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Luisa González y Daniel Noboa se disputarán la presidencia de Ecuador en la segunda vuelta el 15 de octubre.
González y Noboa fueron este domingo los candidatos más votados, según los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Con más del 85% de los votos escrutados, González, heredera del expresidente Rafael Correa (2007-2017) y favorita en las encuestas previas, lideró la disputa entre ocho candidatos con el 33% de los apoyos.
Le siguió con 24% Noboa, que se convirtió la gran sorpresa. Con 35 años, es hijo del empresario y político Álvaro Noboa, que en 2006 perdió en la segunda vuelta ante Correa.
El resto de candidatos admitieron su derrota y que González y Noboa fueron los más votados, por lo que serán ellos los que se disputen la presidencia.
Para ganar ya en primera vuelta, un candidato necesitaba obtener más del 50% de los votos válidos, o el 40% más 10 puntos por delante de su rival más cercano.
“Este Ecuador valiente, este Ecuador con sentimiento de patria, se movilizó, rompió el miedo y votó por una mujer. Es la primera vez que una mujer obtiene tan alto porcentaje en la primera vuelta”, dijo González, que busca ser la primera presidenta del país.
Noboa, por su parte, se desmarcó de una batalla correísmo-anticorreísmo en segunda vuelta y negó que vaya a buscar conformar una coalición en contra del correísmo. “No estoy a favor de la trinca sino de un nuevo proyecto”, dijo.
Sin embargo, algunos de los candidatos derrotados ya manifestaron el apoyo a Noboa.
Los ecuatorianos votaron este domingo para elegir al reemplazo del presidente Guillermo Lasso y una nueva Asamblea Nacional con la esperanza de resolver la espiral de violencia y los problemas económicos tras una campaña ensombrecida por el asesinato de uno de los candidatos, Fernando Villavicencio.
El nombre y la foto de Villavicencio aparecían en las papeletas, que fueron impresas antes de su asesinato el 9 de agosto.
Christian Zurita, el candidato a la presidencia que lo reemplazó, fue el tercero más votado con el 16% de los votos.
La alianza Gente Buena – Construye, que tenía a Villavicencio como su líder, quedó como el segundo movimiento político con más votos para la Asamblea, detrás de la Revolución Ciudadana, el partido de Correa.
Con respecto a las consultas populares sobre el futuro del Parque Nacional Yasuní y la región del Chocó Andino, la mayoría de los ecuatorianos se ha manifestado por no explotar los recursos naturales en estas zonas del país con tanta biodiversidad.
Cerca de 100.000 policías y militares vigilaron los lugares de votación y no se registraron actos de violencia.
Las elecciones anticipadas se celebraron después de que el presidente Lasso activara la llamada «muerte cruzada» estipulada en el artículo 148 de la Constitución.
El 17 de mayo Lasso, que no fue candidato en esta elección, firmó el decreto para disolver la Asamblea, donde a su vez se estaba por votar su posible destitución.
Debido a que se trata de una elección anticipada, el presidente y los asambleístas elegidos en este nuevo proceso electoral permanecerán en sus cargos hasta el 23 de mayo de 2025, que era el final previsto para el gobierno de Lasso.
Pero, ¿quiénes son González y Noboa, que el 15 de octubre se disputarán la presidencia?
Luisa González, la heredera de Correa
La abogada Luisa González, la única mujer en la carrera presidencial en Ecuador, tiene 45 años, una maestría en Economía internacional y desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid y una larga experiencia en la administración pública durante el gobierno del expresidente Correa.
Ocupó los puestos de secretaria nacional de la Superintendencia de compañías, vicecónsul de Ecuador en Madrid y viceministra de gestión turística.
«Mi principal asesor será Rafael Correa, por supuesto», dijo en campaña, orgullosa del legado económico que dejó el expresidente.
Tiene a favor que Correa se identifica como clara oposición a Lasso, que tiene muy bajo índice de aceptación. Cuenta con la maquinaria electoral del correísmo y con el núcleo duro de votantes fieles del movimiento, lo que le llevó a ganar en primera vuelta.
