La comunidad cristiana enfrenta actos de violencia solo por manifestar su fe, y son vistos como incómodos por su lucha en pro de un mundo mejor. Así fue el caso del padre Marcelo Pérez en Chiapas.
POR DLF Redacción
Durante su vida pública, Jesús tuvo serios enfrentamientos con las autoridades de su tiempo por diversas razones: porque decían que no respetaba el sábado (Marcos 2:27), o que no observaba las normas de pureza (Mateo 8:3), o que modificaba la ley de Moisés (Mateo 5:17); también porque se rodeaba de gente excomulgada, comía con personas de mala fama (Mateo 9:10-11) y tocaba a los leprosos y a los muertos (Marcos 5:41).
Su mensaje de amor y compasión desafiaba las convenciones sociales y religiosas, lo que provocaba el descontento de los jerarcas, quienes varias veces estuvieron a punto de asesinarlo, pero no pudieron hacerlo por temor a la reacción de la gente.
Más de 2,000 años después, la persecución de aquellos que, como Jesús y sus primeros seguidores, luchan por la verdad y la justicia, no solo sigue vigente sino que se intensifica en muchas partes del mundo. La comunidad cristiana enfrenta actos de violencia solo por manifestar su fe, y son vistos como incómodos por su lucha en pro de un mundo mejor.
Así fue el caso del padre Marcelo Pérez en Chiapas, un símbolo de valentía y compromiso por la justicia
¿Cuántos más como el padre Marcelo tendrán que sacrificar su vida por buscar la verdad, la justicia y predicar el Evangelio?, ¿cuántas madres buscadoras, cuántos defensores de migrantes, cuántos luchadores sociales más?
¿Cuántos más? Si cada vez que un sacerdote se alza por la verdad, arriesga su vida, y más si lo hace en una comunidad vulnerada por el crimen organizado.
¿Cuántos sacerdotes y ciudadanos más deben ser asesinados para que se escuche su grito exigiendo justicia y paz?
Hace más de dos años murieron los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, cuya ausencia aún nos duele, y ahora, esta semana tocó al sacerdote Marcelo Pérez.
En un entorno donde la vida del pueblo y la dignidad humana son constantemente amenazadas, ¿cuántos más deben caer antes de que los gobiernos y la sociedad reaccionen?
¿Cuántos más quedarán en el camino por defender la justicia?
Es inaudito que mientras la violencia corta vidas como la del padre Marcelo y miles más, algunos legisladores pretendan dictaminar leyes de muerte y violencia contra la mujer embarazada.
¿Por qué se le resta valor a la vida hoy en día?
¿Por qué se le resta valor a la vida hoy en día?
Desde la Iglesia y junto a la sociedad civil se realizó un arduo trabajo para hacer realidad los Compromisos Por la Paz, que más que nunca creemos vigentes y necesarios.
“La violencia ya no se aguanta”, fueron algunas de las últimas y valientes denuncias del sacerdote Marcelo Pérez, que pudieron no haber sido necesarias si, más allá de las medidas cautelares que tenía, las autoridades lo hubieran escuchado y actuado con determinación.
Nos unimos a la Conferencia del Episcopado Mexicano en la exigencia para que se tomen medidas efectivas para proteger a quienes arriesgan sus vidas por la paz y la justicia.
La historia se repite: en el caso de Jesús, en los mártires que la Iglesia recuerda, y hoy en el testimonio del padre Marcelo. Su muerte, como la de tantos otros, es un doloroso recordatorio de que el Evangelio, cuando se vive en su totalidad, sigue incomodando a quienes rechazan la paz y la verdad.
No queremos ni una muerte más a causa de la violencia. Queremos una lucha conjunta por la paz y la justicia.
Fuente: https://desdelafe.mx/editorial/cuantos-mas-como-el-padre-marcelo/