en Madrid con Gallego para que certificase que tanto los dibujos como la dedicatoria eran obra de Frida. En el anverso puede leerse: «Un hombre sin Patria es como un viejo violín sin cuerdas, espero que me muy pronto recupere su Patria y su hogar, su ideal y su lucha y vuelva a ser el director de la Historia mundial. Atentamente, Frida Kahlo». En el reverso, la artista dibujó dos mariposas y, en el interior de un sol negrísimo, el símbolo de la hoz y el martillo. Romanticismo y política fundidos por su pincelada quijotesca y su trazo naïf.
Gallego ha sido el encargado de coordinar al equipo de expertos que han analizado la autenticidad del violín. Guillermo Pastor Vázquez, el presidente de la Asociación Nacional de Peritos Calígrafos, ha sido el encargado de verificar la letra y la firma. Y una empresa española ha confirmado, a través del estudio de pigmentos, que fue pintado en los años 30 y que algunos de los colores empleados solo se utilizaban en América Central. El resultado, pues, ha sido concluyente: Frida pintó el violín y, por lo tanto, también se lo regaló a su amante. Se ha dicho, incluso, que aquel amor pudo ser una venganza tras descubrir la aventura de Diego Rivera, su entonces esposo, con la propia hermana de Frida. Pues a pesar de que el matrimonio tenía una relación abierta -y tormentosa en grado alto-, aquello debió superar todas las líneas rojas; qué mejor manera de darle celos que intimando con el gran líder del Partido Comunista, en el que el matrimonio militaba con mucha sangre, mucho sudor y muchas lágrimas.
Ahora que se ha confirmado su autoría, el violín es todo un caramelo para las grandes casas de subastas, donde probablemente terminará subastado. Pero Gallego no duda que habrá revuelo dado el interés que suscita todo lo que tenga que ver con Frida Kahlo: «La aparición de este violín se ha llevado con muchísima discreción, pero en cuanto se conozca su existencia le van a salir muchas novias. Entre ellas, el Gobierno mexicano, que puede reclamar por qué ha salido del país, cómo llegó a manos de quien ha llegado… El actual dueño tiene los títulos de propiedad en su poder, pero habrá polémica, eso seguro».
Una polémica que sigue embalsamando a Frida incluso muerta, pues ni la última voluntad que dejó escrita en su diario, la del descanso al fin, parece que esté cerca de cumplirse: «Espero una salida feliz y espero no volver jamás», añoraba. Pero todo indica que habrá ruido (y música) para rato.
Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/arte/2022/10/24/63511573fdddffee9d8b45da.html