El artista oaxaqueño, el pintor mexicano vivo más cotizado, inauguró el sábado su primera exposición de pintura en la última década
JACOBO GARCÍA
EL PAÍS
Entrevistar a Francisco Toledo (Juchitán, 1940), uno de los pintores vivos más cotizados de México, no es fácil. Va y viene de las preguntas, se va a las reflexiones o vuelve a sus pensamientos.
A punto de cumplir 77 años, este sábado inauguró en el Museo de Artes Gráficas de Oaxaca ‘Naa Pia´, Yo mismo, la primera exposición de pintura en los últimos diez años, en la que también combina otro materiales como la cerámica. Travieso, gamberro y disperso para llegar hasta aquí dice que ha sido un poco más constante de lo habitual. También los son sus respuestas tan difíciles y dispersas como la última vez que se puso frente a una grabadora para hablar del conflicto magisterial que asolaba su natal Oaxaca.
A su edad dice que ha dado más de 28.000 vueltas alrededor del sol y que quiere descubrir las muescas que dejó en la cara en cada vuelta. El maestro Toledo, como el sol y su pelo ensortijado, es una sucesión de apariciones y desapariciones, que no es posible desaprovechar. Como sus respuestas.
Veterano y consagrado como está ¿qué sensaciones le produce volver a enseñar su obra?
No me quita el sueño. Yo ya cumplí con mi trabajo y ahora.., no sé, lo voy a ver porque cuando uno está metido en la obra, en el estudio, con toda la obra tirada por aquí y por allá uno no ve todo el conjunto y ahora por fin voy a ver como se ve.
¿Por qué el regreso al autorretrato?
Siempre lo he hecho pero voy a cumplir 77 años y quería reflejar, en la medida de lo posible, el deterioro, el paso del tiempo sobre el físico de uno, las barbas blancas, las arrugas…pues todo lo que le pasa a un hombre de 77 años. Soy yo, el que puede estar quieto, o puede estar frente al espejo, sin moverme, sin perder intimidad en el trabajo porque no hay otra persona a la cual estás dibujando.
Es habitual entre los grandes pintores incluir autoretratos
A mi me persigue el último autoretrato de Rembrand, que está en Colonia sin pelos, sin dientes, encorvado…es una referencia de un hombre que hace un autoretrato maravilloso y que me ha seguido en el recuerdo
¿Una exposición de autorretratos es una forma de hacer balance? ¿Cómo la autobiografía para un escritor?
No tanto como un balance. Pero es cierto que en uno de los autorretratos, no sé cómo, me pinté sobre un trompo (peonza) y me di cuenta que con la edad que tengo en la tierra he dado 28.105 vueltas alrededor del sol, que son los 77 años que tengo por los 365 días del año…. y son una buena cantidad de vueltas. Creo de ahí sale ese trompo con cara de Toledo.
Hay un Toledo esclavo
En mi familia tenemos sangre de esclavos y una
¿Su obra es un homenaje a ese pasado esclavo?
Algo hay de eso. Hemos estado buscando el origen. Hay documentos de compraventa los curas del convento que intercambiaban esclavos me parece muy interesante y por familia que descienden de los indígenas
¿Qué gestos ha querido destacar?
Ojala que pudiera pintar miradas..pero al final son dos orejas, la barba… no de gestos pero sí hay una cerámica de una escultura que es un martillo que no da al clavo. Yo soy la cabeza del martillo porque no siempre le atino al parecido, pero eso no importa.
¿Qué materiales ha utilizado?
Telas, papeles, hoja de oro, hoja de plata, temples, dibujos a tinta, acuarelas y muchas telas que hacía mucho tiempo que no utilizaba.
Yo siempre he pintado pero no había tenido una buena cantidad de obras para hacer una exposición sólo de pintura. La pintura es complicada por el secado, el olor del aguarrás, cerrar los tubos, la piel que se irrita… y yo soy muy flojo.
¿Qué metodología ha seguido?
-Me he encerrado en los últimos meses y he estado más disciplinado; Después del desayuno, de la comida…digamos que he sido un poco más constante de lo normal.