Vecinos de algunas colonias situadas al sur de la capital, reportaron que el líquido que reciben en sus hogares tiene un alto grado de dures
Daniel Cruz Cortés / El Sol de Puebla
Habitantes del sur de la ciudad de Puebla sufren afectaciones en sus tuberías, enseres y hasta salud por la excesiva presencia de sarro en el líquido que reciben de la concesionaria Agua de Puebla. Esta situación los obliga, entre otras cosas, a pagar costosas soluciones y servicios de mantenimiento en sus domicilios, que van desde los 500 a los 700 pesos bimestrales.
Vecinos de algunas colonias situadas al sur de la capital del estado, como Granjas de San Isidro, Lomas de San Miguel y varias de las que componen la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, reportaron que el líquido que reciben en sus hogares tiene un alto grado de dureza. Es decir, que ostenta una fuerte cantidad de minerales y materiales que degradan su pureza.
En la colonia Granjas de San Isidro, que es una de las más afectadas por esta situación, pobladores recurrieron a costosas medidas para hacer frente a la proliferación de sarro en sus tuberías, calentadores, tinacos y, en algunos casos, cisternas.
Hoy en día no sólo es suficiente realizar mantenimiento a las instalaciones hidráulicas de forma mensual o bimestral, sino que se necesitan comprar suplementos químicos que pueden alcanzar los 700 pesos, y éstos solamente sirven para disminuir la cantidad de sarro en sus hogares. Es decir, no erradican el problema, sólo lo minimizan.
Filiberta Naranjo Reyes, vecina de la colonia Granjas de San Isidro, recurrió, desde hace casi 10 años, a la compra de perlas de polifosfato para colocar en su cisterna.
Dicha sustancia, que tiene un costo aproximado en el mercado de 316 pesos por kilo, contribuye a la inhibición de sarro y otros materiales que obstaculizan el flujo de agua en tuberías y enseres domésticos, como lavadoras.
Además de pagar el suministro hídrico a la concesionaria Agua de Puebla, cuyo recibo es de aproximadamente 500 pesos bimestrales, Naranjo Reyes se ve obligada a contratar la limpieza de su cisterna y tinaco, además de comprar seis kilos de perlas de polifosfato cada dos meses.
Si bien su plomero le recomendó hacer el aseo de sus instalaciones hidráulicas cada seis meses, la mujer optó por hacer las limpiezas en menos tiempo debido a que con frecuencia el sarro obstruye las tuberías y ello ocasiona la interrupción del flujo del líquido.
Esto provoca que cada bimestre deba gastar aproximadamente 2 mil 900 pesos, entre el pago del servicio y los procesos de aseo, únicamente para que su familia no reciba agua con una dureza considerable.
Por su parte, Benjamín García, también colono de Granjas de San Isidro, argumentó que, aunque en su hogar se realiza la limpieza de tuberías y tinacos de forma constante, la presencia de sarro en el líquido que recibe en su domicilio de forma semanal daña su salud.
Según el poblano, su familia cuenta con la advertencia dermatológica sobre los efectos de la dureza del agua en la piel. Aseguró que bañarse les provoca resequedad, manchas e incluso la caída de cabello.
Además, García relató que cada dos meses realiza una profunda limpieza de cisterna e instalaciones hidráulicas, procesos en los cuales retira entre uno y dos kilogramos de sarro. Actualmente sus cubetas y piletas tienen una característica tonalidad blanca que demuestra las condiciones del líquido que recibe.
También su vecino, Apolinar de la Cruz, argumentó inconformidad con la incapacidad de la concesionaria por otorgar un líquido con mayor calidad, que al menos, sugirió, funcione para aseo personal y consumo humano. Asimismo, destacó que debe cambiar con frecuencia su calentador de agua.
“Nos hemos quejado, pero ya ve que ni caso hacen. Francamente. Ellos están buenos para cobrar, pero para hacer caso a la gente no (…) Esta situación ocasiona todavía más gastos en la familia, porque, digamos, tenemos que hervir el agua para que se suelte el salitre, y todo eso genera también el gasto de gas, por ejemplo”, expuso el poblano.
