El humor, procedente de comedias, chistes o acontecimientos cotidianos es fundamental para la vida. Reirse es beneficioso a nivel físico y mental.
BELÉN LÁZARO / LIBERTAD DIGITAL
El humor está presente en películas y programas de televisión, en los memes y otras publicaciones en las redes sociales, en los chistes o historias graciosas, en las bromas, incluso en los tropiezos u otros pequeños percances que se sufren en la vida cotidiana. Y de todos ellos, en mayor o menor medida, uno se ríe. Y la risa es algo realmente beneficioso tanto a nivel mental como físico. Hay que destacar que aunque la risa no es exclusiva del ser humano, ya que un estudio comprobó que otros primates tienen sus propias formas de reírse cuando les hacen cosquillas, el humor sí se considera inherente a nuestra especie.
Además, no hay que olvidar que reír es una de las actividades más placenteras y gratificantes de la vida. Y lo mejor de todo es que reír a diario no solo hace sentir bien en el momento, sino que también ofrece una serie de beneficios para nuestra salud y bienestar en general. De hecho, el humor es mucho más que un simple modo de pasar el tiempo. Es una forma de comunicación y un canal útil para liberar ansiedad, tensión e inseguridad. ¿Por qué el humor hace tanto bien? ¿De qué manera lo cómico y las risas operan en el organismo para generar placer y bienestar?
En los últimos años el interés por la risa y por sus aplicaciones terapéuticas ha experimentado un enorme auge y hoy el humor forma parte de nuevos métodos para tratar el estrés, los traumas, el dolor y toda clase de patologías.
Siempre se ha intuido que la risa contribuye a la recuperación de los enfermos, pero cada vez más estudios ponen de manifiesto la relación directa que existe entre el humor y la salud. De hecho, numerosos estudios indican que no solo la risa natural ayuda a mantener la buena salud sino que incluso sonreír ante determinados estímulos, favorece la buena salud. Por eso están en marcha tantas terapias de risoterapia.
Beneficios de reír para la salud
Los beneficios del humor se manifiestan tanto a nivel físico como psicológico y social. En primer lugar, se puede mencionar que las risas provocan un aumento significativo en los índices de serotonina, una sustancia conocida como la «hormona de la felicidad», por lo cual genera esta sensación de una forma casi inmediata.
Y no solo felicidad sino que la serotonina y las endorfinas, que también aparecen con la risa, funcionan como analgésicos naturales. Es por eso que muchos estudios han hallado efectiva la risoterapia como un reductor del dolor en los tratamientos médicos para niños y adultos. También es importante la reducción en la frecuencia cardíaca y la tensión sanguínea que, a largo plazo, ocasiona reírse mucho.
Por otra parte, los movimientos causados por las risas hacen trabajar una gran cantidad de músculos de diversas partes del cuerpo: la cara, el abdomen, el tórax. Las consecuencias de estos movimientos sobre el diafragma tienen como resultado una mejora en la capacidad pulmonar. Esto conlleva que reírse constituya incluso una actividad física. No muy intensa, desde luego, pero se estima que aumenta entre un 10% y un 20% el gasto energético en reposo. Más beneficios de la risa:
- Disminuye las hormonas del estrés. La risa puede tener un efecto beneficioso que promueve la salud de los vasos sanguíneos. La explicación es que al reír el cerebro segrega endorfinas, que estimulan el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, lo que a su vez a óxido nítrico, una molécula que relaja las arterias y reduce la tensión arterial. Al mismo tiempo, la risa ayuda a reducir la producción de hormonas del estrés, incluidos el cortisol y la adrenalina, que ponen en estado de alerta y contraen los vasos sanguíneos, lo que aumenta los riesgos de hipertensión arterial, accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.
- Estimula el sistema inmunitario. La risa estimula el sistema inmunitario al aumentar la cantidad de células productoras de anticuerpos y el número de las denominadas células asesinas naturales (NK), un tipo de linfocito que se encuentra en la sangre. Además, se ha demostrado que la risa aumenta la producción de células que combaten enfermedades, como los linfocitos y los anticuerpos, lo que ayuda a mantenerse más saludables y a protegerse contra enfermedades.
- Excelente ejercicio para los músculos. Esto es porque cuando una persona se ríe, se activan numerosos músculos faciales, abdominales y del diafragma. De hecho, se estima que reír durante 15 minutos puede quemar hasta 40 calorías.
- Ayuda a adelgazar. Además colabora en el control del peso corporal porque reduce el cortisol, una hormona que se sabe que conduce al aumento de peso. Una investigación publicada en el International Journal of Obesity ha probado que la risa puede quemar calorías. Los investigadores dividieron a un grupo de 45 participantes en dos grupos, la mitad de los cuales vieron clips de películas cómicas durante 10 minutos, y la otra mitad vio otros clips no humorísticos. Los participantes de ambos grupos estaban conectados a un calorímetro que medía el gasto energético y la frecuencia cardíaca. Determinaron que los que se rieron durante la visualización quemaron hasta 10 calorías en 10 minutos, en comparación con los que no rieron y no quemaron calorías.
- Protege el corazón. Una buena y prolongada carcajada provoca un aumento de la frecuencia cardíaca, del ritmo respiratorio y del consumo de oxígeno, de manera similar a como lo haría una sesión de ejercicio. Un estudio publicado en el International Journal of Humor Research encontró que una sesión de risa de media hora puede tener los mismos beneficios que una actividad física.
- Mejora la respiración. Reír vacía los pulmones de más aire del que toman, lo que produce un efecto de «limpieza», similar al de la respiración profunda. Esto es especialmente útil para las personas que padecen enfermedades respiratorias, como el asma. En un estudio publicado en la revista Lung, los investigadores demostraron que tener buen sentido del humor se asocia a un mejor funcionamiento emocional y una mayor calidad de vida entre los pacientes con enfermedad pulmonar crónica. En otro estudio también se concluyó que la risa reduce el atrapamiento del aire en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Efecto analgésico. La risa puede ser tan buena como algunos analgésicos para el dolor. Este conocimiento viene de hace muchos años ya que en el siglo XIV, el cirujano francés Henri de Mondeville usó el humor para distraer a los pacientes del dolor de la cirugía y ayudarlos durante la recuperación. Pero, por si fuera poco, investigaciones más modernas han descubierto que los participantes que ven vídeos de comedia necesitan menos analgésicos. En un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society, se halló que la risa es capaz de hacer más resistentes al dolor.
- Mejora la tolerancia al dolor. Diversos estudios avalan la efectividad de la carcajada, no solo como elemento para distraer del dolor, sino también como herramienta para reducir y tolerar mejor el efecto doloroso de una lesión o incluso en una enfermedad crónica. En un estudio publicado en la revista The Royal Society se comprobó que el aumento de la tolerancia al dolor se debía a la risa misma y los efectos que esta produce en el sistema endógeno de endorfinas. Además, se sabe que las personas que se ríen más son más capaces de soportar el dolor, hasta un 10% más.
- Fortalece las relaciones sociales. Compartir momentos de risa con otras personas crea un vínculo emocional y ayuda a conectar a un nivel más profundo. Además, reír juntos fomenta la comunicación y el entendimiento mutuo, mejorando la calidad de las relaciones interpersonales.
- Ayuda a mantener una perspectiva positiva de la vida. La risa ayuda a ver las situaciones desde una óptica más optimista y a encontrar soluciones creativas a los problemas. Además, permite enfrentar los desafíos con mayor resiliencia y brinda una sensación de alegría y gratitud por las cosas buenas que suceden.
Consejos para reírse más y mejor
Los expertos coinciden en que el sentido del humor es un «músculo» que necesita ejercicio. Todos nacen con él pero se ha de desarrollar.
- Controlar el estrés. El humor requiere una inteligencia despierta, saber observarlo cuando ocurre. Y para eso hace falta tiempo. La prisas no dejan apreciar el lado cómico de la vida.
- Ser más espontáneo. Las fiestas y las reuniones informales con amigos, familia, pareja o compañeros fomentan la risa. La mayoría de gente piensa que no es graciosa ni tiene sentido del humor pero en realidad solo necesita oportunidades para potenciar su lado más creativo y espontáneo. Hay que recuperar la capacidad de juego y rescatar al niño que se llevan dentro, cuidando un humor respetuoso con los demás.
- Practicar con chistes. La primera vez que se explica un chiste o anécdota divertida no se suele resultar muy gracioso. Con la práctica, la expresión mejora notablemente. Los gestos ayudan a reír.
- Reirse de uno mismo. Con gravedad y trascendencia es difícil ponerse en marcha. No hay que tomarse las cosas tan en serio. Para empezar, basta con mirarse al espejo por la mañana, hacerse unas muecas y sonreír sin miedo al ridículo.
- Acercarse a los niños. Son los mejores maestros y junto a ellos se puede redescubrir la risa y volver a un vocabulario más directo y natural.
- Alimentar el humor. Es importante coleccionar anécdotas, viñetas cómicas o chistes graciosos. Recordar momentos que hayan hecho reír y anotar todo que resulte divertido. Escoger ver películas de risa. No se trata de abstraerse de los problemas del mundo sino de dejar espacio al humor.