En contra de ella puede jugar su clara asociación con Correa, que también es muy resistido por un sector de la población.
Su último cargo público fue el de asambleísta por el movimiento UNES, que agrupaba los movimientos y organizaciones afines al correísmo.
Aspira a convertirse en la primera mujer presidenta electa de Ecuador por el movimiento Revolución Ciudadana, que se identifica con el llamado socialismo del siglo XXI.
Si logra su objetivo, su triunfo también marcaría el regreso del correísmo a la presidencia, el movimiento político que gobernó por más de una década hasta 2017.
Correa actualmente reside en Bélgica con asilo político y tiene una sentencia en Ecuador de ocho años de prisión por el caso «Sobornos 2012-2016», por lo que no puede regresar al país.
Durante su gestión como asambleísta por la provincia de Manabí, González, quien es madre soltera, se opuso a la legalización del aborto por violación, que fue despenalizado por la Corte Constitucional en 2021 y que generó un debate intenso en el país.
El plan de gobierno de González está basado en apelar a los logros que consiguió el movimiento Revolución Ciudadana de Correa cuando estuvo en el poder.
Promete mano dura contra la delincuencia y fortalecer a la fuerza pública, las fuerzas armadas y los sistemas de inteligencia. Ha dicho que Ecuador es un Estado fallido y que la institucionalidad en materia de seguridad no funciona.
En su discurso asegura que si llega a la presidencia, luchará contra la corrupción, especialmente en el sistema de salud, entregará créditos “masivos” a familias endeudadas y el sector agropecuario y subsidiará el precio de los combustibles.
Noboa, el hijo del empresario que perdió ante Correa
Daniel Noboa es hijo de dos políticos muy conocidos en Ecuador. Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos del país y candidato presidencial en varias ocasiones, y de Anabella Azín, doctora, asambleísta y legisladora de la última constituyente de 2007 en Ecuador.
A sus 35 años, Noboa, empresario y exlegislador, tiene un título de Ciencias de la Universidad de Nueva York y otro de Administración de Empresas.
Su último cargo público fue como asambleísta y ocupó además el cargo de presidente de la Comisión de Desarrollo Económico y Productivo, donde tramitó leyes en el ámbito tributario y de inversiones.
Es la primera vez que participa como candidato presidencial en unas elecciones y lo hace con la Alianza Acción Democrática Nacional (ADN) que incluye grupos como el PID (Pueblo, Igualdad y Democracia) y Mover, donde se aglutinaron los exmiembros del correísta Alianza País, tras la ruptura del expresidente Lenin Moreno con Correa.
Ha negado que represente a la derecha y asegura que su voto es de izquierda y centro izquierda.
A diferencia del correísmo, que promueve el gasto fiscal, Noboa plantea unas cuentas públicas ordenadas y responsabilidad fiscal.
Afirma que cree en la libre empresa, pero al mismo tiempo en la responsabilidad social.
Su gran ventaja es que en la segunda vuelta puede atraer los votos de Zurita-Villavicencio, la tercera fuerza en la primera vuelta y que planteaba una clara oposición al correísmo, así como de otros candidatos minoritarios.
Se presenta como un candidato joven, nuevo en el sistema político, que aspira a superar etiquetas de años pasados como el correísmo y el anticorreísmo y centrado en las preocupaciones económicas.
Su compañera de fórmula y candidata a vicepresidenta es Verónica Abad, fundadora de la Red de Mujeres Directivas y miembro de la Fundación Internacional El Sembrador, donde atiende a mujeres y niños vulnerables y familias afectadas por la violencia y la drogadicción.
Noboa propone realizar una consulta popular para introducir reformas a la actual Constitución en materia de justicia.
También plantea una reforma policial para luchar contra la inseguridad y brindar protección a los jueces.
Por otro lado, asegura que en su gobierno hará una reforma tributaria para que paguen más los que más tienen.
Durante su época como legislador en 2022 fue criticado por organizar y financiar un viaje a Rusia junto a otros asambleístas, para estrechar lazos con ese país.