Las calaveritas políticas de e-consulta ya están aquí para darle un toque de humor al tradicional Día de Muertos
Xavier Gutiérrez / e-consulta
Como cada año, las tradicionales calaveritas de e-consulta por Día de Muertos no pueden hacerse esperar y en esta primera entrega tocó a morenistas y al arzobispo que la huesuda les dedicará unos divertidos versos.
LAS CALAVERAS
Las calaveras son juego,
ejercicio del idioma,
en que la muerte se asoma,
y bromea con la palabra,
como una broma macabra;
es verbo con artificio,
se simula el sacrificio,
de los comunes mortales,
riéndonos de nuestros males.
Pero sin duda es relajo,
del ingenio mexicano,
se va buscando un atajo,
“matando” al que está muy sano.
Requiere dedicación,
exige métrica y rima,
son versos con disciplina;
y claro, ritmo o cadencia,
y algo que es como su esencia:
buena dosis de ironía,
burla fina y el relajo,
cual receta de cocina,
un poco de chile y ajo.
SERGIO SALOMÓN CÉSPEDES
Gobernador
“Para sabios, Salomón”,
dice el antiguo refrán,
y una noche en el Congreso,
se lo tomaron a pecho,
le otorgaron un gran hueso
y él, como todos sabrán,
resultó muy satisfecho.
Gobernó sólo dos años,
multiplicó la inversión,
ya vendrá el control de daños,
bajo una nueva gestión,
pero él ya estará muy lejos,
con un cargo en Migración.
Una cruz con un letrero,
colocó la propia flaca,
donde Salomón reposa,
allá en su natal Tepeaca.
PEPE CHEDRAUI.
Presidente Municipal.
Un bache en la tres Poniente,
“obra” de Eduardo Rivera,
dejó al buen Pepe Chedraui,
en versión de calavera.
La gente le pidió a gritos,
en medio de su velorio,
encarcelar a Rivera,
y directo al purgatorio
llevárselo de las patas,
pues merece ir al panteón,
él “y sus cuarenta ratas”.
LAURA ARTEMISA GARCÍA.
Presidenta del Congreso del Estado.
Llegó sin pena ni gloria,
a presidir el Congreso;
su muerte no fue notoria,
pues a Artemisa García,
aquí entre nos se lo digo,
…¡ninguno la conocía!
VÍCTOR SÁNCHEZ ESPINOSA.
Arzobispo de Puebla.
Con decoro y diplomacia,
Don Víctor lleva el rebaño,
recorre de sur a norte,
y con índice de fuego,
censura lo que hace daño.
Visita la Sierra Norte,
lo mismo que una barriada,
y aplica la ley severo,
a alguna alma descarriada.
Al predicar no derrapa,
lo dice sereno y claro:
“De la muerte nadie escapa,
ni el rico, ni el rey ni el Papa…”
JOSÉ LUIS GARCÍA PARRA.
Diputado.
Numeroso fue el cortejo,
y muy sentido su duelo,
la trasladó una carrosa,
¡claro, último modelo!.
Pero ya por fin reposa,
entre llanto y desconsuelo,
a tres metros bajo tierra,
allí ya no da más guerra.