LISANDRA FARIÑAS / SEM
SemMéxico/SEMlac, La Habana, Cuba, 29 de marzo del 2023.- Frente al diagnóstico que en 2015 indicaba que en México los medios seguían ocultando lo que piensan, dicen y quieren las mujeres, hoy se habla más de la condición económica, política, social y cultural de ellas, en un contexto donde empiezan a convertirse en noticia y nuevo recurso informativo.
Así lo explicó la periodista feminista Sara Lovera López, durante un intercambio con periodistas en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, al impartir este 28 de marzo la conferencia «Cambios en la narrativa periodística en México: las voces de las mujeres más fuertes que nunca».
«Hay un cambio profundo de la narrativa de lo que sucede a las mujeres en México, en noticias y portadas de los medios, algunos portales de radio y televisión, entre otros espacios», reflexionó Lovera, directora regional del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac) y de SEMlac México.
«De tres años para acá, como nunca antes las mujeres somos noticia, por diversas razones». Una de ellas es la aparición del nuevo feminismo, dijo, las del «feminismo 4.0», que son muy jóvenes, usan las redes sociales para unirse y hacer denuncias y tienen una agenda en la que gritan que las niñas no se tocan y el aborto es un derecho, argumentó.
«Estas chicas son las nietas de la tercera ola del feminismo», acotó, hay una explosión del nuevo feminismo, combinado con las nuevas técnicas de comunicación. «No hay cómo no verlas», añadió.
La experta señaló como un punto importante la incorporación del concepto de feminicidio, que la doctora Marcela Lagarde definió, «no solo como el asesinato de la mujer, sino como el proceso de violencia contra ellas, desde el nacimiento hasta la muerte, en que han querido eliminarlas del mapa con el maltrato, la discriminación, los salarios menores, las menos oportunidades y en ese proceso, que incluye la violencia física, algunas pierden la vida».
Apuntó que hablar del asesinato de mujeres es hablar dtuel horror, pues las matan con saña, de los modos más violentos, y apuntó que en México cada día son asesinadas 21 mujeres.
Este se convierte en un punto esencial de la agenda de las chicas del nuevo feminismo, quienes llegan a las redes, se hacen influencers y comienzan colocar en la opinión pública los temas que justamente queríamos, como la explicación acerca de dónde viene la opresión a las mujeres.
Lovera precisó que los cambios en las maneras de presentarlas ya no como revoltosas, unidos a la coyuntura política mexicana, con un presidente progresista que viene de la izquierda y que tiene un discurso de la justicia social que trata de poner en práctica, aunque le cuesta trabajo, se suman a otros elementos para transformar la narrativa de los medios.
Durante los últimos 50 años estos se fueron llenando de mujeres, escucharon sus experiencias, y los líderes de opinión no pudieron mirar hacia otro lugar, porque las reporteras les pusieron delante los datos, detalló.
“En México hay un cambio profundo en la visibilidad. Nosotras las feministas elaboramos y promovimos miles de iniciativas en los últimos 40 años para cambiar la mentalidad de los periodistas, pero parecía un camino inútil este de la sensibilización», comentó.
Sin embargo, agregó, se hizo realidad a partir de que se juntaron las estudiantes del nuevo movimiento y las muchachas egresadas de la universidad, donde ya entró la perspectiva feminista, pues en los últimos 20 años todas las universidades de México crearon centros de estudios de género feminista, donde las abogadas, trabajadoras sociales, químicas, médicas, odontólogas, biólogas… se forman en estos temas.
La experta se refirió a otros factores, como la unidad de colectivas feministas por causas comunes, y puso como ejemplo lo sucedido con Irinea Buendía, quien entabló una querella para esclarecer la muerte de su hija, Mariana Lima, asesinada por su pareja, y a quien la policía dictaminó como suicida, sin profundizar en el caso, a pesar de que la madre señaló la conducta violenta de la cual era víctima.
El triunfo de Buendía salió en primera plana de los diarios, un resultado en el que influyeron asuntos como la unidad entre las madres que piden justicia para sus hijas víctimas de feminicidios y colectivas de activistas. También la asesoría jurídica de abogadas que se han especializado en estos temas, «que abren la boca, que les tocan las puertas a los medios; son un factor que hace la diferencia» y provocan sentencias como la de la Suprema Corte de Justicia, que mandató que cualquier asesinato de mujeres se investigue como debe ser.
«Las estudiantes, las mujeres que son producto del feminismo institucional que las formó, a mujeres y a periodistas; el factor de las instituciones, pues el Gobierno fue obligado a hacer instituciones desde 1980, como las primeras agencias de delitos sexuales, los centros de apoyo psicológico a las mujeres violentadas, los institutos de mujeres, el Consejo Nacional contra la Discriminación, que tiene una ley; se creó el Instituto Nacional de Transparencia, entre otros asuntos», todo ello ha conducido a este cambio, reconoció.
La directora regional de SEMlac resaltó, igualmente, las leyes existentes en México, donde hay reglas para crear ambientes laborales sin violencia desde hace 15 a 18 años, junto a 11 leyes generales que, en la práctica, tienen que ver con la condición social de las mujeres, la no discriminación y sus derechos humanos.
«En México ya no podemos hablar de invisibilidad, la tarea es otra; es revisar cómo estamos», aseguró y afirmó que, «sin la profundidad requerida, realmente hay un cambio que es sustantivo, más que eso, es un cambio que está en la coyuntura, pero frente a una realidad que sí ha cambiado».
En tal sentido apuntó que, si bien la situación favorable actual está de cierta manera impulsada por instituciones y personas que actúan de forma oportunista, pues apoyan la ola feminista, las colectivas o estas posturas por intereses personales -ya sea de sus negocios o políticos-, hay que aprovecharla.
Asimismo, destacó como algo relevante que las colectivas tienen una posición política, antipatriarcal y anticapitalista, algo que dota de contenido y profundidad la lucha que continúa.