El secretario general de la Alianza responde: «atacar Ucrania es un terrible error estratégico, por el que Rusia pagará un alto precio, tanto económico como político, en los próximos años»
XAVIER COLÁS / Kiev / PABLO R. SUANZES / Bruselas / EL MUNDO
Perpetrada la amenaza a Ucrania y mientras las tropas rusas cercan la capital ucraniana y Occidente estudia sanciones para aislar a Rusia, Vladimir Putin apunta ahora a otros países: Finlandia y Suecia.
Los dos vecinos nórdicos no forman parte de la OTAN. No quisieron durante la Guerra Fría y no lo quisieron después, pero desde hace unos años el comportamiento de Moscú ha cambiado el punto de vista de la clase dirigente y buena parte de la sociedad, que mira cada vez con más temor al Este. Buena prueba de ello es que este viernes, a la teleconferencia convocada por el secretario general, Jens Stoltenberg, no estaban invitados sólo los 30 miembros y las instituciones europeas, sino también Helsinki y Estocolmo. Una decisión que no ha gustado en el Kremlin, que ha vuelto a enseñar los dientes.
La portavoz de Exteriores rusa, Maria Zajarova, dijo en rueda de prensa que «todos los Estados participantes de la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa] a título nacional, incluidos Finlandia y Suecia, reafirmaron en su día el principio de que la seguridad de algunos Estados no debe construirse a expensas de la seguridad de otros países. Es evidente que la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN , que es principalmente un bloque militar, tendría graves consecuencias militares y políticas que requerirían que nuestro país tome medidas recíprocas».
Una amenaza, una más, tras meses de provocaciones, avisos y recados para evitar la tentación de una posible solicitud de anexión. Algo que en la práctica cambiaría muy poco o nada el escenario de seguridad para Rusia, pero descolocaría el mapa de esferas de influencia que lleva lustros esbozando.
La reacción en ambas capitales europeas, o en Bruselas, ha sido la de no responder a la amenaza de forma directa, pero recalcar un mensaje sin matices: «La decisión del presidente Putin de atacar Ucrania es un terrible error estratégico, por el que Rusia pagará un alto precio, tanto económico como político, en los próximos años», ha dicho Stoltenberg al terminar la reunión y así ha quedado recogido en una declaración de todas las partes.
«El pueblo ruso debe saber que la guerra del Kremlin contra Ucrania no hará que Rusia sea más segura. No hará que Rusia sea más respetada en el mundo. No conducirá a un futuro mejor para sus hijos. En respuesta a la acumulación militar masiva de Rusia en los últimos eses, ya hemos reforzado nuestra disuasión y defensa. Ayer, los Aliados de la OTAN activaron planes de defensa, y como resultado, estamos desplegando elementos de la Fuerza de Respuesta de la OTAN. En tierra, mar y aire para fortalecer aún más nuestra postura. Y para responder rápidamente ante cualquier contingencia», avisó Stoltenberg.
No hay nada nuevo, nada no previsto, nada que eleve el tono. Desde hace semanas la Alianza refuerza su flanco (o mejor dicho, su único frente real) oriental y la invasión sólo ha precipitado movimientos previstos, como el de activar la Very High Readiness Joint Task Force (VJTF). «Estados Unidos, Canadá y los aliados europeos han desplegado miles de tropas más en la parte oriental de la Alianza. Tenemos más de 100 cazas en alerta máxima que operan en más de 30 ubicaciones diferentes. Y más de 120 buques desde el Alto Norte hasta el Mediterráneo. Incluyendo tres grupos de portaaviones. No debe haber lugar para errores de cálculo o malentendidos. Haremos lo que sea necesario para proteger y defender a todos los aliados y cada centímetro del territorio de la OTAN«, zanjó el político noruego, informa Pablo R. Suanzes.
Todos saben que Putin va a subir la retórica estos días. En una nueva comparecencia televisada, el presidente ruso describió al Gobierno de Zelenski como una «banda de drogadictos y neonazis que se ha instalado en Kiev y ha tomado como rehén a todo el pueblo ucraniano». Por lo que instó a las fuerzas armadas ucranianas que tomen el poder en su país un día después de que Moscú lanzara una invasión contra Ucrania.
«Una vez más hago un llamamiento al personal militar de las fuerzas armadas de Ucrania: no permitan que los neonazis y los nacionalistas radicales ucranianos usen a sus hijos, esposas y ancianos como escudos humanos«, dijo Putin en una reunión televisada del Consejo de Seguridad de Rusia. Además, aseguró que con ellos «será más fácil llegar a un acuerdo» con el objetivo de poner fin a la operación militar que inició en Ucrania el jueves.
Putin está dispuesto a enviar una delegación a Minsk, capital de Bielorrusia, un país aliado de Rusia, para llevar a cabo negociaciones con Ucrania, indicó su portavoz. Algo que no ha recibido respuesta directa desde Kiev, la UE o la Alianza. Pero sí indirecta. Ucrania quiere la paz y está dispuesta a mantener conversaciones con Rusia, incluida la adopción de un estatus neutral con respecto a la OTAN, dijo un asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Mijailo Podoliak.
Zelenski ha propuesto a Putin sentarse a la mesa de negociaciones para evitar la muerte de personas. «La invasión rusa de Ucrania no es sólo una invasión, es el comienzo de una guerra contra Europa», afirmó el líder ucraniano.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, declaró que Moscú estaría dispuesto a mantener conversaciones con Kiev, pero solo una vez que el ejército de Ucrania haya depuesto las armas. También dijo que Rusia no quiere que los «neonazis» gobiernen Ucrania.
Rusia está invadiendo Ucrania porque quiere que el pueblo ucraniano sea independiente y tenga la posibilidad de definir libremente su destino, afirmó Lavrov. El ministro insistió en que el presidente ucraniano estaba mintiendo cuando dijo que estaba dispuesto a discutir el estatus neutral de Ucrania.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2022/02/25/62190af2fdddff1eba8b45b5.html