Los Periodistas

Aunque 2021 fue un año en el que disminuyeron sustantivamente los asesinatos en contra de sacerdotes y personal de la Iglesia católica en México, según el reporte anual del Centro Católico Multimedial (CCM), las extorsiones y los ultrajes a sacerdotes y templos católicos fueron a la alza.

Codipac Celaya

JAIME SEPTIÉN / ALETEIA

México sigue siendo un lugar peligroso, muy peligroso, para ejercer el sacerdocio. La violencia extrema que vive el país –y que ha alcanzado los 32,000 asesinatos dolosos en 2021– se cobró la vida de tres sacerdotes en el año que acaba de terminar.

El primero en caer bajo las balas de la delincuencia el año pasado fue el padre Gumersindo Cortés, del clero de la diócesis de Celaya, quien fue encontrado sin vida el 28 de marzo. El 12 de junio el franciscano Juan Antonio Orozco cayó víctima del “fuego cruzado” entre bandas de delincuentes en los límites de los estados de Durango y Zacatecas.

Finalmente, el 31 de agosto José Guadalupe Popoca Soto, párroco de San Nicolás de Bari en Galeana, fue encontrado muerto en la zona de Zacatepec, en el estado de Morelos. Como ha sucedido en ocho de cada diez casos de sacerdotes asesinados en México en la última década, los crímenes siguen sin resolverse.

Aumentan las extorsiones

En diciembre de 2021, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro, advirtió que “desde hace algunos meses en varias diócesis de nuestro país se han venido suscitando casos de extorsión con diferentes modus operandi dirigidos hacia nuestros sacerdotes, religiosas y feligreses”.

Y haciendo eco a la voz de los obispos y de la comunidad católica del país, Castro señaló: “Nos preocupa que estos hechos ocurren cada vez de manera más frecuente, por ello los invitamos (a los demás obispos y sacerdotes) a que puedan informar a su comunidad para que no se dejen engañar”.

Por su parte Alfonso Miranda, obispo auxiliar de Monterrey, denunció en su cuenta de twitter intentos de extorsión usando su nombre: “Siguen los intentos de extorsión en la iglesia: diócesis y curia. Por favor estén alertas, y repórtenlo”. Lo mismo han denunciado otros obispos y párrocos a lo largo del país.

Tal fue el caso del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Rodrigo Aguilar quien en redes sociales denunció “llamadas telefónicas con afán de extorsión económica” en donde se engañaba a los incautos con un falso accidente del obispo y así lograr el depósito de dinero en cuentas bancarias.

Profanación de templos

Según el informe anual del CCM, “otro delito que tuvo incremento fue el robo a templos que trajo consigo el agravio a objetos de fe y devoción con el sacrilegio a especies eucarísticas. Algunos casos fueron documentados y reportados por los medios de comunicación”. Muchos otros permanecen todavía en el silencio.

En lo general, señala el informe, se trató de robos comunes que tuvieron por blanco algunos objetos religiosos –por considerarlos preciosos– y que trajeron, en consecuencia, la profanación de objetos sagrados, como por ejemplo el robo en la parroquia de María Reina del Universo en Ciudad Juárez (Chihuahua) donde además hubo destrozos y profanación del sagrario.

O el de la parroquia de Santa Teresita de Jesús, en Saltillo (Coahuila), donde fue profanada con el robo y agravio de las especies eucarísticas. Según el párroco, los amantes de lo ajeno fueron directamente al agravio de Jesús Eucaristía o la profanación de la catedral de Hermosillo (Sonora).

Como resumen de lo que está sucediendo está la publicación de la parroquia de la Santa Cruz y de San Juan de Dios, en Guadalajara: “Por tercera vez se acaban de meter a robar al templo. Se robaron todos los vasos sagrados y las custodias. Si alguien pudiera darnos información se los encargamos”. Nadie dijo nada.

Dos sacerdotes siguen “desaparecidos”

A la fecha, señaló el CCM no se tienen noticias del paradero de los sacerdotes Santiago Álvarez Figueroa de la Diócesis de Zamora desaparecido el 29 de diciembre de 2012 y de Carlos Órnelas Puga de la Diócesis de Ciudad Victoria, desaparecido el 3 de noviembre de 2013.

Son dos casos solamente de las más de 90,000 personas que, a la fecha, siguen “desaparecidas” en México, un país en el que a diario “desaparecen” 23 personas y de quienes no queda otra tarea más que pedirle a Dios que algún día vuelvan con vida. Porque las autoridades no lo van a hacer.

Fuente: https://es.aleteia.org/2022/01/05/disminuyen-homicidios-y-aumentan-extorsiones-contra-la-iglesia-en-mexico/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *