El Año Santo Compostelano arranca con un permiso papal para prolongarse hasta 2022 y así sortear la pandemia
J. BELTRÁN / LA RAZÓN
De fondo las campanadas. Y la lluvia. Las de las cinco de la tarde del 31 de diciembre. Tres golpes martillo de plata en mano, una vuelta a la llave y el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, abría la Puerta Santa que marca el pistoletazo de salida para un Xacobeo inédito. Y no solo porque se suprimiera el tradicional rito de derribar un muro tras la puerta para preservar las obras recién terminadas de restauración de la catedral. Ni porque desde hace once años no se convocaba un jubileo, una cadencia temporal especialmente larga en función de que la fiesta de Santiago caiga en domingo. Sobre todo, porque por primera vez un Año Santo se duplicará para prolongarse hasta 2022.
Así lo hacía saber el nuncio vaticano, Bernardito Auza, poco antes del vuelo del botafumeiro, al leer el correspondiente decreto de la Penitenciaría Apostólica, que autorizaba esta excepción por la pandemia, con la conciencia de que será complicado que durante 2021 se retome el ritmo habitual de peregrinaciones. Por el momento, tampoco será posible abrazar a Santiago en el camarín, de la misma manera que se prohíbe cualquier gesto de adoración a las imágenes para evitar contagios.
«Es un anuncio que está por encima de nuestras expectativas más optimistas. Es una noticia que no es buena, es buenísima», agradecía a Roma el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo que no esperaba un gesto más allá de julio de 2022.
«La Casa del Señor Santiago abre sus puertas a todas las gentes», expresó el prelado durante la eucaristía con las pertinentes limitaciones de aforo. Consciente de que arranca «en unas circunstancias especiales», Barrio explicó en su homilía que adentrarse en el Año Santo «no es una huida espiritualista, si no un compromiso para discernir cristianamente la realidad, en medio de la crisis antropológica, espiritual, cultural y sanitaria en la que se han visto radicalmente sacudidas las certezas fundamentales que conforman la vida de los seres humanos». A los pies del patrón de España, pidió ayuda al Apóstol para «superar la preocupación angustiosa por el presente y el escepticismo que dificulta el ejercicio de la caridad».
Carta de Francisco
El Papa Francisco quiso hacerse presente a través de una carta en la que animó a cuantos se acerquen a la capital gallega a «salir de nuestro propio yo, de esas seguridades a las que nos aferramos» para emprender un viaje «al encuentro con Dios, con el otro y con nosotros mismos» con el fin de llevar a cabo un proceso de conversión que implique hacerse prójimo con el otro.
En esta misma línea, invitó a los peregrinos a «contemplar el Pórtico de la Gloria» para acoger el perdón de Dios, a acercarse hasta la imagen del Apóstol para dar un abrazo «a la Iglesia entera» y a participar en la misa para de este modo «compartir la alegría del Evangelio».
El viejo profesor de literatura argentino incluso echó mano de los versos de Antonio Machado –»se hace camino al andar»– para recordar a cuantos se pongan en marcha que «no hay recetas previas», sino que «peregrinar debe ser para nosotros un caminar al que es Camino, Verdad y Vida».
La jornada inaugural concluyó con la actuación del gaitero Carlos Núñez en la Praza da Quintana. Ayer ya se formaron las primeras colas ante la Puerta Santa de los santiagueses a pesar del cierre perimetral de la ciudad.
Fuente: https://www.larazon.es/sociedad/20210102/i4nij6yz7zdb7brzhv66cgvapi.html