Desde hace siglos, Irán ha proporcionado armas a varios grupos armados en Medio Oriente. Ahora, estos militantes podrían ser clave en caso de un ataque de represalia contra Israel.
EURONEWS
Mientras Irán amenaza con responder al asesinato del líder de Hamás en Teherán, las milicias regionales que la República Islámica ha armado durante décadas podrían desempeñar un papel en un ataque de represalia contra Israel.
El suministro de armas por parte de Irán comenzó en serio en los años 80, cuando las fuerzas chiítas del Líbano lucharon contra Israel y se convirtieron en la milicia Hezbolá. El suministro de armas se amplió con la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos en 2003, que derrocó al dictador Sadam Husein, un enemigo de larga data de Teherán.
Irán apoyó firmemente al presidente sirio Bachar al Asad en la larga guerra de su país, y ha continuado haciéndolo cuando ha surgido la oportunidad, incluso armando a militantes suníes mientras se considera el defensor mundial de los musulmanes chiítas. Esas relaciones son manejadas por la Guardia Revolucionaria paramilitar de Irán, uno de los grupos armados más poderosos de Oriente Medio.
Las milicias del autodenominado «Eje de la Resistencia» de Irán incluyen las siguientes: las Fuerzas de Movilización Popular de Irak, que tiene unos 180.000 militantes, Hezbolá, Hamás, la Yihad Islámica Palestina y los hutíes de Yemen.
¿Qué consecuencias tendría para Hezbolá una gran guerrra contra Israel?
Estados Unidos se ha ido preparando para ataques de represalia contra Israel. Matthew Levitt, del Instituto de Washington sobre Política para Oriente Medio, está seguro de que habrá represalias. «Cualquiera que les diga que sabe exactamente cómo será la respuesta, les está mintiendo. Pero habrá una respuesta», añade.
Levitt también dice que, para Hezbolá, una guerra total podría empeorar la situación en el Líbano. «Para Hezbolá, la crisis económica, incluso más que la crisis política, ha creado una situación en el Líbano en la que casi nadie quiere una guerra total que traería consigo el tipo de destrucción que haría que la vida allí fuera aún peor de lo que es ahora», comenta Levitt.
Una escalada de tensiones podría tener graves consecuencias
«Y la gente entiende, Hezbolá entiende, que a diferencia de la guerra de 2006, esta vez, muchos libaneses probablemente culparían a Hezbolá por iniciar una guerra que nadie en el Líbano, o en este sentido, Israel, quería», añade.
Levitt dice que una guerra total podría llegar hasta las fronteras de Irán. «No quieren que se produzca una guerra en toda regla en las fronteras de Irán, no solo porque comprenden que Israel tiene algunas capacidades reales, tiene aliados reales en Estados Unidos y otros países, sino porque les preocupa que algo así pueda provocar la disidencia desde dentro y hacer que la gente piense: esperen un minuto, tal vez este régimen pueda ser derrocado«, concluye Levitt.