Se trata de un retrato que compró como copia en 1970 de la infanta de España Isabel Clara Eugenia
EFE / Londres / EL MUNDO
El historiador de arte británico Christopher Wright ha descubierto que un retrato que compró como copia en 1970 de la infanta de España Isabel Clara Eugenia por apenas 65 libras (77 euros) podría tratarse, en realidad, de una obra original del siglo XVII firmada por el pintor flamenco Anthony van Dyck, valorado en unas 40.000 libras (47.947 euros).
Según recogen varios medios británicos, Wright mantuvo la supuesta copia colgada en el salón de su casa durante años sin percatarse de su valor. «Lo compré a un marchante en el oeste de Londres. Lo adquirí como copia, como historiador de arte. Extrañamente, no me di cuenta (del valor)», recuerda el experto cuando revela su historia a la prensa local.
La pintura es el retrato de la infanta de España Isabel Clara Eugenia, que estuvo colgado en las paredes del domicilio de Wright durante años. La historia sale a la luz porque el experto ahora quiere que este lienzo se exhiba en instituciones públicas y lo ha prestado a la exposición permanente del Museo Cannon Hall, en Barnsley, con una amplia colección de pintura danesa y flamenca del siglo XVII.
El historiador ha revelado al periódico The Guardian que fue un amigo suyo, el comisario de Arte Europeo en el Museo Ashmolan de Oxford, Colin Harrison, quien se dio cuenta de que la pintura podía ser en realidad un original de Van Dyck al mirar detenidamente cómo estaban dibujadas las manos de la infanta.
Más en El Mundo: La esposa de Stephen Curry desmiente que el suyo sea un matrimonio abiertoRocco Ritche, el hijo de Madonna que se forra vendiendo cuadros que imitan a Banksy y Basquiat
«Me vino a ver. Charlamos. Y me dice: ‘Creo que tu cuadro es realmente un Van Dyck», recuerda Wright, que admite que «cuando tienes algo, no lo prestas atención». Cuando lo adquirió, Wright asumió que se trataba de una de las numerosas copias que circulaban de los retratos de la infanta pintados por el artista flamenco.
Animado por su amigo, el experto británico llevó el lienzo al Instituto de Arte Courtauld, en Londres, donde lo examinaron y restauraron.
Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/arte/2022/01/12/61dec00cfdddffcd8c8b457f.html