En otro punto del municipio, en la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, María Leticia Rojas detalló que la poca agua que recibe cada miércoles, que de por sí es insuficiente para abastecer la demanda de su familia, llega con altas concentraciones de sarro.
Para ella no es posible adquirir servicios o insumos que reduzcan la dureza del líquido, por lo que debe utilizar el agua que recibe para el aseo de su hogar y la limpieza de alimentos, principalmente. Actualmente sus tuberías y el boiler se encuentran prácticamente llenos de este mineral.
También en el sur de la ciudad, en la colonia Lomas de San Miguel, Irene Márquez, Elvira Cruz y Gloria Flores reportaron que el líquido que les suministra Agua de Puebla “llega con mucha arena blanca”.
Si bien el problema no es nuevo, Márquez aseguró que cada vez implementa mayores cuidados en el consumo del agua. Por ejemplo, subrayó que por ningún motivo la bebe ni la utiliza para cocinar, pues en el pasado ha experimentado malestares estomacales, principalmente.
En la misma colonia, Emma Chávez, quien opera un pequeño puesto de antojitos mexicanos a las afueras de su casa, reconoció sentirse resignada por la prevalencia de sarro que recibe en su domicilio cada dos semanas.
Según la mujer, se han hecho varios reclamos a la concesionaria, sin embargo, no han ofrecido soluciones a los vecinos.
“Nuestros tubos del boiler se tapan a cada rato (…) Yo desde que llegué aquí, llevo ya casi 30 años, tengo el mismo problema. Pero ya casi nadie se queja, porque ya es normal. ¿Qué podemos hacer si así llega el agua que nos mandan?”, señaló Chávez.
Daños a la salud por dureza en el agua
De acuerdo con el Centro de Investigación en Química Aplicada del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), la dureza del agua genera afectaciones al cabello de las personas, volviéndolo más rígido, además de provocar resequedad en la piel.
Además, el organismo detalló que el sarro obstaculiza el flujo de agua y aumenta el gasto de energía eléctrica para bombear el líquido. Esto sin contar que reduce la capacidad de limpieza de los jabones y detergentes, lo que provoca mayor uso de estas sustancias. Además, provoca alteraciones en la comida cuando el agua se utiliza para cocinar.
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reveló que 89.5 por ciento de los hogares poblanos argumentó recibir agua potable de mala calidad.
Para Francisco Javier Sánchez Ruiz, investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), el agua distribuida por la concesionaria en la capital del estado posee un alto grado de dureza, pues contiene diversas sustancias, como cloruro de sodio, potasio, fosfato de sodio, zinc y cadmio, entre otras.
Aunque esta cualidad es propia del acuífero del cual se extrae el líquido en la ciudad, es posible disminuir la presencia de minerales y otros materiales mediante la aplicación de procesos, muchos de los cuales son costosos, apuntó el experto.
Por otra parte, el académico también señaló que la fuerte presencia de sarro en el agua suministrada a los hogares de la capital se relaciona a la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Sobre ello, la empresa Agua de Puebla detalló a este diario que el recurso hídrico suministrado a los más de 489 mil usuarios que abastece en la zona metropolitana de la capital del estado es sometido a varios procedimientos de filtración cada segundo.
Finalmente, Daniel Lugardo González, director de Calidad del Agua de dicha concesionaria, explicó en meses pasados a El Sol de Puebla que todo el líquido que distribuyen se encuentra libre de virus y bacterias. Sin embargo, reconoció que hay un porcentaje del líquido que no logra filtrarse de materiales como el sarro, por lo cual recomendó no beber el agua.
Lo anterior se debe a que los procesos tecnológicos no son suficientes para reducir por completo la dureza del agua. Sin embargo, Lugardo destacó que se trabaja para amplificar los mecanismos de filtración en la red de suministro.
Fuente: El Sol de Puebla