Para entender qué es la resaca y cómo solucionarla, pruebe a hacer este experimento
DANIEL GÓMEZ DOMÍNGUEZ / LA RAZÓN
Este año 2020 está marcado por la pandemia, y las cenas navideñas no son una excepción. Puede que nos rodeemos de menos gente, seguirá siendo una época llena de comidas copiosas y alto consumo de alcohol.
Si se ha animado por el hecho de no tener que coger el coche y ha bebido demasiado, puede que sufra resaca en estos momentos. Por internet podemos encontrar varios remedios caseros para reducirla, pero no hay tanta información sobre qué es la resaca y por qué se produce.
La mejor manera de entender la resaca y saber cómo solucionarla reside en un sencillo experimento de química, que cualquiera puede hacer en casa. Siga leyendo para conocer el experimento y su solución. Si la resaca se lo permite, claro.
El volumen perdido
Para realizar este experimento solo necesitamos un poco de agua, alcohol, y dos vasos iguales. Puede usar alcohol para las heridas o alguna bebida alcohólica de alta graduación, ya que solo necesitaremos un poco y no afectará al experimento.
Coja uno de los vasos y añada agua hasta tener un centímetro de profundidad, y marque el con una línea sobre el nivel del agua. Ahora repita lo mismo en el otro vaso, pero usando alcohol. Tendremos dos vasos idénticos con el mismo volumen de líquido, con la única diferencia de que uno contiene agua y el otro alcohol.
Ahora viene la pregunta. ¿Qué pasa si vertemos el contenido de un vaso en el otro? Lo que nos dicta la intuición es que tendremos una mezcla de agua y alcohol que llenará el vaso el doble, es decir, cubrirá dos centímetros de profundidad. Sin embargo, esto no es lo que sucede.
Al mezclar ambos vasos, obtendremos una mezcla de agua y alcohol con un volumen menor. En vez de llenar el vaso dos centímetros, se quedará a aproximadamente un centímetro y medio de profundidad.
Esta pérdida pequeña de volumen se produce siempre que se mezcla agua y alcohol. También sucede de manera sutil al preparar un cóctel. No nos damos cuenta, pero al diluir una bebida alcohólica en refresco, podemos añadir más líquido en el vaso de lo que entraría si usamos alcohol o refresco solamente.
Pero no hay que dejarse engañar. Si pesamos ambos líquidos, el peso sí que será el doble. No hemos perdido ninguna molécula de agua o alcohol al mezclarlos. Siguen ahí, lo único que ha pasado es que el agua y el alcohol se han compactado, ocupando menos espacio en el vaso.
Existen muchos tipos de alcoholes en la química, pero el que se usa en las bebidas alcohólicas es el etanol, una pequeña molécula orgánica. El etanol y otros alcoholes son capaces de atraer a las moléculas de agua cercanas, evitando que se distancien demasiado. Esta mayor aglomeración de moléculas es percibida por nosotros como un líquido que ocupa un volumen menor que lo habitual en el vaso.
Esto no dejaría de ser un simple experimento de química, si no fuera porque también sucede en nuestro cuerpo. Al beber, las moléculas de alcohol llegan a la sangre e interaccionan con las moléculas de agua, provocando que la sangre se compacte. Nuestro cuerpo percibe esa repentina falta de sangre y desencadena los síntomas de la famosa resaca.
El precio de no beber agua
Si buscamos los síntomas de la deshidratación y la resaca, notaremos que coinciden completamente. El dolor de cabeza, la sequedad de la boca y la disminución del ritmo cardiaco son síntomas asociados a la resaca, una respuesta de nuestro cuerpo a la inexplicable pérdida temporal del volumen de sangre.
Los cambios del volumen de sangre son habituales en el día a día. Sucede cuando perdemos agua en forma de orina y sudor. Si el volumen de sangre disminuye demasiado empezamos a sufrir deshidratación, y se activa la hipófisis, una región de nuestro cerebro dedicada a despertar la sed, una necesidad imperiosa de beber agua.
Esta sensación de sed normalmente es nuestra salvación, ya que asegura que busquemos agua cada cierto tiempo. Pero en el caso de las noches con alcohol resulta una maldición. La sed anima a que sigamos bebiendo alcohol, entrando en un bucle pernicioso que empeora cada vez más el problema, asegurando una resaca mayor cuando los efectos anestésicos del alcohol desaparezcan.
La intensidad de la resaca del día siguiente dependerá de cuánto alcohol tomemos la noche anterior, pero también de cómo lo tomemos. La mayoría de cócteles combinan alcohol con diferentes refrescos. Si el refresco tiene un bajo contenido en azúcar, ayudará a evitar la deshidratación. Sin embargo, tomar refrescos con mucho azúcar o bebidas energéticas provocará una sed mayor, favoreciendo que sigamos bebiendo demasiado alcohol.
Si queremos evitar la resaca al día siguiente, la mejor opción es evitar el bucle pernicioso y aliviar nuestra sed con agua. Alternar vasos de agua y bebida durante la noche ayudará a combatir la deshidratación, evitando la futura resaca y reduciendo el efecto del alcohol, ya que este será eliminado junto al exceso de agua. Así, la sangre nunca reducirá tanto su volumen, y los síntomas de deshidratación serán menos graves al despertarnos.
La deshidratación provocada por el alcohol es independiente del efecto del propio alcohol. Los síntomas provocados por el consumo excesivo y moderado de alcohol, como la desinhibición social, los problemas de memoria, la náusea, y la pérdida de conocimiento, son provocados por la acción del alcohol en nuestro cuerpo, y no tiene que ver con la mezcla de alcohol y sangre.
Las moléculas de etanol pueden traspasar fácilmente la pared de las células y alterar su funcionamiento. Este efecto es especialmente relevante en dos órganos: el cerebro, ya que las neuronas empiezan a no transmitir bien la información (y de ahí los síntomas neurológicos); y el hígado, ya que el alcohol se concentra ahí para su degradación. Si se consume demasiado alcohol de manera sostenida, este puede provocar daños irreversibles en estos órganos, especialmente en adolescentes, cuyo organismo sigue en fase de desarrollo.
Una intoxicación alcohólica es peligrosa, y si se sostiene en el tiempo puede provocar efectos secundarios graves e incluso la muerte. Estas navidades puede que tenga resaca, y la solución más sencilla será beber agua. Pero mientras lo hace, piense que es posible pasar una noche agradable sin beber alcohol. Al día siguiente, su hígado y su cerebro lo agradecerán.
QUE NO TE LA CUELEN:
- El consumo de alcohol está normalizado, pero muchos no saben sobre lo perjudicial que es para el organismo si se repite de manera sostenida su consumo. Se considera que los efectos perjudiciales ya empiezan a ser relevantes si se consume alcohol dos o más días a la semana. Si esto sucede, y no puede controlar el consumo, puede ir al médico a por consejo.
- El alcohol tiene un efecto especialmente perjudicial en menores y durante la adolescencia. El alcohol afecta al funcionamiento correcto del cuerpo, y como el cuerpo de estos está en formación, puede tener efectos irreversibles. Por eso hay una edad mínima de consumo de alcohol en la mayoría de países.
- Recuerde que en el experimento no se pierde nada. Aunque la sangre se ha compactado por acción del alcohol, todos sus componentes siguen ahí en la misma proporción. Esto hace que no tenga un efecto real en el organismo como sí lo tendría la pérdida real de sangre, por ejemplo, en una hemorragia.
REFERENCIAS:
Fuente: https://www.larazon.es/ciencia/20201226/p22d7chmhrgb3boyosnkcbc4na.html