Una publicación rusa asegura que nació fruto de una relación del presidente con una limpiadora que se ha convertido en multimillonaria
RAFAEL M. MAÑUECO/ Moscú
Aparte de María y Ekaterina, las dos hijas nacidas de su matrimonio con su exesposa, Ludmila, al presidente Vladímir Putin se le atribuye un hijo con la gimnasta rusa, Alina Kabáyeva, algo que nadie ha podido demostrar y del que no se ha difundido ni una sola foto. Pues bien, ahora la publicación digital rusa «Proyekt» acaba de airear un nuevo desliz del zar ruso con una antigua empleada de la limpieza con la que también habría tenido una hija.
La chica, según Proyekt, tiene ya 17 años, se llama Elizaveta y su madre pasó en poco tiempo de ser una humilde mujer de la limpieza a poseer diversos negocios y nadar en la abundancia. Se trata de Svetlana Krivonóguij, desconocida para la inmensa mayoría de los rusos, residente en San Petersburgo y cuyos activos están valorados en miles de millones de rublos. Posee una participación del 3% en el Bank Rossía.
Esta institución financiera es uno de los veinte bancos más grandes del país. Su mayor accionista, Yuri Kovalchuk, es amigo íntimo de Putin. En 2014, inmediatamente después de la anexión de Crimea, el banco fue sancionado, tras lo cual Putin anunció que, como muestra de apoyo, abriría una cuenta en el banco y mantendría allí su nómina.
Los autores de la investigación realizada para Proyekt sostienen que Krivonóguij recibe habitualmente lujosos obsequios de personas del círculo cercano del jefe del Kremlin, entre ellos del violonchelista Serguéi Rolduguin, se desplaza en vuelos privados se pasea en un yate que cuesta cinco millones de euros y es además dueña de un apartamento en una urbanización de élite en la isla Kámenni, una de las muchas que salpican la desembocadura del río Nevá. Allí viven también viejos socios de Putin de la famosa y polémica cooperativa «Ózero» (lago), uno de sus primeros negocios surgido cuando trabajaba en la alcaldía de San Petersburgo. Con aquello amigos el presidente ruso se divertía practicando judo.
Esta supuestamente amante del principal mandatario goza también de una bella mansión en el jardín Tavricheski de la antigua capital imperial rusa y gestiona los beneficios de la estación de esquí de Igora, en la parte norte de la región de Leningrado. Se calcula que su fortuna alcanzaría unos 8.000 millones de rublos, cerca de 90 millones de euros, capital que, a juicio de la publicación rusa, se habría amasado gracias a su estrecho vínculo con el jefe del Estado.
Pasado humilde
De Krivonóguij se sabe poco. Se cree que proviene de una familia de escasos recursos, pasó su infancia en un piso «comunal» (con la cocina y el baño compartido con el resto de los vecinos) de la calle Gorójovaya de San Petersburgo y estudió en la universidad. Pero la necesidad le obligó a trabajar durante un tiempo como limpiadora. Su situación cambió drásticamente a partir de 2000, cuando Putin llegó a la Presidencia, aunque ambos se conocían de mucho antes, tal vez incluso antes de que Putin se casara con Ludmila. Svetlana y su madre se mudaron de la calle Gorójovaya a la isla Kámenni.
La niña nació en 2003 y, según el estudio llevado a cabo por los periodistas de Proyekt, se parece mucho a su progenitor. Llegaron a tal conclusión con la ayuda de un experto británico, el profesor Hassan Ugail, director del Centro de Análisis Visual de la Universidad de Bradford. Realizó un estudio con un programa informático de los retratos del máximo dirigente ruso y de la hija de Krivonóguij. El artículo, en donde no se publica ninguna foto de la menor por razones éticas, asegura que «en las copias de los documentos a los que tuvo acceso Proyekt no hay indicación sobre la identidad del padre de Elizaveta Krivonóguij, solo se conoce el patronímico de ella, Vladímirovna», hija de Vladímir. Al parecer, la niña lleva años con un apellido diferente y mantiene cuentas en las redes sociales con nombre figurado. Todas sus fotos fueron retiradas en cuanto Krivonóguij se percató de que Proyekt las investigaba.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho no saber nada de Svetlana Krivonóguij, de la que dice haber oído hablar ahora por primera vez, ni ha tenido tiempo todavía de leer el informe de Proyekt. Putin está divorciado de Ludmila por «muto acuerdo», noticia que dieron juntos a conocer en junio de 2013. El anuncio estuvo precedido de rumores y especulaciones sobre si vivían o no juntos, sobre si ella se había recluido en un convento o sobre si la causa del enfriamiento entre ellos era o no Kabáyeva.
Fuente: https://www.abc.es/estilo/gente/abci-familia-putin-crece-tras-aparicion-hija-secreta-202011261951_noticia.html