Los Periodistas

DEBATE SOBRE EL DESFILE OLÍMPICO

El historiador Patrick Boucheron, coautor del guion de apertura de los Juegos de París, defiende el sentido de las escenas más polémicas

La artista franco-maliense Aya Nakamura, durante su actuación en la apertura de París 2024 
 ESA ALEXANDER / AFP

EUSEBIO VAL / París / Corresponsal / La Vanguardia

El Puente de las Artes, sobre el Sena, tiene estos días más visitantes de lo habitual. Algunos quieren hacerse fotos , con la cúpula del Instituto de Francia al fondo, e incluso imitando los movimientos de Aya Nakamura en su impactante escena con la banda de la Guardia Republicana durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París.

La interpretación de la cantante franco-maliense fue uno de los momentos cumbre del desfile de apertura, motivo de enorme irritación para la Francia más conservadora y de júbilo para otro sector del país, que celebró la alegoría de la Francia universal e inclusiva. Según una encuesta de Harris Interactive, la ceremonia gustó al 85% de los franceses.

Los responsables del guion del show de casi cuatro horas que abrió París 2024 defienden con vehemencia su filosofía frente a las duras críticas desde dentro y fuera de Francia por algunos aspectos. Uno de los coautores, el historiador Patrick Boucheron, lo ha hecho en una extensa entrevista con la revista de geopolítica Le Grand Continent.

Lee también

Más lluvia que fuego en la ceremonia de inauguración de París

Profesor del Collège de France y uno de los historiadores más innovadores, Boucheron admite que “el torrente de odio” que desencadenó el anuncio previo de la probable presencia de Nakamura hizo sentir muy incómodos a los organizadores. “Nos daba vergüenza exponer a la artista francófona más escuchada del mundo a semejante avalancha de racismo”, confiesa. Pero se decidió seguir adelante y el resultado fue “un momento poderoso, edificante y lleno de energía”. Para Boucheron, la imagen podría ser utilizada “como punto de partida para no dejarnos intimidar más por una derecha identitaria que habla muy alto en las redes sociales, ¿pero a qué y quién representa?”.

Para comprender el contexto de la ceremonia, Boucheron recuerda que la candidatura olímpica se fraguó después de la secuencia de terribles atentados islamistas del 2015 (contra el semanario Charlie Hebdo , la sala de fiestas Bataclan, bares y otros objetivos). Fue una coyuntura que tenía “una gravedad y una densidad políticas”. “Nuestra ceremonia debía ser también un manifiesto contra el miedo”, añade el historiador.

“La jinete podía ser la diosa Sequana, Juana de Arco o Beyoncé”

Algunos, sin embargo, vieron también en el desfile una referencia apocalíptica, de gran angustia social, en el misterioso caballo mecánico plateado (se tardó un año en fabricarlo, junto la embarcación semisumergida que lo sostenía) que avanzó veloz sobre el río, durante largos minutos. Boucheron no descarta que se pueda sacar esta conclusión porque el deseo de los creadores es abrirse a diversas interpretaciones del público. “La jinete es lo que cada uno quiere que sea –afirma el guionista–. Puede ser la diosa gala Sequana que da a luz al Sena, puede parecerse a Juana de Arco si se quiere, pero si piensan en el caballo de Beyoncé también está bien”.

La jinete que portaba la bandera olímpica  JUANJO MARTIN / EFE

Sobre la escena que se interpretó como una parodia de la Santa Cena y que levantó indignación y críticas incluso desde a izquierda radical, Boucheron –como ya hizo anteriormente el director artístico, Thomas Jolly-, insiste en que no hubo “ni blasfemia ni burla”. “De hecho, si queremos dejar de tener mala fe, tenemos que admitir que no nos burlamos de nadie más que de nosotros mismos”, prosigue el coautor. “Nuestras referencias eran más bien para jugar con las connotaciones dionisíacas y el hilo que teje entre la Grecia olímpica y París (…) Así que esa gran mesa es un festín para los dioses, que se convierte en la pasarela de un alocado desfile de moda”.

Boucheron anima al público a ver el show de clausura, el 11 de agosto, “un momento postapocalíptico”

En la entrevista con Le Grand Continent se revela que la lluvia obligó a suprimir algunos segmentos de la ceremonia que se desarrollaban en los jardines del palacio de Versalles y en las que salían personajes como Luis XIV –el Rey Sol– y Napoleón. “Era alegre, acrobático y sorprendente y hacía volar las referencias históricas -se lamenta el historiador–. Pero la lluvia hizo imposible esta parte del espectáculo.

Boucheron avisa, para concluir, que las sorpresas no han terminado. Su mensaje es intrigante: “Nos vemos el 11 de agosto en el Stade de France para la ceremonia de clausura. Allí se desarrollará el resto de la historia. Será un momento arqueológico, postapocalíptico”.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/cultura/20240802/9847353/nuestra-ceremonia-manifiesto-miedo.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *