Francisco, en los saludos tras la audiencia general, vuelve a invocar la intercesión de María por el fin de la violencia en Ucrania. Que Europa construya «puentes de paz entre los pueblos» e «incluya las diferencias y acoja a quienes llaman a sus puertas», dice en la catequesis. Y en su saludo a los polacos, vuelve a dirigirse a la Virgen para invocar para toda Europa «la perseverancia en la fe, la unidad y la cooperación armoniosa, pero ante todo la paz, especialmente en la vecina Ucrania».
FRANCESCA SABATINELLI / VATICAN NEWS
Que el mes de mayo, dedicado a María, sea un tiempo para rezar «el Rosario por la paz». Así lo pidió Francisco a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, en los saludos en varios idiomas tras la audiencia general, en la que también recordó «la petición de Fátima a los tres niños pastores» de rezar «cada día el Rosario por la paz en el mundo y el fin de la guerra».
Paz en Ucrania
A continuación, el Papa se remite a su reciente viaje a Budapest para subrayar, dirigiéndose a los fieles polacos y a sus primos «húngaros», lo «significativo» que es que tanto Polonia como Hungría «hayan proclamado a María su Reina.
Invocad su intercesión por vuestros países y por toda Europa, pidiendo la perseverancia en la fe, la unidad y la cooperación armoniosa, pero ante todo la paz, especialmente en la vecina Ucrania. Os bendigo de corazón.
Oración a María
Ya en su catequesis, el Papa habló de la vocación de Europa a «construir puentes de paz entre los pueblos», como el «hermoso» puente humanitario que se extiende de Hungría a Ucrania. Una Europa llamada también a «incluir las diferencias y a acoger a quienes llaman a sus puertas». La invocación sigue siendo a la intercesión de María para enraizar «nuestros corazones en el amor de Dios» y ayudar a «construir puentes de paz en el mundo».
A Ella, Madre del Consuelo y Reina de la Paz, confiamos a la atormentada población ucraniana