México vive en gran medida del turismo.
CRIS URZÚA/ INVITADO FORBES
Suena una afirmación bastante arriesgada, pero como una persona que ha vivido gran parte de su vida del turismo (un montón de años fui gerente de ventas de cadenas de hoteles internacionales), me atrevo a decir que nuestro país puede verse afectado con una gran caída de los indicadores económicos por la falta de turistas.
Para que entendamos la importancia de esta actividad económica tenemos que analizar solo las estadísticas del año pasado: para 2019, la derrama económica esperada por turismo fue de más de 23 mil millones de dólares.
Pero ahora, por la contingencia del Covid-19, en Quintana Roo (el principal destino en México), la cifra de turistas pasó de los 3 millones 439 mil en el primer trimestre de 2019 a tan solo 59 mil 802 turistas en el mismo periodo pero del 2020. Esto significa no solo un golpe a hoteleros, también afectaciones a dueños de restaurantes, artesanos, agentes de viajes, dueños de tiendas, industria de la construcción, es un ecosistema completo el que se ve afectado.
La pregunta es: ¿cómo hacer nuevamente atractiva la industria turística y hacer que las personas llenen todos los cuartos de hotel que hay en cada destino del país?
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La respuesta: creando espacios seguros, armónicos y adaptables a las nuevas características de la nueva normalidad en los hoteles, restaurantes y en general en toda la infraestructura turística.
Por eso, platiqué con Rebeca Pérez, arquitecta especializada en el diseño de interiores de hoteles y restaurantes con más de 25 años de experiencia y que ha trabajado en el diseño de los resorts del las empresas Catalonia, Barceló, Iberostar, entre muchas otras cadenas hoteleras de la Riviera Maya y Los Cabos.
Ella me platico 3 puntos que deben de considerar los hoteleros para poder operar en la nueva normalidad y atraer a más visitantes:
Punto #1: El minimalismo dominará la infraestructura hotelera.
Para Rebeca, lograr crear una atmósfera limpia es el principal reto que tienen los hoteleros hoy en día, y para lograrlo se tiene que recurrir al minimalismo de elementos, la ligereza, comodidad y flexibilidad de los espacios será la única manera de que los clientes sientan que el hotel es “limpio” y se cumpla la “sana distancia”.
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Punto #2: Adecuar luz y ventilación en los espacios.
Para que un espacio se sienta seguro este debe de cumplir con brindar confort, mayor radio individual y sensación inmediata y comprobable de un ambiente limpio (luz y ventilación adecuada), me comenta Rebeca, quien también es CEO y fundadora de Interaq, una empresa dedicada a la arquitectura corporativa.
Pero no solo estos aspectos, también se tiene que tener a la mano y visibles los elementos de limpieza como el gel antibacterial y el sanitizante para que las personas sientan la confianza que no tendrán un riesgo en su salud.
Punto #3: Servicio lo es todo
Un espacio seguro no solo tiene que ver con la distribución, también con la confianza que tiene la persona que le está brindando un servicio. Pero por ahora, las muestras físicas de servicio estarán limitadas (dar la mano para saludar, sonreír, etc.), los hoteleros deben de buscar alternativas como espacios cálidos o el uso de tecnología para que los huéspedes se sientan tranquilos.
Si seguimos estos 3 puntos que nos compartió Rebeca, es muy probable que la industria hotelera pueda ver un poco de luz para lo que resta del 2020. Nuestra economía como país depende de los empresarios turísticos y de que todos como población hagamos bien las cosas para evitar nuevamente llegar a medidas extremas como el confinamiento.
Es momento de aprovechar para que la psicología de los espacios, la arquitectura y la industria turística se conecten de nuevo.
Contacto:
Instagram: @crisurzua
Fuente: https://www.forbes.com.mx/red-forbes-el-futuro-de-los-hoteles-y-restaurantes-despues-del-covid-19/